martes, 3 de julio de 2018
El Ojo del Sahara
Cuando los astronautas americanos James McDivit y Edward
White, a bordo de su cápsula Gemini 4, de la NASA, sobrevolaron nuestro
planeta, se asombraron en junio de 1965 de lo bello y extraño que se ve desde
el espacio exterior.
Por ejemplo, no tuvieron manera de explicar lo que estaban
viendo sobre el territorio de Mauritania, en el desierto del Sahara, cuando
observaron por primera vez una extraña formación geológica, que había pasado
desapercibida para los seres humanos que caminaban el planeta. En efecto, el
extraño fenómeno natural no es visible desde el llano, pero sí desde varios
kilómetros de altura.
Se trata de una caprichosa figura con forma de ojo de buey y
tiene líneas espirales con un diámetro superior a los 50 kilómetros. A partir de esa fecha, es un punto de
referencia para las misiones espaciales, quienes a golpe de vista saben por
donde están orbitando.
Se especula que este gigantesco ombligo terrestre, fue
ocasionado por un aerolito, aunque otras voces afirman que se trata de una
formación geológica natural. En su centro se encuentran rocas de la Edad del
Proterozoico y llama la atención que en el medio del uniforme desierto más
grande del planeta, aparezca de la nada esta circunferencia con orden
concéntrico rompiendo la monotonía del paisaje.
Si bien la ciencia no se pone de acuerdo, hay muchos que,
como siempre, especulan que se trataría de mensajes del espacio o también obras
de extraterrestres, sumado eso al reporte de luces que se dicen haber visto
sobrevolando la zona con extraños comportamientos. Aumenta más el misterio
cuando aparecen videos o fotografías no oficiales, mostrando supuestos ovnis o
naves que se pasean por el lugar.
Actualmente puede observarse esta maravilla utilizando los
sistemas de imagen satelital sin salir de nuestras casas.
El Ojo del Sahara, también conocido con el nombre de “la
estructura de Richat”, es uno de las formaciones más grandes del planeta,y si
bien no se aprecia mediante el convencional paseo terrestre, se distingue en
toda su majestuosidad desde el espacio infinito.
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