lunes, 11 de julio de 2016
El Misterio del Lago Azul: Nadie Conoce su Profundidad ni Dónde Surge el Agua que lo Alimenta
Varios buzos han arriesgado la vida en búsqueda del punto
máximo de este lago situado en Chereski, en la república rusa de
Kabardino-Balkaria.
En el folclor europeo, los lagos son lugares misteriosos por
sí mismos. De ninfas y ondinas al monstruo del lago Ness, las criaturas
fantásticas que pueblan estos cuerpos de agua dan cuenta de ese poderoso
atractivo imaginativo que ejercen sobre la mente humana.
A veces, sin embargo, dicha elucubración tiene un sustento
real, como en el caso del lago que se encuentra en la república rusa de
Kabardino-Balkaria, en la región norte del Cáucaso, el cual es aún un desafío
para científicos y exploradores que se han sumergido en sus aguas buscando,
hasta ahora infructuosamente, el punto exacto donde mana el agua que lo nutre.
De acuerdo con RT, el lago destaca por sus enormes paredes
escarpadas de piedra caliza, las cuales lo hacen un enorme pozo cuya
profundidad tiene fama de inalcanzable. Su longitud es de 235 metros, su
anchura de 130 m y su profundidad máxima se calcula en 258 m. Por ser un lago
kárstico (producto de la erosión ácida), en sus aguas no nadan peces de ningún
tipo.
A la búsqueda de su profundidad efectiva está ligada una
historia trágica: la de los buzos Martin Robson y Andréi Rodiónov, quienes
intentaron alcanzar el fondo en 2012. Rodiónov murió en la expedición luego de
que su equipo de respiración no soportó la presión exterior. Para honrar a su
compañero, Robson propuso una segunda expedición para encontrar la cueva donde,
se cree, podría estar el manantial desde donde fluye el agua, pero después de
nueve horas buceando comenzó a experimentar el síndrome de descompresión, con
tal severidad que tuvo que ser operado de emergencia.
¿Será que, después de todo, como en ciertas historias
remotas, el misterio esté unido indeleblemente al destino del lago?
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