Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



lunes, 9 de julio de 2018

El Moehau, o El Yeti de Nueva Zelanda

Según leyendas de la isla de Nueva Zelanda, el moehau tiene fama de ser un homínido grande y peludo en la Isla Norte de Coromandel. Los primeros relatos fueron elaborados por los maoríes. Las tribus de la isla sur le dieron el nombre de maeroro, cuyo vocablo significa "hombre salvaje de los bosques". Las descripciones hablaban de un ser peludo, enorme y con grandes colmillos que arrastraba a las personas al interior de los bosques. Estas historias de avistamientos de "El Moehau Peludo" o "El Monstruo Moehau" han dado lugar a diversas explicaciones. 

La teoría más común es que se trata de un gorila. Los defensores de esta hipótesis dicen que en la década de 1920 un gorila escapó de un barco, en la que fue la mascota. Se cree que los avistamientos de estos animales pueden haber originado confusiones con la leyenda del Moehau, sugerido por Robyn Gosset en su libro New Zealand Mysteries. 

Siempre fue considerado un mito de la tribu maorí, pero cuando estos conocimientos llegaron a los europeos y, según testimonios, aseguraron haberlo visto a comienzos del Siglo XX, las cosas cambiaron. Posteriormente, en los '30 y '40 continuaron las apariciones. Le dieron el nombre de moehau debido a la región en la que más veces fue supuestamente visto. A fines de 1969, incluso, se organizó una expedición para buscarlo, pero fracasó.En 1970, el concejal le dijo al autor del libro ya citado, Robyn Gosset, que todo fue la exageración de una broma. 

En 1972, dos cazadores afirmaron haber divisado a una criatura gigante a unos 150 metros de donde estaban. Cuando llegaron al lugar donde el humanoide habría estado, encontraron unas huellas de unos 35 cm. de largo. En 1983 un grupo de gente vio a seis o siete de ellos en la vecindad del Lago Waikaremoana. En apariencia, dijeron dos testigos, se habría tratado de tres mujeres jóvenes, un hombre también joven, dos mujeres adultas bien altas y un hombre adulto aún más grande. 

Ya en la era moderna hubo hechos que llamaron la atención. En los '90, un grupo de japoneses afirmó haber visto a un ser parecido a Godzilla... entonces, el científico australiano Rex Gilroy montó una expedición en la que sólo encontraron huellas fosilizadas que pertenecerían a un ser bípedo de tres metros de altura... aunque, de momento, ninguna prueba concreta de su existencia. 

El Monstruo de Gévaudan

Entre 1764 y 1767, más de 120 personas, mujeres y niños, fueron horriblemente asesinados a dentelladas por una bestia misteriosa. Todo esto ocurrió en la región montañosa del Gévaudan, en el centro de Francia, y nadie logró resolver el enigma a pesar de las insistentes batidas y de las inmensas recompensas que ofrecía el Rey. Esta serie de siniestros dio lugar a la leyenda de la llamada bête (bestia) de Gévaudan. El animal o lo que sea aterrorizó a la población de Aveyron en el siglo XVIII y puso en jaque la autoridad de Luis XV, convirtiéndose rápidamente en un asunto de Estado. 

Ante la suposición de que fuera un enorme lobo, se organizaron grandes cantidades de cazadores de toda Francia. Claro que no iban a arriesgar gratuitamente la vida: El Rey ofreció una generosa recompensa a cambio de su piel. Le calcularon aproximadamente 100 kg. de peso e incluso el pueblo llegó a pensar que era el mismo demonio. 

Pero vayamos al comienzo. El primer ataque de la bestia se produjo el 30 de Junio de 1764 y su primera víctima una niña de 14 años llamada Jeanne Boulet. Ese mismo verano se cobró más vidas y asesino dos niñas más, dos niños y una mujer de 32 años. En invierno el número de víctimas se incrementaba alarmantemente incluso asesinando dos veces por semana. 

Solía arrancar de un solo bocado la cabeza de las víctimas, lo que puede darnos una idea del tamaño y la fuerza de su mandíbula. En tan solo un año se había cobrado 54 víctimas. El monarca alarmado por tan abrumantes cifras decidió enviar a sus tropas de choque, los "dragones", que formaban la élite del ejército real. Envió 4 tropas de caballería con el fin de realizar una batida que acabara de una vez con la bestia. 

El jefe de una de las tropas quedo sorprendido al ver al animal, el cual según su descripción era casi tan grande como su caballo pero infinitamente más rápido y ágil. Tras tratar de abatirlo a disparos sintió que las balas no eran capaces de traspasar su piel. 

