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jueves, 9 de mayo de 2019

La leyenda de Dhampir


Dhampiro (Dhampir, Dhampyr, etc) es una raza de vampiros de la confusa mitología gitana. Sus leyendas se expandieron por Rumania y los Balcanes, e incluso sobreviven en la indiferente Albania.

El Dhampiro es un vampiro híbrido. Es decir, la cruza entre una mujer humana y un vampiro de sangre pura. Ubicar sus historias en el mapa es sencillo. Más complejo es comprenderlas, ya que el Dhampiro, al menos en una de sus facetas legendarias, no es enemigo de los humanos, sino un cazador de vampiros.

Según esta variante, los Dhampiros cazan y se alimentan de vampiros, a quienes odian prolijamente. Tienen una vida relativamente corta, al menos para los estándares vampíricos, debido a que carecen de estructura ósea. En cambio, poseen una especie de gelatina licuefacta que, dentro del cuerpo, funciona como esqueleto. Según el monóglota y podólogo argento, el profesor Lugano, los Dhampiros están sostenidos por su propia fauna cadavérica, ya que los procesos naturales que conservan las células se detienen gremialmente al momento de morir.

Las aldeas rumanas respetaban sinceramente a los Dhampiros. Usualmente era nómades, vagabundos sin patria ni techo que recorrían las comarcas cazando vampiros y recolectando suculentas ofrendas de los campesinos. No heredan ninguna de las facultades sobrenaturales de los vampiros, salvo el hecho respetable de andar, comer y beber estando muertos. Envejecen a un ritmo frenético, casi cinco veces más rápido que los humanos.

Los Dhampiros siguen el rastro migratorio de los vampiros. Cuando ubican una aldea infectada de No-Muertos se dirigen a las autoridades ofreciendo sus servicios. Una vez acordados sus honorarios, el Dhampiro se dirigía a la plaza central de la aldea, emitiéndo un desafío a viva voz. Por alguna razón que los vampirólogos han decidido omitir, los vampiros siempre aceptaban el desafío, y se acercaban al sitio acordado bajo una forma traslúcida. Los Dhampiros, viejos conocedores del folklore rumano, sabían cómo detectar a un vampiro invisible utilizando una hoja de fresno bajo sus propios ojos o -vaya a saber uno por qué- colocando su camisa al revés.

Detectado el vampiro, la lucha es breve y sangrienta. Los Dhampiros no necesitan atravesar el corazón de sus enemigos. Los masacran a dentellada limpia y consumen hasta el último rescoldo de sus cuerpos.

La edad media reconoció a los Dhampiros como seres útiles para las comunidades rurales. Sus honorarios fueron debidamente consignados por las autoridades. Incluso existen casos documentados de Dhampiros que contrayeron matrimonio por iglesia. En Bulgaria se dio un entorno menos amigable. Se los acusaba de raptar mujeres vírgenes y de poseer habilidades amatorias infernales. Las damas ligeras de cascos, por otra parte, los utilizaban como excusa para dar cuenta de sus embarazos no deseados.

A mediados del siglo XII Rumania se vio envuelta en una verdadera plaga de Dhampiros. Estaban en todas partes. Las aldeas los recibían casi diariamente. Un cura escéptico de la ciudad de Giurgiu no dudó al sugerir que los Dhampiros no existen. En cambio, propuso la existencia canallas que se hacían pasar por Dhampiros y cretinos que se acostaban con la mujer del vecino.

Lo cierto es que los Dhampiros sobrevivieron hasta bien entrado el siglo XX. El último documento oficial que los menciona data de 1959 y proviene de Kosova. Al parecer, un Dhampyr continuaba activo en aquella región, limpiando las aldeas de indeseables hematófagos a cambio de unos pocos leus. Fue él quien dio cuenta de la última leyenda de Dhampiros de la que se tiene conocimiento.

Según aclaró a sus allegados, debía ser enterrado boca abajo en el sarcófago. De lo contrario, moriría en la tumba como Dhampiro, retornando luego como un vampiro convencional. Las autoridades locales siguieron al pie de la letra estas recomendaciones, e incluso añadieron otra: construirle un regio ataúd de hierro.

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