Se dice que la falta de parpados fue un defecto de nacimiento. Y su familia, supersticiosa en extremo, creyó que el bebé era hijo del demonio, y decidió deshacerse de él.
Otra teoría, sostiene que sus parpados fueron arrancados en algún ritual vudú, y ahora el vaga por las calles transmitiendo una profunda tristeza en sus ojos, buscando a los responsables.
Las apariciones del hombre sin párpados pueden darse a cualquier hora del día, aunque son más frecuentes bajo el cobijo de la oscuridad. Suele vestir humildemente, por lo que comúnmente es confundido con una persona de la calle.
Jamás emite sonido alguno, sólo mira fijamente a los ojos de la persona a la que se ha acercado, como queriendo que ésta note su desgracia o su sufrimiento. Suele acompañar a quien lo ve durante algún tiempo, para después cambiar abruptamente de dirección y desaparecer en la lejanía.
Sólo puede ser visto por las personas que él elige, así que pedir socorro a los demás transeúntes no tiene efecto alguno, porque nadie puede verlo. Lo cual puede ser contraproducente para la víctima, porque fácilmente se le percibe como loca al estar gritando sin aparente razón a mitad de la calle.
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