Desde temprana edad, y una vez finalizado sus estudios, Condorcanqui fue nombrado cacique y comenzó a administrar los territorios que había heredado. Poseía campos de coca en Carabaya, campos de maíz en Tinta, minas, y mulas.
Como era de esperarse, y debido a su éxito económico, las autoridades españolas comenzaron a presionarle, obligándole a pagar prebendas, al igual que los arrieros argentinos, quienes deseaban controlar el monopolio de los minerales a través del Alto Perú.
En 1776, Condorcanqui presentó una petición oficial para que los indios fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas pero la misma fue rechazada lo cual desembocó en una rebelión a principios de 1780 encabezada por este prospero descendiente del último soberano inca Tupac Amaru, de quien luego tomaría el nombre.
Como primera medida, Tupac Amaru II capturó al Corregidor Arriaga, le hizo prisionero y ordenó su ejecución. Posteriormente se enfrentó a 1200 españoles en Sangarará, los venció y luego regresó a su ciudad natal en Tungasuca a fin de iniciar un tratado de paz con los mismos lo que acabó por ser una mala decisión ya que ésto les proporcionó el tiempo necesario para organizar una resistencia.
Lo inesperado sucedió. El 8 de enero de 1781 los rebeldes son vencidos y después el 5 y el 6 de Abril vuelven a caer ante las tropas del Mariscal del Valle. En consecuencia, Tupac Amaru es perseguido por Ventura Landa en Tatanico y capturado. Su fin sería cruel.
El 18 de Mayo de 1781 es obligado a asistir a la Plaza de Armas de Cuzco a fin de presenciar la ejecución de toda su familia, entre ellos su esposa Micaela Bastidas con quien había contraído matrimonio a la edad de 20 años, sus aliados y amigos.
Por último, solo faltaba Amarú a quien le cortaron la lengua y ataron sus extremidades, piernas y brazos, a cuatro caballos a fin de descuartizarlo vivo, una atroz idea que no lograron concluir por lo que decidieron decapitarlo, clavar su cabeza a una lanza, despedazarlo y enviar sus cuatro miembros a cuatro ciudades diferentes, Tungasuca, Carabaya, Livitaca y Santa Rosa.
Mas allá de su trágico final, la lucha por la independencia no cesó ya que luego de su muerte apareció en escena un medio hermano, Diego Cristóbal Tupac Amaru, para seguir sus pasos.
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