lunes, 9 de marzo de 2020
Mary Resurrection, el Fantasma del Cementerio
Chicago es, para
cualquiera, simplemente una ciudad de Estados Unidos; sin embargo,
desde hace años una leyenda se hace presente en cualquier charla
esotérica o en las calles abandonadas cercanas al cementerio
Resurrección: se trata ni más ni menos que de el fantasma de “María
Resurrección”, una joven que en el año 1930 murió en un
accidente de tráfico en la Av. Archer, muy cercana al cementerio que
hoy en día es conocido por su propio nombre.
El fantasma de María
Resurrección es tan famoso como Chicago misma, debido quizás a la
docena de testigos que afirman haber visto a Mary por las
inmediaciones del cementerio. Una de las primeras historias sobre el
espectro de la joven fue contada por el propio cuidador de este
cementerio.
Arthur Bonelly tenía
para ese entonces 67 años y cuidaba el cementerio de la Av. Archer
desde hacía veinte. Una noche decide dar un paseo por el lugar
cuando de pronto sintió ruidos cerca de la tumba de Mary
Resurrection. Al llegar al lugar encontró la tumba de la joven
totalmente revuelta y el cajón a un costado de la misma. En ese
mismo momento llamó a las autoridades del cementerio para denunciar
el hecho y volver a enterrar el cajón, pero nadie lo atendía.
Pasó la noche y
Arthur decidió hacer el trabajo solo, logrando después de varias
horas terminar con el nuevo entierro. A la mañana siguiente habló
por fin con las autoridades del cementerio, quienes deciden
desenterrar nuevamente el cajón para corroborar que estaba todo
bien. Cuando lo hace descubren que los restos de Mary no estaban.
Después de algunos meses de investigación cesó la búsqueda sin
éxito.
Pero Arthur Bonelly
permaneció internado en el un centro psiquiátrico durante un
tiempo. Los enfermeros del lugar cuentan que había perdido casi por
completo la capacidad de habla pero que, sin embargo pasaba el tiempo
jugando solo, pero con alguien al que él llamaba “Mary”.
Otra de las
historias que nos llegan de manos de los lugareños es la del taxista
de la Av. Archer, quien en 1979 paseaba por las calles de la misma
cuando de repente lo frena una joven vestida de gala que se
encontraba en la puerta de un salón de bodas. El taxista la levanta
y decide llevarla a donde ella quiera sin cobrarle nada. A partir de
allí la joven le indica al taxista que siga camino por Archer y unos
minutos más tarde le pide al taxista que pare el automóvil. Justo
en ese momento el taxi estaciona frente al cementerio Archer: cuando
el conductor se dirige a la joven para saludarla, ésta desparece sin
explicación alguna.
Hoy en día puedes
visitar el cementerio de la Av. Archer y conocer la tumba de Mary
Resurrection. Eso si, recuerda que sus restos pasean por las calles
aledañas el cementerio…como dice el dicho popular: “el que
avisa, no traiciona”.
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