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Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



miércoles, 11 de marzo de 2020

El Casino del Diablo


En lo alto de un cerro de la ciudad de Hermosillo, Estado de Sonora, se pueden ver las ruinas de lo que fuera un gran casino, el mejor lugar para bailar y festejar desde un cumpleaños hasta la alegría de la vida. Durante el día el sol del desierto hace que las ruinas se vean tristes, como un lugar donde no vive nadie. Pero por las noches las paredes cobran vida, tanto que si alguien se acercara podría escuchar voces, música y ruidos de gran baile…

El casino era el sitio preferido de los jóvenes, pues allí se hacían bailes donde los muchachos podían encontrar a la mujer de sus sueños y las muchachas conseguir un buen candidato.

Un 31 de diciembre se iba a dar un gran baile de fin de año, así que todas las muchachas querían tener el mejor vestido para la fiesta. Entre todas las jóvenes había una bella muchacha llamada Linda, tenía 16 años y el día del festejo arregló lo que se iba a poner y se tardó horas frente al espejo peinándose. Cuando ya estaba lista, fue a avisarle a su mamá, quien estaba en cama, enferma.

“Mamá”, le dijo, “me voy al baile”. “¡No mi hijita! ¿Cuándo me pediste permiso?”, respondió la madre… “Pero mamá”, dijo Linda en tono de protesta y su madre respondió cortante: “¡Nada! No te dejo ir. Además hoy es noche de Año Nuevo y tienes que pasarla con tu familia”.

En ese momento para Linda pudo más la fiesta que los regaños de la mamá, así que salió a escondidas diciéndose a sí misma: “¡Al fin que no necesito de su consentimiento para divertirme!”.

Cuando la muchacha llegó al casino, todos voltearon a verla, era la joven más hermosa de la noche por lo que le llovieron proposiciones para bailar, pero Linda no aceptó.

Entre los asistentes se encontraba un guapo muchacho llegado de Europa, de cabello muy negro y ojos enormes, vestido elegantemente. Nadie lo conocía, así que todos se preguntaban quién sería ese hombre misterioso…

Mucha fue la sorpresa de Linda, cuando el desconocido se le plantó enfrente invitándola a bailar. La muchacha quedó como hechizada, se dejó llevar hasta el centro de la pista y ahí bailaron y bailaron en medio de las miradas de los demás.

En determinado momento Linda empezó a sentir mucho calor y mucho ardor en la espalda. Sentía que algo la quemaba. Temerosa volteó a ver qué era y se encontró el brazo y la mano del joven marcados en su vestido, como cuando marcan a los becerros. Su vestido se estaba quemando y el aire olía a azufre. Volteó hacia abajo y vio con horror que el muchacho, en vez de pies, tenía una pata de gallo y otra de caballo. Linda se desmayó y no supo más de sí…

Inmediatamente por todos lados empezó a surgir fuego y los jóvenes asistentes tuvieron que escapar del lugar como pudieron. El casino ardió hasta que sólo quedaron las paredes que hoy en día todavía se observan. Del joven extraño no se volvió a saber y de Linda, unos dicen que murió, otros que anda perdida por algún lugar, pero la mayoría asegura que está con el diablo…

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