jueves, 7 de noviembre de 2019
La Leyenda del Castillo de Malmuerta
En la ciudad de
Córdoba y en pleno siglo XV vivió el señor de Belmonte, llamado
Don Fernando Alonso de Córdoba, un noble caballero que contrajo
matrimonio con la hermosa Doña Beatriz de Hinestrosa, a la que
superaba ampliamente en edad. Doña Beatriz era agasajada
continuamente con los frecuentes regalos de Don Fernando, quien
dejaba de lado su ardor combativo y carácter agresivo cada vez que
contemplaba a su esposa, y todo parecía ir por buen camino.
Un día, ambos
reciben la visita de dos comendadores pertenecientes a la Orden de
Calatrava y primos de Don Fernando, que curiosamente resultaban ser
hermanos gemelos, llamados Fernán y Jorge (de Córdoba y Solier).
Debido a su condición y su posición, no sólo fueron recibidos con
gran pompa y boato, sino honrados con todo tipo de atenciones y
celebraciones. Pero quiso el destino que uno de ellos, Don Jorge, se
enamorase perdidamente de Doña Beatriz, primero cortejándola y
luego comenzando a importunarla allá donde la encontraba sola.
Esta situación
empeoró cuando su esposo Don Fernando fue reclamado por el rey para
que solucionase ciertos asuntos en la corte, dejando a Beatriz en
soledad por espacio de varios meses. Ante la insistencia de Jorge y
la ausencia prolongada de su marido, Doña Beatriz terminó por
sucumbir y entregarse a él, pero esto no se mantuvo en secreto por
mucho tiempo. Pese a que Don Fernando había recibido más de una
noticia de esta situación, lo cierto es que no le dio mayor
importancia, pensando que se trataba de alguna argucia o mentira.
Hasta que ambos
terminaron por encontrarse en la corte del rey, y tras cruzar algunas
frases corteses y ponerse al día en cuanto a sus vidas, cada uno
siguió con sus asuntos. Al poco tiempo, el rey mandó llamar a Don
Fernando para preguntarle que cómo había tenido la osadía de
regalarse su anillo a Don Jorge, ante lo que Fernando no supo qué
contestar. El rey le había regalado hacía varios años un anillo
muy valioso a Fernando como muestra de su amistad, y éste había
prometido conservarlo siempre, como si de un tesoro se tratase. Este
anillo pasó a manos de Beatriz tras el matrimonio, y ahora lo
llevaba Don Jorge.. ¿cómo era eso posible?
Cuando comprendió
lo sucedido, pidió permiso al rey para “recuperar su honor”, a
lo que el monarca no pudo menos que acceder.
Al regresar a su
casa, Don Fernando encontró a su esposa y a su primo, y en la mano
de éste el anillo que le había regalado el rey, pero no perdió la
compostura y actuó como si no ocurriese nada, pese a la furia que
sentía por dentro. Dijo a ambos que tenía que salir de viaje otra
vez, y cuando hubo anochecido volvió a introducirse en su casa,
encontrando a los amantes juntos en su propia cama. Entonces su
control sobre sí mismo desapareció, y comenzó una vorágine de
sangre y venganza de la que no escaparon ni siquiera sus criados. A
la salida del sol, la luz encontró un total 15 personas muertas al
salir el sol.
Entonces, según
cuenta la leyenda, se dirigió al rector de la Parroquia de Santa
María, y confesando su acción pidió que los cadáveres recibiesen
santa sepultura, tras lo cual se marchó durante años. Cuando
regresó ante la presencia del rey, éste le exigió que para ser
perdonado debería construir una torre, y así lo hizo, cuando
terminó de erigir la Torre de Malmuerta pudo volver a ser caballero
del rey y sus crímenes perdonados por el monarca.
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