martes, 11 de agosto de 2020
Afrodita Diosa del Amor
Afrodita es conocida
en la mitología griega como la diosa del amor, el sexo, la belleza y
la lujuria. En la antigua civilización griega, el sexo no era
considerado como algo negativo, un pecado, por esta razón la diosa
recibió una gran atención y fue muy importante, según los mitos
que se conocen y los cultos que se le han realizado.
La diosa del amor y
la belleza, fue una de las diosas más veneradas, contaba con templos
en las principales ciudades.
En la mitología
romana se la conoce como la Diosa Venus.
Nacimiento de
Afrodita
El mito sobre el
nacimiento de la diosa se encuentra relacionado con su propio nombre.
«Aphrós» en griego significa espuma, esto llevó a la creencia que
esta diosa nació del mar. Según este mito se cree que luego de
haber arrancado los genitales de Urano, Cronos los arrojo al mar, en
las costas de Pafos, Chipre. Al mezclarse la sangre y semen de Urano
con la espuma del mar, habría nacido la diosa afrodita, ya adulta.
Ésta versión sobre
el nacimiento de la diosa es la más conocida y ha inspirado a muchos
artistas a lo largo y ancho del mundo.
También existen
otras versiones sobre el nacimiento de afrodita, Según Homero, la
diosa era la hija del dios supremo Zeus y Dione, una divinidad que
terminara perdiendo relevancia en el Olimpo, ésta pudo haber sido la
pareja de Zeus hasta que la reina de los dioses Hera la sustituyó.
Todos los escritores
concuerdan en que la diosa de la belleza nació adulta, no tuvo
infancia. Habría nacido ya adulta y hermosa, siendo deseable para
los mortales e inmortales.
Atributos de
Afrodita
La diosa era
generalmente representada bella y elegante, en las diversas imágenes
y esculturas realizadas en veneración la podemos observar con corona
y vestidos de lujo. Esto principalmente hasta el siglo VII A.C, a
partir del siglo IV la diosa aparece desnuda y en varias posiciones,
cada una de ellas muy sensuales, vinculadas con la atracción sexual.
Culto
La diosa llegó a
ser tan popular en Grecia que le realizaban festivales los cuales
eran denominados como «Afrodisias», las cuales eran fiestas
celebradas en gran mayoría del territorio griego, pero las más
populares eran las de Corinto y Atenas.
En lo alto de
Acrocorinto se encontraba el templo de Afrodita, allí era tradición
adorar a la diosa manteniendo relaciones sexuales con las
sacerdotistas.
Era muy común que
en las veneraciones a la diosa del amor se practicara la prostitución
religiosa, esto se realizaba en los santuarios y templos que adoraban
a la diosa. Otro centro donde se adoraba a la diosa del amor se
encontraba en Pafos, lugar de nacimiento de la diosa.
Amantes de Afrodita
Podemos encontrar
una gran cantidad de mitos y leyendas sobre Afrodita, la gran mayoría
cuentan que se casó con Hefesto, dios del fuego, pero ella se
encontraba enamorada de Ares, el dios de la guerra.
Homero en sus
escritos cuenta que en una madrugada, cuando los enamorados Afrodita
y Ares mantenían relaciones, Hefesto lleno de ira por los celos, ya
que el Sol le contó sobre la infidelidad, decidió colocarles una
trampa.
Una vez los amantes
se dieron cuenta ya no tenían escapatoria, se encontraban atrapados
en una red mágica creada por Hefesto, quien llamó a todos los
dioses para que vieran el engaño de la diosa. Todos los dioses
griegos comenzaron a burlarse ante dicha situación, hasta que
Poseidón, el dios del mar, solicitó compasión y por esta razón
Afrodita y el dios de la guerra fueron liberados.
La diosa por la
verguenza decidió huir a Chipre, mientras que el dios de la guerra
huyó a Tracia. De todas formas su amorío dio fruto y de su unión
nacieron Eros, dios del amor, Anteros, Deimo, Fobos y Harmonía.
Afrodita no sólo
estuvo involucrada con Ares, sino que también se mencionan sus
amoríos con Adonis y Anquises, con quien dió a luz a Eneas, un
héroe troyano, y a Lirno.
Mitos de Afrodita
Eros y Psique
Este mito narra la
historia de la relación entre Eros y Psique, en éste la diosa del
amor cumple un papel secundario. Afrodita estaba celosa por la
belleza de la joven Psique, una mujer mortal, para calmar su ira, le
ordenó a Eros, su hijo, que con sus flechas provocara que la joven
se enamorará del hombre más feo a lo largo y ancho de la tierra.
Eros dispuesto a cumplir con el encargo de su madre emprendió viaje,
pero al ver la belleza de la joven Psique quedó enamorado
instantáneamente.