Otras descripciones le señalaban como un enorme lobo de aspecto muy extraño, con el lomo rayado y una línea negra que le recorría desde el cuello hasta la cola, el color de su cuerpo era rojizo, con el morro afilado, una cola muy larga y fuerte y extraordinariamente móvil y con unas fauces desmesuradas. 
Los esfuerzos de los "dragones" eran en vano, no solo se debían enfrentar al difícil duelo de encontrar a la bestia además tenían otros duros competidores, los caza recompensas, que atraídos por el precio que se puso por dar fin a la vida de la bestia les tendían emboscadas y les confundían con pistas falsas. 

El miedo por los asesinatos sumado a la ambición humana por el dinero sólo ayudaron a generar más muertes, en este caso de los inocentes lobos. Por más ejemplares de esta especie que asesinaron las víctimas no cesaban. Sin duda el comportamiento de la bestia no se asemejaba al de un lobo común pues expertos cazadores de toda Europa trataban de eliminarla con las técnicas que se empleaban para la caza de estos. 

La gente empezaba a sentirse muy asustada, ni la participación del Rey había conseguido aplacar a la bestia. Los clérigos aprovechaban para hacer su campaña diciendo que la bestia solo atacaba a las jóvenes más lascivas, los nobles acusaban a los gitanos pues decían que alguna de las bestias de su circo debía haber escapado. También se apunto a un terrateniente que había recorrido África con una compañía comercial, criaba mastines asilvestrados, lobos, leones y tigres. 
El terror infundido por este animal, incluso, llegó a sembrar una psicosis insólita donde los pueblerinos llegaron a acusarse mutuamente de hombres lobo o incluso de ser los custodios de la bestia. Finalmente, en 1767, el monstruo fue muerto por un campesino que según la leyenda le disparó con una bala de plata hecha tras fundir una medalla de la Virgen. El monstruo fue llevado ante el Rey, más tarde fue embalsamado y años después sus restos desaparecieron. Era algo parecido a un lobo gigantesco de fauces enormes. 

Tras varios estudios se llegó a la conclusión de que se trataba de una especie de lobo, el llamado Lobo de los Alpes, que se extinguió en el Siglo XIX y que debió atacar a los hombres por falta de alimento. Pese a que después de su muerte cesaron los asesinatos, muchos supersticiosos adjudicaron los crímenes a un hombre lobo, aunque por supuesto esto nunca pudo ser probado. 

sábado, 7 de julio de 2018

El Misterio de los Dropa, o el Roswell Chino

Como su nombre lo indica, es uno de los tantos mitos que existen sobre la presencia de extraterrestres. Pero su particularidad es que no tuvo la trascendencia de su comparado, el llamado Incidente Roswell. No existe documentación cien por ciento fiable sobre este caso, y lo poco que se sabe sirve para alimentar la leyenda. 

Según la información existente, el misterio de las piedras llamadas Dropa tuvo lugar en 1938, en las montañas Baian Kara-Ula en la frontera entre China y Tibet. Una expedición arqueológica llevada a cabo por el profesor Chi Pu Tei. En esas montañas encontraron unas grutas, donde se adentraron. Allí encontraron tumbas y esqueletos que pertenecían a seres pequeños y con cabeza desproporcionada. 

Pero el hallazgo que completó la rareza consistió en cientos de discos de 25 cm. de diámetro con dibujos y jeroglíficos. Algunos de ellos representaban a los supuestos humanoides con los que se identifica a los extraterrestres. 

Un especialista llamado Tsum Um Nui habría accedido a los discos logrando descifrarlos, cuyo contenido sería más que llamativo. Según la interpretación y traducción, una nave habría caído en la zona del Tibet y los lugareños, primero llamados por la curiosidad y luego por el espanto, habrían asesinado a los tripulantes de la nave. 

El relato resulta poco creíble, pero en 1974 se reabrió el misterio: un investigador austríaco de nombre Ernst Wegerer visitó el museo de la ciudad de Xian y creyó reconocer los discos, los cuales desaparecieron misteriosamente... La única evidencia de los discos es la misma foto que anda dando vueltas por internet. 

Los Gigantes de Gáldar

Durante el verano de 1976 en Gáldar (Isla Gran Canaria, España) el doctor Julio Francisco Padrón acudía a la casa de Dámaso Mendoza para atender a su madre cuya salud había empeorado. Eran cerca de las 22 y el taxi en el que viajaba atravesaba una zona de curvas traicioneras. En un momento difícil de precisar, sintieron una presencia en el camino y vaya si estaban acompañados: una esfera de 15 metros de diámetro con unas llamativas luces azules. 

Según los testigos, tenía una estructura transparente que dejaba ver las estrellas y dentro de ella tuvieron la oportunidad de presenciar un espectáculo inusual: dentro de la esfera empezaron a haber cambios de luces y se notó la presencia de dos seres aparentemente extraterrestres, los cuales medían dos metros de alto. Supuestamente no tenían dedos y portaban una escafandra. 

