jueves, 7 de mayo de 2020
El Niño Compadrito
El Niño Compadrito
es adorado por cientos de fieles de Perú, que aseguran que se les
aparece en sueños y cumple sus peticiones, incluidas aquellas de
acabar con la vida de sus enemigos. Se trata del esqueleto de un niño
envuelto en un manto con filigranas doradas y embellecida con ojos de
vidrio, pestañas, peluca y corona de plata.
Se le rinde culto
los martes y viernes, llevándole caramelos, juguetes, cirios,
joyas….para que atienda a los pedidos de sus fieles. La capilla
está llena de velas (algunas de ellas negras y con el nombre de las
personas a las que se les desea la muerte a manos del Niño
Compadrito), de placas y notas de agradecimientos, fotografías e
imágenes religiosas. Se comunica con sus fieles mediante sueños en
los que el Niño Compadrito aparece arrastrándose alrededor de sus
camas.
Según la leyenda,
el cráneo y el esqueleto pertenecen al hijo de un tiránico virrey
español y una cuzqueña, llamado Mario, que a los 13 años fue
secuestrado por personas que pretendían vengarse de su padre.
Frotaron su cuerpo
con unas hierbas mágicas que redujeron su cuerpo en vida. Sufrió
una larga agonía hasta que finalmente murió.
Se dice que en época
colonial, en la casona de un noble español, empezaron a suceder
fenómenos extraños que atemorizaban a los habitantes. Durante una
noche de tormenta, un rayo cayó en un muro, abriendo una grieta, que
dejó al descubierto un ataúd en el que hallaron el cuerpo de un
niño momificado.
Llegó a manos de su
actual cuidador, Juan Letona, por herencia, ya que se encuentra en su
familia desde 1950. Se dice su abuela, Isabel, se perdió siendo una
niña y se encontró con un muchacho que le ayudó a regresar a casa.
El niño volvió solo al lugar donde Isabel se había extraviado y,
cuando Isabel y sus padres volvieron al día siguiente, solo
encontraron el esqueleto del chico. Decidieron conservarlo en una
urna de cristal y pasó a ser conocido como el Niño Compadrito.
En 1975, Luis
Vallejos Santoni, obispo de Cuzco proscribió el culto alegando que
fomentaba el oscurantismo, que era un “feto del demonio“ y que el
cráneo pertenecía a un mono. Incluso se llevó a cabo una cruzada
que intentó quemar al Niño Compadrito, por lo que la imagen se
trasladó a un escondite del pueblo de Huayllabamba, al sur del Machu
Picchu, donde se le siguió venerando de forma clandestina.
Algunos fieles
afirman que el Niño Compadrito se les apareció en sueños y les
dijo que no se preocuparan, que se iba a vengar, y les mostró dónde
debían esconderle. Intentaron avisar a Luis Vallejos, que se negó a
recibirles.
En 1982 el obispo
perdió la vida cuando su coche cayó misteriosamente por un barranco
de 150 metros, que fue considerado como una venganza del Niño
Compadrito. Además, hubo una serie de muertes inexplicables de
personas relacionadas con la prohibición del culto al Niño
Compadrito, como la del padre Luis Dalle y su hermana.
Unos reporteros
argentinos que realizaron un documental sobre el caso cuentan que
durante las grabaciones las cámaras se paraban y hubo un corte de
luz que afectó a toda la zona.
Además, los
intentos de los periodistas y antropólogos que han intentado ver el
esqueleto completo para comprobar si es humano, se han visto
frustrados por "señales" del Niño Compadrito que han sido
tomadas como presagios de que algo malo les ocurriría si seguían
adelante.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario