lunes, 11 de julio de 2016
Que Extrañas Coincidencias las del Dios Mitra
Alrededor de 3.500 años antes de Cristo aparecen en los
Vedas, libro sagrado de la India, las primeras referencias al dios Mitra. Se le
nombra como dios unido a Varuna. Ambos formaban una dualidad inseparable; Mitra
era el dios del amanecer, de la luz y del sol; Varuna es el dios del crepúsculo
y de la noche. Ambos, luz y oscuridad se encargaban del buen funcionamiento de
la bóveda celestial.
Por influencia de los arios hindúes que se trasladaron hacia
el actual Irán y Turquía, ya en el año 1.400 antes de Cristo, se le nombra como
dios garante de un tratado entre los Hititas y el Reino de Mitanni, situado en
el actual Kurdistán, a caballo entre Turquía e Irak.
Alrededor del año 1.000 antes de Cristo, nace en Bakctriana,
ciudad de Persia— actual Irán— un hombre llamado Zaratustra. Este hombre es
considerado por muchos historiadores como el primer ser humano que cambió
verdaderamente la Historia y la concepción del mundo y de la persona.
Zaratustra recibió una “Revelación”, proclamando al
verdadero dios, creador del Universo, al que llamó Ahura Mazda que significa
“Señor Sabio”. En oposición a él, estaba Angra Mainyu que significa “Demonio de
la Mentira”. Ni qué decir tiene que ambos personificaban el Bien y el Mal.
Ambos luchaban por imponerse sobre la Creación y sobre los hombres.
El Mandeísmo, nombre dado a esta revelación, fue la primera
gran religión que tuvo un libro sagrado, el Avesta, que significa “La Palabra”,
y su antigüedad es mayor que la Biblia, la cual tomó de este libro algunos de
sus pasajes más conocidos.
Historiadores y filósofos confirman que el Mazdeísmo fue el
precursor de las grandes religiones monoteístas basadas en libros sagrados,
como el Judaísmo, el Cristianismo y el Islamismo, las cuales beben en sus
fuentes originales, los dogmas y enseñanzas de Zaratustra.
Desgraciadamente, sólo se conserva un tercio del libro
original escrito por Zaratustra al dictado de Ahura Mazda, según le iba siendo
revelado. Lo más extraordinario, es que Zaratustra tuvo doce discípulos, la
tradición persa le otorga la autoría de cientos de milagros y curaciones,
incluso la resurrección de varios cadáveres.
En la religión mazdeísta ya se habla de un diluvio
universal, de un arca en la que se salvaron una pareja de animales de cada
especie y una familia. Se entroniza una Santísima Trinidad compuesta por los
dioses Ahura Mazda, Mitra y la diosa Anahita, esposa de Ahura Mazda y madre de
Mitra.
El Mazdeísmo habla de la primera pareja humana, de Paraíso,
del Cielo y del Infierno, del juicio tras la muerte, de la resurrección de los
muertos y del juicio final, tras la victoria sobre Angra Mainyu, ayudado por
sus demonios, mientras Ahura Mazda y Mitra serán ayudados por los ángeles y
arcángeles.
También anuncia el Avesta, la aparición en La Tierra de un
Salvador, un Redentor de la Humanidad, que vendrá a enseñar a los hombres su
misión en la vida y a vencer al mal.
Este redentor es Mitra, hijo de Ahura Mazda. Según el
Avesta, Mitra nació en una gruta el día 25 de diciembre. Una luz
resplandeciente situada sobre la gruta despertó a unos pastores que fueron a
adorarle. Unos magos, enterados por las estrellas de su nacimiento, fueron a
obsequiarle ofrendas. En la gruta, un buey y una mula ayudaban a calentar al
niño dios. Los mazdeístas creían que Zaratustra era una encarnación del dios
Mitra, que había venido a la Tierra para salvar a la Humanidad.
Mitra, tras su nacimiento, ayunó en el desierto durante
cuarenta días y sufrió una “pasión” que se celebraba en la semana del 23 de
marzo, con la llegada de la Primavera. Curiosamente es la fecha aproximada en
que se celebra la Pasión de Jesucristo.
Durante dicha pasión, Mitra se veía obligado a matar a un
toro, de cuya sangre brotaba toda la Creación.
Plutarco, habla de los misterios de Mitra en el año 87 antes
de Cristo, ya que esta religión, la Mitraica, se extendió por todo el Imperio
Romano llevada por las legiones que la adoptaron en masa cuando llegaron a Asia
Menor. Incluso el emperador Trajano la protegió y declaró el domingo día del
sol dedicado a Mitra como día festivo en todo el imperio, más tarde lo adoptó
también el cristianismo como día del Señor.
La religión Mitraica tenía en su liturgia el bautismo con
agua para ingresar en la misma y la confirmación posterior. En la entrada de
los mitreos o templos, estaba situada una pila con agua bendecida por los
sacerdotes en la cual se mojaba la mano y luego la frente para entrar
purificados. Se realizaba una ceremonia o ágape, en el cual se bendecían el pan
y el vino o agua, y se repartía entre los asistentes como si fuera la carne y
sangre de Mitra de forma simbólica. Se cantaban himnos en honor a Mitra.
El clero estaba estructurado entre Padres, o sacerdotes
comunes, Amtistides u obispos y Pontífices. Sobre todos ellos gobernaba el
Padre de los Padres, título equivalente al de Papa.
Las fechas más señaladas en el calendario sagrado de Mitra
eran: el 25 de diciembre, día del nacimiento del dios; el 6 de enero, día de la
adoración de los magos; el 24 de marzo, semana de pasión de Mitra; el 6 de
mayo, revelación del Avesta a Zaratustra; el 16 de mayo, comienzo del ayuno de
Mitra en el desierto; el 24 de junio, Mitra asciende a los cielos y es
proclamado segunda persona de la trinidad; el 16 de agosto, Mitra es nombrado
por Ahura Mazda intermediario entre él y los hombres y se le otorga todo el
poder sobre la Tierra y sus moradores.
La religión de Mitra era una religión mistérica, es decir,
que guardaba algunas ceremonias en secreto sólo para unos pocos iniciados. Los
creyentes en Mitra no eran admitidos de inmediato a todos los secretos de la
liturgia ni se le explicaban todas las doctrinas y dogmas. Existían una serie
de grados, a través de los cuales iban ascendiendo los fieles según su
preparación y la piedad de su vida demostrada ante los sacerdotes y compañeros
de culto.
La religión de Mitra se extendió por todo el Imperio Romano.
El Cristianismo y el Mitraismo convivieron hasta la llegada al poder de
Constantino el Grande, el cual, creyente de Mitra, no dudó en aprovechar la
ocasión para fusionar ambas doctrinas. El Cristianismo adoptó la estructura del
clero mitraico; ya que la Iglesia Primitiva Cristiana no tenía sacerdotes,
todos los creyentes eran iguales ante Dios y todos podían tomar la palabra y
dirigir las asambleas en donde se recordaban las palabras de Jesús y sólo
existían unos encargados de moderar y poner orden entre los asistentes. Luego
se nombraron personas entre los más ancianos y respetados, para que
administraran los bienes de la congregación y repartieran entre los más pobres
las dádivas de los más favorecidos, pero en las primeras iglesias cristianas no
existía el clero como tal.
Constantino convocó el Concilio de Nicea en el siglo IV, y
lo presidió aunque no era cristiano. Los obispos o encargados de las iglesias
de aquella época, se dejaron embaucar con los regalos y donaciones imperiales,
así como con las promesas de nombramientos oficiales, que les equiparaban a los
magistrados del imperio.
De aquél concilio presidido por un no cristiano, el
emperador Constantino, nació el Cristianismo tal y como lo conocemos hoy, con
Jesús convertido en Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad y Redentor
de los hombres, la estructura clerical y la mayoría de los dogmas y creencias
cristianas.
A partir de ese momento, el Mitraismo fue perseguido a
muerte, sus libros quemados, sus templos derribados, y en pocos años, proscrito
por edicto imperial de Teodosio. No es extraño que hoy sea difícil encontrar un
libro sobre esta religión que tanto ha “aportado” a nuestra cultura y nuestra
forma de vivir.
No existe ningún original de los Evangelios cristianos
canónicos anterior al siglo V. Todos los Evangelios fueron reescritos,
interpolados, modificados y adaptados a las nuevas normas eclesiales copiadas
del mitraismo. Los Evangelios originales escritos en el siglo I y II,
desaparecieron tras la persecución implacable de la jerarquía imperial y
eclesiástica. La figura de Jesús fue retocada para hacerla más parecida a
Mitra, Dionisos, Adonis, Osiris, Krisna y otros dioses “redentores” de la
Humanidad. Todos ellos murieron y resucitaron, algunos de ellos nacieron de una
virgen. Adonis por ejemplo resucitaba en Primavera; Krisna estuvo muerto tres
días.
En Egipto se realizaba desde tiempo inmemorial una ceremonia
de iniciación, mediante la cual el neófito era atado a una cruz tumbada
horizontalmente y depositado en lo más profundo del templo en donde permanecía
sin luz, agua ni comida, durante tres días. Al término de su “muerte”, el
neófito era sacado a la luz y proclamado nacido de nuevo.
El Cristianismo “adoptó” las fechas más importantes del
mitraismo como suyas, para aprovechar la inercia y la fe de las masas que ya
estaban acostumbradas a celebrarlas desde siglos. Sólo se limitaron a cambiar
el nombre del dios a honrar.
A finales del siglo III, se fundió la religión mitraica con
el culto al sol y cristalizaron en la nueva religión del Sol Invictus. El
emperadorAureliano la hizo oficial en el año 274, y cada 25 de diciembre se
celebraba el festival del Natalis Solis Invicti (el nacimiento del sol
invencible).
Mitra, cuyos orígenes son muy anteriores al cristianismo,
nació en la noche más larga del año. Simbolizaba el nacimiento de la luz y la
esperanza y la renovación de la naturaleza. El nacimiento de Cristo se situó en
la misma fecha del calendario solar.
A finales del siglo III, comenzó a decaer el mitraísmo. La
fuerte competencia del cristianismo, apoyado por Constantino I El Grande, le
robó adeptos. Además, el mitraísmo excluía a las mujeres que sí tenían derecho
a participar en el cristianismo.
El cristianismo desplazó al mitraísmo en el siglo IV, hasta
convertirse en la única religión oficial del imperio con Teodosio (379-394). El
mitraísmo se prohibió oficialmente en el año 391, aunque se mantuvo su práctica
clandestina durante algún tiempo.
Los mítreos, eran una especie de cuevas donde cavían unas 30
o 40 personas acabaron siendo las criptas de muchas iglesias cristianas.
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