viernes, 1 de mayo de 2020
El Coloso de Rodas
En el mar Egeo,
encontramos la más importante de las islas Espóradas: Rodas. Es
importante porque su ciudad, del mismo nombre, es la capital del
Dodecaneso, archipiélago compuesto por una veintena de islas. La
situación geográfica de Rodas es privilegiada para comerciar con
Grecia, el Asia Menor e incluso Egipto, y gracias a eso se ha
convertido en el centro comercial más importante del Mediterráneo
Oriental.
Por ello no es
extraño que alguna potencia de la época ambicione apoderarse de
Rodas e intente tomarla, como Macedonia. Su rey, Demetrio I
Poliarcetes, es conocido por su experiencia en el arte militar, sobre
todo en los asedios, tanto, que en futuro los militares se referirán
a la técnica de asediar fortalezas como "Poliarcética".
Demetrio ataca pues, Rodas. Sin embargo, la ciudad resiste los
embates de este temible guerrero, quien finalmente se retira.
Para celebrar este
triunfo, la ciudad decide elevar un monumento memorable a Helios,
dios del sol, en el puerto. Dirige las obras Cares de Lindos,
discípulo de Lisipo. La estatua va creciendo, primero el armazón de
hierro y sobre él las placas de bronce. Finalmente, cuando la
estatua se termina mide nada menos que 32 m de altura. Su fama
atraerá a viajeros de todo el mundo antiguo para verlo.
Con el Coloso,
llegaron a ser 5 las maravillas del mundo que se alzaban sobre la faz
de la tierra, número que no fué superado sino que fué decreciendo.
56 años después de su construcción, en el 223 a. de C., un
terremoto derribó al Coloso. Los habitantes de Rodas, siguiendo el
consejo de un oráculo, decidieron dejar yacer sus restos donde
cayeron. Y así fué, durante cerca de 900 años, hasta que en el 654
d. de C. los musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una
incursión.
Durante muchos años
se creyó que la estatua había sido erigida con una pierna apoyada
en cada parte del muelle de Rodas como aparece en algunas imágenes.
Sin embargo, no parece que haya sido realmente así por 2 razones: si
hubiera sido erigida allí, se habría hundido por su propio peso. La
otra razón es que para su construcción tendrían que haber cerrado
un muelle de gran importancia militar durante varios años, siendo
vulnerables a ataques por mar.
Otra hipótesis,
publicada en un artículo de la arqueóloga alemana Úrsula Vedder en
2008, sugiere que el Coloso no habría estado en el puerto, sino que
era parte de la Acrópolis de Rodas, sobre una colina ahora llamada
monte Smith, con vistas a la zona portuaria.
Tradicionalmente se
creía que el templo en la cima del monte Smith estaba dedicado a
Apolo, pero ―de acuerdo con Vedder― habría sido un santuario de
Helios. Según Vedder, los sobre-dimensionados cimientos de piedra en
el sitio del templo, cuya función no se conoce con exactitud,
habrían sido la base de soporte del Coloso.
La leyenda del
Coloso tendió, cómo no, a agrandar sus proporciones. Durante el
renacimiento el Coloso fué "descubierto" por los
humanistas, al igual que el resto del arte griego, y su magnificencia
fué remarcada haciéndose circular que su tamaño era tal que los
barcos pasaban entre sus piernas. Pero el Coloso no necesita de
mitificación: habrá de pasar la friolera de 2000 años hasta que el
hombre realice otra estatua colosal que la supere, lo cual lo dice
todo.
Según el alcalde de
Rodas actual, Hatzis Hatziefthimiou, en 2008 se encargó al artista
alemán Gert Hof la reconstrucción de la obra mediante una
«escultura luminosa» de acero. La estatua se construirá en el
muelle exterior del puerto. De un valor inicial de unos 100 millones
de euros, medirá entre 60 y 100 m, (la original medía poco más de
30 m) y diversas organizaciones comerciales internacionales se
ocuparán de financiarla. Según el artista, el público podrá
entrar físicamente en la nueva escultura
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario