El lago Titicaca entre Perú y Bolivia, a 3812 metros de
altura, tiene una extensión de más de 8000 km2. En su interior, desde 1999 se
han hecho numerosas excursiones, y se han descubierto piezas de oro, metal y piedra,
que se encuentran hoy custodiadas en el museo.
La expedición italiana Akakor recorrió las aguas alrededor
de las numerosas islas que comprende el lago, y descubrió a 50 metros de
profundidad las ruinas de un templo que debió ser frecuentado posiblemente hace
unos 6000 años atrás, época en que no estaba sumergido.
Entre los muchos elementos que extrajeron, hay una figura de
oro de 60 centímetros que pesó cerca de 40 kilogramos.
La leyenda
“…que los hombres vivían felices en su valle, donde las
tierras eran extremadamente fértiles. No les faltaba de nada, y el sufrimiento
no habitaba sus dominios paradisíacos. Los dioses de las montañas, los Apus,
protegían a los humanos y sólo les estaba prohibida una sola cosa: no podían
subir a la cima de las montañas, donde ardía el Fuego Sagrado.
Pero el diablo también habitaba por aquellas tierras y le
era insoportable ver toda esa felicidad. Por eso incitó una y otra vez a los
hombres para que subieran hasta la cima de aquellas montañas. Los Apus
sorprendieron a los habitantes escalando la ladera y fue tal su furia que
soltaron a los pumas, que devoraron a toda la población, salvo una pareja.
Ante tal carnicería, el Dios Sol, Inti, lloró durante
cuarenta días y cuarenta noches, formando así el lago Titicaca.
Cuando el sol volvió, la pareja, refugiada en una barca, vio como todos los pumas se habían convertido en formas de piedra“.
Fuente: Leyendas, Mitos, Misterios y Enigmas del Mundo
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