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Equipo Infinito.



lunes, 1 de junio de 2020

Charles Lee Ray: "La Vida Antes de Chucky"


Fue una tarde del 24 de enero de 1950, en el hospital público de la ciudad, donde nació Charles Lee Ray, hijo de una familia humilde, de escasos recursos económicos, pero de muy buen corazón.

Charles tuvo una infancia feliz, sus padres trataron de darle lo mejor a él y su hermano menor, pese a todas las carencias en casa. Vivieron en un suburbio, esos típicos lugares donde las fachadas de los edificios ya nos brindan ese ambiente sombrío de pobreza, discriminación y desigualdad; pese a ello, siempre compartían largas tardes de juego con los amigos de la comunidad. Por las mañanas su papá trabajaba en la compañía eléctrica del centro, ganando 7 dólares por hora y seis días a la semana, este salario tan bajo se veía compensado por el bono de descuento para vivir en los edificios de la compañía. Su madre no tenía un trabajo estable, se dedicaba de manera íntegra a los quehaceres del hogar y eventualmente vendía algunos postres para los vecinos de la zona.

Pero la rutina de la felicidad se mide por ciclos y etapas de la vida, momento donde toca ser feliz como una forma de retribución a las buenas acciones, y momentos de tristeza, por tener que aprender alguna lección, pero ¿ qué pasa con las casualidades, los eventos desafortunados o lo que nos tiene marcado el destino?, esto se preguntaría mucho tiempo después Charles Lee Ray luego de ejecutar su primer asesinato.

Una noche de 1958, jugaba los habituales juegos de guerra con su hermano. Habían desarrollado sus propias temáticas recreativas, siempre condicionadas al contexto social en el que vivían, uno de sus juegos favoritos era ”El Espía del Pearl Harbor”, juego que consistía en hacer confesar a un supuesto espía mediante la tortura. Obviamente se trataba de un juego de niños, pero un día Charles quiso ponerle un poco más de emoción al mismo y pensó que colocar una bolsa sobre el rostro de su hermano (interpretando el rol de espía), haría que confiese más rápido. Claro está, siempre controlando el momento justo para dejarlo respirar y continuar bajo el rol del torturador; sin embargo, mientras asfixiaba a su hermano, Charles no sentía la marcada distancia que debe existir entre interpretar a un personaje y la personalidad natural del actor, se sentía mimetizado con la muerte y disfrutaba hacerlo, este sentimiento desconocido aún de niño lo reconocería muchos años después al iniciar sus conocimientos en magia negra. Y fue en ese momento del juego que ese placer irreconocible nació, como nace el más puro de los amores en una novela romántica. La bolsa se sostuvo mucho más del tiempo escatimado, su pequeño hermano confundido entre el juego y la realidad no supo reaccionar, y se entregó a los brazos de la muerte. Al darse cuenta de la situación, Charles entró en sí y se dio cuenta de lo que había sucedido, asustado trató de despertar a su pequeño hermano pero ya era muy tarde.

Al principio sus padres trataron de entender que se trató de un accidente, que el impulso natural de la diversión no podría condenar a un niño de 8 años, pero con el tiempo las cosas fueron tomando orden, no podemos esperar que una tragedia no traiga consecuencias y todos sufrieron esa extraña metamorfosis marcada por este evento desafortunado, que marcaría el inicio del instinto asesino de Charles. Bien dicen que la mejor forma de superar el dolor es aceptar que llevas cierta carga emocional, pero el padre de Charles se refugiaría en el alcohol para negarse esta nueva realidad. Naturalmente al iniciar este viaje en el alcoholismo, perdería el trabajo y el único sustento familiar. Su madre cayó en una profunda depresión, se la pasaba mirando todas las tardes por la ventana, esperando que en algún momento llegue su pequeño.

Charles se vio forzado a estar en las calles cuando sintió el rechazo de sus padres, ya no veían el episodio fatídico como un accidente, los nuevos vicios adquiridos nublaron sus juicios y la mejor forma de redención fue culpando a Charles. Una tarde de agosto su padre regresó a casa totalmente borracho, vio a Charles sentado haciendo sus tareas y como todas las tardes comenzó a culparlo por el accidente, pero esta vez fue más lejos y lo golpeó tan fuerte con la correa que tuvieron que pasar cinco días para que esas heridas cicatricen. Su padre había encontrado una nueva forma de desfogar su frustración, y todas las tardes azotaba con la correa a Charles, ante la mirada indiferente de su madre, quien en el fondo sentía que se hacía justicia de cierta forma. Una noche, luego de la golpiza recibida, su padre intentó estrangularlo mientras dormía, Charles a duras penas pudo defenderse con una vieja lámpara cercana a su cama para poder escapar de su victimario. Desde ese día se iría de su casa para no volver jamás.

Ya en las calles la necesidad lo obligaría a unirse a una pandilla, chicos como él, abandonados, maltratados, que encontraban refugio en las calles y en lo más alejado de los suburbios, bajo el mando el cojo Robert, quien les daba posada a cambio de robar para él. Charles siempre había sido rápido, cuando jugaba con su hermano siempre sacaba ventaja por ser más veloz y este atributo fue fundamental para la pandilla de Robert. A la edad de 16 años su ambición lo haría juntarse con una de las pandillas locales más peligrosas de la ciudad, dicha pandilla acogió a Charles sin ningún problema porque veían potencial en él. En su primer robo a un supermercado, Charles cometería su segundo crimen, años después confesaría que cometió el crimen para ganarse el respeto de la pandilla, un profundo corte a la yugular a un testigo ocular del asalto. Luego de ello seguirían los asesinatos, encontraba cierto placer en matar y algunos miembros de la pandilla le temían por ello. Charles no sentía remordimiento por ninguno de sus crímenes, solo por uno, el que marcó el inicio de ese instinto asesino y lo llevaba a beber desesperadamente para poder olvidar, pero era imposible, veía a su hermano por todos lados, inclusive en sueños. Los asaltos le traerían dinero y de esa forma descubriría el amor, en uno de esos amores conocería a Tiffany su eterna enamorada y cómplice con quien viviría un especial romance.

A la edad de 35 años conocería a Eddie Caputo, quien se volvería su incondicional compañero de robos y asesinatos, Charles ya había adoptado una nueva forma de asesinar y era mediante el estrangulamiento, le hacían recordar a su padre. En alguna conversación con Eddie confesó que observar la mirada de una persona a minutos de la muerte era una de las formas más puras de belleza, y consideraba la muerte como el paso a una nueva vida, por ello no se consideraba un asesino sino un mediador. Este afán por lo espiritual lo llevó a conocer al ”Doctor Muerte”, un gurú de magía negra que le enseñaría todos los trucos existentes de este arte. Charles sintió una vital conexión con él porque sentía que si vinculaba la magía negra a su instinto asesino sería indestructible, años después el ”El Doctor Muerte” se arrepentiría profundamente de haber sido su mentor y lo pagaría con su propia vida.

Esta fama de asesino lo catapultó como el ”Estrangulador de Lake Shore”, pero todo cambiaría una fría noche de 1988, cuando Eddie lo dejó a su suerte y Charles fue asesinado por el detective Mike Norris. Minutos antes de morir, Charles practicaría ese viejo ritual que le enseñó el ”Doctor Muerte” y desde ese día nacería Chucky, el muñeco diabólico.

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