Luego de quince largos minutos, la esfera pareció crecer hasta marcharse levantando vuelo. Luego de la estupefacción lógica, el conductor retomó el viaje y llegaron a destino, para que sin saberlo se iniciase una historia alrededor de su vivencia. 

A todo esto, resulta curioso el detalle de que varias personas sufrieran extraños fenómenos justo en el momento de aparición de la "nave": una señora afirmaba tener interferencias en su televisor. El mismo taxista dejaba de tener señal en su radio. Según las crónicas de la época, unas 60 personas afirmaron haber visto luces... así nacía el avistamiento conocido como Los gigantes de Gáldar. 

Pero no fueron solamente el médico y el taxista quienes vieron las luces... también el capitán de una corbeta llamada Atrevida dio detalles precisos de lo que vio a esa misma hora: 

Se vio por primera vez un foco luminoso, de color amarillo azulado intenso, saliendo de tierra y elevándose en altura con dirección a nuestra posición. Una vez tomada altura, (15º-18º), quedó quieto, girando su proyección luminosa, dejándose ver el foco de origen. Se mantuvo así dos minutos aproximadamente, originándose un gran halo de luz amarillo azulado intenso, que permaneció en la misma posición, durante cuarenta minutos, aún después de haber desaparecido el fenómeno que dio origen al mismo. A los dos minutos, el foco se fraccionó, quedando una parte más pequeña abajo, en el centro del círculo luminoso, formándose una nube azulada y desapareciendo la fracción que dio origen a este núcleo azulado. La superior tomó altura en espiral de una forma rápida e irregular, desapareciendo posteriormente.

También un carguero llamado Osaka Bay logró divisar el fenómeno... entonces la noticia corrió como reguero de pólvora. El doctor fue llamado a declarar ante un tribunal militar e incluso el caso llegó a formar parte de los expedientes sin resolver del Ejército Español. 

Los más escépticos adjudican este fenómeno a una alucinación por parte del médico (años después, en 1994, formularía declaraciones algo extrañas, como que los seres de la nave "tenían una facultad mental que no existe en la Tierra” (sic) y que varias personas culpables de haberle hecho daño, luego habían sufrido la muerte), e incluso sostienen que el suceso luminoso se debió "al lanzamiento de un misil Poseidon desde un submarino de la Armada norteamericana situado al oeste de las Canarias. Todos los testimonios coinciden en la dirección del fenómeno y en la hora, y también el del médico Dr. Padrón, de tal forma que éste no estaba contemplando otra cosa distinta a la que innumerables habitantes de las islas observaron aquella noche". 

Lo cierto es que los expedientes se desclasificaron recién en 1993 y un teniente general que llevaba su cargo en ese lejano 1976 reconoció haber visto una esfera voladora y un objeto volador que pertenecía a la Tierra. Y no sólo eso: esa noche hubo avistamientos en la isla, pero aún tomando en cuenta los ejercicios balísticos ya mencionados, es necesario destacar que fueron ejecutados en Cabo Verde, imposibles de ver desde las Canarias... nunca se llegó a una conclusión definitiva sobre si fue una alucinación colectiva o un verdadero avistamiento OVNI.

La Leyenda de la Serpiente de 7 Cabezas

En el estado Bolívar, Venezuela existe la famosa “Piedra del medio”, formación rocosa que se encuentra en el medio del río Orinoco, entre las poblaciones de Ciudad Bolívar y Soledad. 

Humboltd la llamó “el orinocómetro”, pues los habitantes de la ciudad la usaban para llevar el registro de las subidas y bajadas de aguas. Cuenta la leyenda que debajo de la Piedra del medio existen galerías que se desparraman por toda la ciudad y que en ellas habita una serpiente de siete cabezas. El último avistamiento del monstruo fue en 1988, año en el cual una multitud de bolivarenses, con lámparas y cámaras, lograron fotografiar en la noche varias sombras de las supuestas cabezas de la serpiente.

A mediados del siglo XX, la Universidad de Oriente envió una embarcación de estudios oceanográficos para realizar investigaciones en el río Orinoco, y el buzo que se sumergió para explorar el río, en los alrededores de la Piedra del medio, pidió en medio de un ataque de nervios que lo subieran rápidamente porque había visto un monstruo. 

Lo que a fin de cuentas descubrió la expedición, con aparatos de ultrasonido, es que justo delante de la piedra se encuentra una enorme fosa de 160 metros de profundidad, en forma de embudo. 
Es curioso que en ese punto se hayan perdido varias embarcaciones, y que otras tantas hayan reportado fuertes golpes en la estructura de la nave.

