Existe la posibilidad de que la mayoría ni siquiera sepamos sus orígenes, significados o peligros. El Halloween es para nosotros una ocasión de diversión, mientras para ellos era época de rituales, de gran trascendencia en su cultura.
Pero más importante aún, la noche antes de Halloween, que nosotros dejamos pasar como un día común, tiene gran trascendencia. Según la sociedad Celtica, cuyos sacerdotes eran llamados Druidas, tomaban el día 30 de octubre como la noche del Diablo, no era una celebración, si no un rito en el cual trataban de protegerse porque era la noche en que los entierros ardían, el Diablo andaba suelto y estaban en gran peligro.
Todas estas gentes corrían de un lado a otro buscando con prisa y necesidad leña, madera, lo que sea que pudiera arder, formando una gran pila, casi gigantesca, para encender una gran fogata antes de que callera la noche, para así poder ayudar al Sol.
En sus creencias podían proporcionarle al Sol más fuerza y calor con sus hogueras y así podría el enfrentar a las fuerzas del mal.
Querían iluminar los alrededores, lo mas semejante al día, para así engañar a los muertos y demonios, haciéndoles creer que aun no caía la noche… la noche del Diablo, porque entonces se abriría la puerta, que los dejaría pasar a nuestro mundo, transitar por él a nuestra par, se ofrecían también sacrificios de animales, comida, incluso humanos, para mantener a los espíritus en calma, y evitar un mal mayor.
Hoy es la noche en que el Diablo convierte nuestro mundo en su patio de juegos…
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