Fue así entonces
como el dios comenzó un apasionado romance con la joven Psique con
la condición de que todos sus encuentros serían con absoluta
oscuridad, para que ésta nunca descubriera su identidad, hasta que
un día la joven y bella muchacha, desobedeció dicha condición y la
llevó a perder el amor de Eros.
Psique desesperada
por la perdida del amor del dios, suplicó a la diosa del amor.
Afrodita prometió a la joven revelar en donde se encontraba su hijo,
con la condición de que la joven consiguiera ordenar una montaña de
granos en poco tiempo, una tarea imposible de realizar para cualquier
mortal. Eros al ver a su amada tan desesperada decidió ayudarla en
secreto, haciendo que las hormigas ayudaran a la joven con dicha
tarea.
Afrodita, atónita
porque la joven logró cumplir con la tarea encomendada decidió
encargarle que consiguiera retirar la lana de oro de algunas ovejas
que se encontraban pastando cerca de un río. La diosa le encomendó
esta tarea sin advertirle que estas ovejas eran muy agresivas, con la
intención de que muriera tratando de conseguir la lana. Con gran
fortuna para la joven, el dios del río le advirtió sobre el peligro
de las ovejas y le recomendó que se acerque a las ovejas cuando se
encontraran durmiendo en la sombra.
La joven Psique
siguió los conejos y fue así como consiguió hacerse con la lana de
oro. Con esto vendría otra prueba para la joven, Afrodita le pidió
a Psique que descienda al inframundo y le solicitase a Perséfone una
parte de su belleza, esto le permitiría a Eros, quien se encontraba
muy deprimido por la ausencia de su amada, recuperar todo su brillo.
Por más que se esforzó en encontrar la entrada al inframundo, la
joven no logró hallarla.
Por la frustración,
decidió que lo más rápido para llegar al inframundo sería morir,
así es como subió a la torre más alta para arrojarse y quitarse la
vida. Cuando estaba a punto de lanzarse, una voz proveniente de los
cielos le detuvo y le comentó a la bella muchacha como entrar y
salir del inframundo con vida. Psique siguió los consejos y así fue
como logró llegar hasta Perséfone, la cual le entregó a la joven
parte de su belleza. Ante esta demostración de amor, Afrodita se
calmó y permitió que su hijo mantuviese una relación con la joven,
fue así como Zeus hizo inmortal a Psique, para que así pudiera
estar durante la eternidad con Eros.
Afrodita y Adonis
Este mito se
relaciona con la diosa de la belleza desde el nacimiento de Adonis.
Antiguos escritores narran que Mirra, la hija del rey de Chipre,
afirmaba ser tan bella como la diosa del amor. Ante tal insolencia,
Afrodita hizo que Mirra sintiera atracción por su propio padre.
Mirra sabía que su propio padre rechazaría tener relaciones, por lo
que la joven decidió hacerse pasar por protistuta, y así fue como
logró mantener relaciones sexuales incestuosas con su padre.
Mirra se embarazó
de su propio padre, quien al descubrir el deshonor intentó asesinar
a su hija, que suplicó a los dioses que le salvaran la vida, los
dioses atendieron su plegaria convirtiéndola en un árbol, árbol
que más adelante tomaría el nombre de la joven, el árbol de la
mirra. La gestación del hijo que llevaba en su vientre estaba tan
avanzada que de los pies del árbol surgió un bello bebé.
La diosa Afrodita
descubrió al bebé y lo adoptó, poniéndole de nombre Adonis. Para
que creciera seguro, le confió su cuidado a Perséfone, reina del
infierno, que crió al bebé hasta que alcanzó la adolescencia.
Adonis se convirtió en un joven hermoso, hasta el punto de que,
cuando Afrodita regresó al infierno para buscarle, Perséfone se
negó a devolver la custodia de Adonis. Ante la disputa de las
diosas, Zeus dictaminó que el joven pasara un tercio del año con
Perséfone, un tercio con Afrodita y un tercio con quien él mismo
deseara.
Tras su regreso a la
tierra, el joven Adonis desarrolló una gran afición por la caza,
pasión en la que la diosa Afrodita le acompañaba cada vez que
podía. Pese a que gozaba de la protección de las divinidades,
Adonis era un mortal, y como tal podía morir a manos de las bestias
que trataba de dar caza. Afrodita le advirtió de los peligros que
corría en cada cacería, pero el joven Adonis no quiso escucharla.
En una ocasión en la que trataba de dar caza a un enorme jabalí,
éste se volvió contra Adonis y, tras castrarle con sus colmillos
dio muerte al joven. Algunos autores afirman que el jabalí fue
enviado por el dios Ares, celoso de la relación que Afrodita, su
amante, mantenía con el bello Adonis.
La diosa Afrodita,
al descubrir el cadáver del joven, convirtió cada gota de su sangre
en una anémona, de forma que su muerte quedara honrada en cada
florecimiento de esta planta. Desde este momento, numerosas ciudades
instauraron un culto al joven fallecido en el que éste era asociado
a Afrodita.
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