viernes, 11 de septiembre de 2015
Los Mineros Atrapados y El Enigma Del Número 33.
Son 33 los mineros que quedaron
atrapados en un yacimiento en el norte de Chile y 33 los días que
tardó la perforadora en terminar el túnel por donde el miércoles
se inició su rescate, entre otras coincidencias numéricas que las
familias y autoridades se han tomado con humor.
Y por si fuera poco, el esperado
rescate se inició el 13 de octubre de 2010, es decir, el 13/10/10,
cifras que, sumadas, también dan 33, un detalle que el propio
presidente Sebastián Piñera hizo nota al participar en el comienzo
del operativo.
El número se repite porfiadamente y
está en boca de todos. “La labor total tomó 33 días, un día por
hombre, creo en la numerología, algo tiene que haber aquí”,
aseguró Mijail Proestakis, gerente de la empresa Driller Supply, que
participó en las tareas de perforación del ducto de 622 metros de
extensión y un diámetro de 66 centímetros, que partido por dos da
también 33.
Para abundar, el recorrido en
ambulancia desde el yacimiento hasta el hospital de Copiapó, la
ciudad más cercana, dura también 33 minutos, según señaló entre
risas el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
“El 33 aparece en todo, todo
coincide, es un milagro”, dijo a la AFP María Segovia, hermana del
minero Darío Segovia, respecto de esta curiosa circunstancia.
Muchos familiares, de una gran devoción
católica, recuerdan también que la edad de Cristo al morir fue de
33 años.
Los 33 mineros quedaron atrapados el 5
de agosto tras un derrumbe en el yacimiento San José, en medio del
desierto de Atacama, 800 kilómetros al norte de Santiago. Hasta el
miércoles, más de la mitad de los atrapados ya estaba en la
superficie.
Desde las profundidades, cuando no
dieron con ellos hasta el 22 de agosto, los mineros escribieron en un
papel la frase “estamos bien en el refugio los 33″, y lo
amarraron a la máquina de sondaje que los ubicó. Esta frase ocupa
33 espacios o caracteres al ser colocados en una página de diario.
El hecho se prestó incluso para una
broma. Durante las labores de rescate, periodistas y familiares
comentaban sobre la posibilidad de que, al ser llevados al hospital
para su chequeo general, el médico iniciase la consulta al paciente
diciéndole: “A ver, diga 33″.
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