lunes, 9 de diciembre de 2019
La Sallana
El origen de esta
leyenda mexicana lo encontramos en la época colonial. Durante
aquellos días, en Villavicencio, vivía una mujer criada en una
familia aristocrática. Estaba felizmente casada con un hombre
honorable y querido por el resto de ciudadanos. El matrimonio contaba
además con un hijo pequeño.
Esta mujer contaba
con todo lo necesario para disfrutar de una vida feliz y llena de
comodidades. No obstante, vivía obsesionada con todo lo que se decía
de ella y su familia. Un carácter neurótico y celoso hacía que la
mujer vigilara constantemente a su marido; y es que aunque al parecer
el hombre estaba plenamente enamorado de ella, nunca era suficiente.
La duda de los celos siempre abordaba a esta mujer.
Intentaba evitar
todo tipo de chismes, pero era muy difícil, pues rondaba
constantemente los lugares en los que se veía a su marido, indagando
y buscando signos de traición.
Un día llegó a sus
oídos un rumor que terminó por destrozarle la vida a ella y a toda
su familia. Al parecer, las chismosas del pueblo comenzaron a
difundir que su marido le era infiel con su propia madre. La joven se
volvió literalmente loca. No atendió a razones y decidió creer
completamente esta serie de cotilleos que se esparcían como la
pólvora por el pueblo.
Así, sin preguntar
a ambas partes si la historia era real o no, degolló a su marido
mientras dormía y lo descuartizó cegada por los celos. Su hijo no
corrió mejor suerte, pues también fue asesinado por sus propias
manos.
Tras estos crímenes
se dirigió a la casa de su madre, la apuñaló y posteriormente
quemó su casa para no dejar huella alguna de lo que había hecho.
Justo antes de que
las llamas alcanzaran a su madre, medio muerta y sin fuerzas, la
misma recobró fuerzas para hablar por última vez a su hija
asegurándole que había cometido el peor pecado: matar, y es por
ello que estaría condenada. Su nombre sería a partir de ahora
Sallana, y vagaría por los llanos asustando a borrachos y chismosas
sin descanso alguno.
A partir de ese
momento, la joven se aparece vestida de negro por los llanos de la
comarca. Camina sola por la calle y atrae la atención de sus
víctimas cuando están cerca, normalmente personas que han bebido en
exceso. Una vez tiene contacto visual con ellos, abre su ropaje y
deja ver su cuerpo y su verdadero rostro, un rostro espeluznante
marcado por la muerte y la desolación.
Cuenta una de esas
leyendas cortas que suelen oírse que, al parecer, la Sallana también
persigue a las mujeres que no tienen otra cosa más que criticar y
crear rumores. Así, intenta vengarse de aquellas que terminaron con
su feliz vida, las chismosas.
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