viernes, 1 de mayo de 2020
Aleister Crowley, el Hombre más Malvado del Mundo
"Para practicar
magia negra tienes que violar todo principio de la ciencia, decencia,
e inteligencia. Debes estar obsesionado con una idea demente de la
importancia del mezquino objeto de tus detestables y egoístas
deseos. Se me ha acusado de ser "mago negro". No se ha
hecho jamás afirmación más tonta sobre mí... La "Misa Negra"
es un asunto totalmente diferente. Yo no podría celebrarla aunque
quisiera, porque no soy un sacerdote consagrado de la Iglesia
Cristiana. El celebrante debe ser un sacerdote, porque toda la idea
de la práctica es profanar el Sacramento de la Eucaristía. Por
consiguiente, debes creer en la verdad del culto y la eficacia de su
ritual" Aleister Crowley, 1933.
"Alister
Crowley, el hombre más malvado del mundo" Así fue calificado
este famoso mago por la prensa británica. Practicante de magia
negra, invocaba espíritus y demonios, afirmaba poseer el don de la
invisibilidad, era temido incluso por sus discípulos...
Edward Alexander
Crowley, más conocido como Aleister Crowley, nacido en 1875, creció
en un ambiente opresivo y puritano. Sus padres pertenecían a la
secta Hermanos de Plymouth, la más intransigente de la época. Su
madre le llamaba "La Bestia" y "666", porque su
hijo le recordaba a un demonio. Él le contestaba llamándola
"estúpida santurrona". La relación con su padre tampoco
era muy buena, lo que le llevó a sustituir su verdadero nombre,
Edward Alexander, por Aleister.
A los ocho años
cogió un gato, le administró cloroformo para que no ejerciera
resistencia, y le inyectó arsénico. Después, entre otras torturas,
le gaseó en el horno, le quemó, y finalmente le despellejó vivo.
De esta forma quería comprobar si era verdad que los gatos tenían
siete vidas.
Durante su
adolescencia, le financian los estudios en el Trinity College de
Cambridge, pero el utiliza los fondos económicos para salir,
divertirse, beber, o tener relaciones.
Su primera mujer era
la hermana de uno de sus amigos, una viuda harta del acoso de los
hombres que se casó con él a cambio de no consumar el matrimonio,
llamada Rose Kelly. Pero Aleister Crowley nunca cumplía sus
juramentos, y a las pocas horas ya forzaba a la joven a tener
relaciones, lo que la llevó a hacerse alcohólica. En 1904, durante
su luna de miel, viajan a Egipto.
Rose empieza a
sumirse en estados de trance y afirma que “el dios Horus estaba
tratando de entrar en contacto con el”. Se cuenta que para
combrobar la veracidad de los mensajes de Kelly, Aleister Crowley la
llevó a un museo en El Cairo y le dijo que le señalara a Horus,
siendo testigo de como ella lo llevó a un monumento funerario de
madera, ilustrado con escenas mitológicas y jeroglíficos. Además,
dicho monumento conocido como “la estela de la revelación”,
tenía el número 666 en el índice de piezas del museo. Crowley
entra en contacto con un ente llamado Aiwass, el cual le dicta su
famosa obra, el Liber Legis o Libro de la Ley. El matrimonio acabó
en divorcio, pero no antes de que Crowley intentase tirar a su suegra
por las escaleras.
Su segunda esposa
también acabó alcoholizada, aunque él tampoco era un ejemplo a
seguir: consumidor de heroína, cocaína, opio, hachís,
marihuana.... Era bisexual, le gustaba colgar a sus amantes boca
abajo en el armario y clavarles sus dos colmillos (afilados a
propósito).
Las personas de su
alrededor tampoco corrían mejor suerte: su maestro, Liddell McGregor
Mathers creía que despedía una energía mágica capaz de
aniquilarle. También sus discípulos. Lord Tankerville y Victor
Neuburg sufrieron alteraciones nerviosas porque se creían malditos;
Raoul Loveday murió envenenado; Alexis Pache murió haciendo
escalada a solas con Crowley; Norman Mudd se suicidó.
Disponía de un gran
saber religioso, tenía conocimientos científicos, sabía de
astrología...Además, había nacido con varias señales búdicas:
nació con la lengua pegada, le operaron de fimosis y tenía cuatro
pelos en forma de esvástica al lado del corazón.
Crowley comienza su
camino mágico de forma consciente en Cambridge al leer el libro de
Mathers La Cábala desvelada. Después descubrirá la compilación
del ceremonial mágico realizada por A.E. White. El 31 de diciembre
de 1896, en Estocolmo, tiene su primera experiencia de liberación
interior: "Descubrí que poseía una capacidad mágica que
formaba parte de mí. Fue una experiencia dolorosa y terrible a la
vez, que me dio la llave del placer y el éxtasis espiritual".
A los 23 años
ingresa en la Golden Dawn, una sociedad ocultista de gran influencia.
Su jefe es Mathers. Crowley se cambia el nombre por el de Perdurabo,
y monta un templo de magia blanca y otro de magia negra.
En este período sus
logros mágicos son constantes y Crowley asegura realizar viajes y
entrevistas astrales, materializaciones de los elementales, de los
silfos y de diversas fuerzas celestiales y demoníacas.
Mathers encuentra en
París un manuscrito del siglo XV, El libro de la magia sagrada de
Abramelin el mago, que se va a convertir en el centro de los estudios
y prácticas de Crowley. Para ello construye un oratorio en un lugar
mágico, aislado y tranquilo que encuentra en Escocia: la finca
Boleskine, frente al lago Ness. Construye una, salita para los
espíritus. En ese lugar conjura a su Ángel de la Guarda, con quien
establece una perfecta comunión. Sólo cuando lo consigue puede
convocar a los cientos de espíritus, ángeles y demonios y realizar
talismanes.
Otros países clave
en la vida de Crowley son la India y México.En la India se inicia en
el tantrismo, el sexo sagrado como vía de acceso al conocimiento,
que practicaría asiduamente con hombres y mujeres. En México entra
en contacto con Don Jesús Medina, que le introduce en la masonería
y en los secretos de mayas y aztecas. Es aquí donde Crowley asegura
haber verificado su método para lograr la invisibilidad y haber
descubierto la llave secreta de la Gran Obra.
Al final de su vida,
Aleister Crowley estaba en bancarrota. Murió en una casa de
huéspedes en Hastings Sussex, Inglaterra, el 1 de diciembre de 1947,
debido a una degeneración del miocardio y bronquitis aguda. Fue
incinerado en una ceremonia a la que acudieron algunos de sus
discípulos y amigos, en la que leyeron parte de los Textos Sagrados
de Thelema, entre ellos, pasajes del Liber Legis, y también de su
Himno a Pan.
Sus últimas
palabras fueron:
"A veces me
odio a mi mismo"
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