Esta historia se parece mucho a la contada en la mitología griega. La historia de la Hidra relata la presencia de un animal, una serpiente de siete cabezas, que habita y protege las entradas subacuáticas a los inframundos.

jueves, 5 de julio de 2018

La Pasión de Marthe


Marthe  Robin nació en 1902 en una pequeña granja del departamento de Drôme, en Cha-teauneuf-de-Galaure, en Francia, en el seno de una familia que ya tenía cinco hijos. De muy niña abandonó la escuela para trabajar con sus padres, hasta que en 1918 comenzó su verdadera historia.

Se sumió en un estado de coma que se le diagnosticó como encefalitis letárgica. Cuando despertó al cabo de 27 meses, su cuerpo comenzó a paralizarse. A partir de 1930 empezó a rumorearse que era objeto de fenómenos misteriosos. El Viernes Santo de ese año, sus manos manaron sangre, y también de sus pies y de la frente. El párroco de su pueblo alertó al obispo y empezaron a aparecer los curiosos.

Decían que Marthe estaba poseída por el demonio, el cual la lanzaba de su cama. Cuando le acercaban una hostia a la boca, esta escapaba de las manos del sacerdote.  Marthe sanaba a los enfermos, pero no comía ni bebía, aunque tampoco adelgazaba. A partir de ese año transcurrió su vida en una cama, en una habitación casi oscura, teniendo como único alimento durante 50 años, una hostia consagrada diariamente.

La ciencia tiene muchas dificultades para aceptar que esto haya sido real. Podría tratarse de un caso de neurosis, de autosugestión o de algún fenómeno desconocido, pero nadie se anima a hablar de milagro.  Cada viernes santo, las manos de la mujer sangraban al igual que las del Cristo crucificado, pero muy pocas personas pudieron ver el fenómeno. Uno de ellos es el padre Sinet, director espiritual de la estigmatizada, el cual fue el vocero de la única petición de la mujer: crear una casa de caridad administrada por una comunidad de laicos consagrados, la que en el año 1981, cuando ella falleció, ya era una obra gigantesca ligada al catolicismo tradicional que tiene ramificaciones en el mundo entero.

Nueve años después de su muerte se inició la encuesta preliminar para su beatificación. Los testigos, que no eran otra cosa que los pocos que podían visitarla, relataron los sufrimientos de la pasión que esta mujer vivía semana tras semana, llorando cada noche lágrimas de sangre y afirmando que viajaba fuera de su cuerpo. La vida de esta campesina francesa fue para muchos un verdadero milagro, pero otra gran mayoría dice que fue una vil explotación comercial basada en la buena voluntad y la fe de los creyentes.

Falleció el 15 de febrero de 1981, a los 78 años.

Sabandijas del Cielo


En el año 1800, se creó la Policía Celeste. Curioso nombre para un grupo de investigadores nucleados por el alemán Johan Schroter, un conjunto de 24 astrónomos que se reunieron en el Observatorio de Lilienthal.

Este grupo de científicos opinaba que en el Sistema Solar faltaba un integrante, del cual no tenían la descripción pero sospechaban donde se hallaba: entre Marte y Júpìter, ya que por esa zona había una brecha demasiado grande. Lamentablemente para ellos, otro astrónomo que no pertenecía al grupo, Giusseppe Piazzi, fue el que anunció el descubrimiento de un pequeño planeta el 1 de enero de 1801. Le dio el nombre de Ceres por la diosa patrona de su región natal en Sicilia.

Para 1807, la Policía Celeste había encontrado otros tres objetos borrosos en la zona sospechada. Eran asteroides y para fines de siglo ya se habían localizado má s de 450.  En 1891, apareció por primera vez un asteroide en la fotografía del cielo y actualmente son tantos que se los denomina jocosamente con el nombre de “sabandijas de los cielos”.

En la actualidad, los astrónomos tienen catalogados por nombre y número más de 2200 asteroides, a los cuales les conocen las órbitas perfectamente. El más grande sigue siendo el viejo Ceres, ya que tiene 1003 kilómetros de diámetro, seguido de Palas con 608 y Vesta con 537, que a veces suele acercarse a nuestro planeta y suele ser apenas visible a simple vista.
El asteroide más misterioso es Quirón, ya que tal vez se trate de un satélite de Saturno, con una órbita rara entre Saturno y Urano, con una sexta parte de su viaje dentro del planeta mayor. 

Según la primera teoría sobre el origen de estos sabandijas, se tratarían de los restos de un planeta que explotó, pero hoy parece existir la certeza de que se han formado de materia que no logró consolidarse para formar algo más grande como un planeta, ya que en su conjunto tienen una masa menor a la de nuestra Luna.