Por aquel año de 1932 en Coyoles, cuando aquí vivían
nuestras primeras generaciones, existía un pozo donde se abastecían de agua
limpia los pocos habitantes de este lugar. Un día que estaba ya amanecido y en
la fresca mañana, bajaron a por agua al pozo dos señoras que iban muy
habladoras para llevar agua del pozo de en medio del arroyuelo. Una de ellas
llevaba en su pelo incrustada una flor nunca jamás vista por estos lugares
porque no es común de esta zona, Su compañera y vecina de pronto le miró esa
flor y se sorprendió muchísimo de ver esa flor blanquecina con centro color amarillo,
a lo que no tardó mucho en preguntarle para salir de su duda o curiosidad, de
que es esa flor? De dónde la trajiste?
Y contestó la dueña de la flor: te contaré un secreto, que
solo tu y yo lo sabemos, yo soy bruja, puedo ir en una noche a donde yo quiera,
¿sabes de dónde traje esa flor tan bella?? Dímelo por favor contestó la otra
compañera, contestó la ahora bruja, esa flor es de canela y la traje de un país
muy lejano del otro lado del mar por los rumbos de España. Si quieres puedo
enseñarte a ser bruja para que tu, cuando tu lo desees puedes ir a los lugares
a donde tu quieras, sólo que tienes que venir conmigo una noche a un lugar
donde hacemos bailes y rituales a donde van muchas brujas de todos los
alrededores, te diré el día indicado para que una noche vayas conmigo a ese
lugar que no está muy lejos de aquí.
Se llegó esa noche indicada y ya la aprendiz de bruja había
dicho a su maestra la bruja que estaba muy dispuesta a aprender a ser bruja
para poder viajar a muchos lugares, y esa tarde la bruja maestra le dio
indicaciones a la señora aprendiz de bruja para que le diera una pócima para
que el esposo de la señora aprendiz durmiera profundamente y no se enterara de
nada y despertara hasta en la mañana siguiente, ya cuando su señora haya regresado
del baile ritual de brujas.
Se llegó la noche, el marido de la aprendiz quedó totalmente
dormido como piedra tras tomarse esa pócima especial que dormía al instante al
primer sorbo revuelto en el café.
Se reunieron la bruja maestra con la señora aprendiz en casa
de la bruja, no había quien las viera porque su casa estaba un poco alejada de
las demás y rodeada de monte, y ya todos dormían a esa hora antes de la media
noche, le dijo la bruja a la aprendiz, aquí tengo una artesa llena de agua, y
tengo mi escoba en mano, vamos a brincar tres veces la artesa y vamos a decir,
sin Dios, y sin Santa María, aquí solo el rey de los infiernos nos guía y nadie
más, tan pronto brinquemos montaré la escoba y cuando salga una pequeña canica
luminosa te subes atrás de mi, y así lo hicieron, esa canica se hizo grande y
mas grande y esa canica se hizo esfera gigante luminosa como bola de fuego
envolviendo a las dos y encerrándolas, que de pronto empezaron a flotar en el
aire, después a volar con rumbo a la sierra seguida de una intensa carcajada de
la bruja maestra, de ahí se fueron volando para arriba y para abajo como vuela
un chenchere, y con rumbo a lo alto de la sierra, que fue a donde ahí llegaron,
ya cuando llegaron en ese lugar había un gran baile, todo iluminado con
antorchas de fuego en hileras, todo muy bien iluminado y organizado, donde
había músicos de violin, guitarra y jarana tocando muy alegremente en ese que
parecía un campo de fútbol enmedio de la sierra, donde llegaban y llegaban mas
brujas volando de todos lados, solo que le llamó mucho la atención a la bruja
aprendiz de que esos músicos sus instrumentos los tocaban al revés, y esos
músicos ya eran difuntos de años muy atrás, pero quien sabe porque ahí estaban
en esa noche de brujas tocando para el baile y el ritual.
La bruja aprendiz conoció de vista a muchas brujas en ese
baile, brujas de los ranchos vecinos, porque cuando iba a Ciudad Valles en el
tren ahí las veía en el medio de transporte de tren de San Mateo a Valles en
épocas de locomotoras de vapor que pasaban por Estación Quinientos, Estación
Micos, Estación San Mateo con rumbo a Cd Valles, antes los de Coyoles viajaban
en tren porque no había caminos ni carreteras.
Ese noche se puso bueno el baile, todas las brujas bailando
y disfrutando, otras una que otra a la par, como la aprendiz que tenían que
pasar por la prueba de un ritual, que al poco rato la bruja maestra le dijo a
la aprendiz que le tocaba su turno, y pasó la aprendiz de bruja a la pista, y
fue cuando salió un perro negro grande con ojos chispeantes como si adentro de
ellos trajera lumbre y parado en dos patas, con el perro prieto bailó, el perro
la abrazó le lamió su cara , su boca, su nariz con su lengua, lo cual la
aprendiz pasó su primera prueba que iban a ser tres las pruebas y faltaban dos
A la siguiente prueba, un aroma penetrante a orines de chivo
se sintió, ese chivo llegó, un chivo prieto y cuernos retorcidos se acercó a
bailar la siguiente pieza con la aprendiz de bruja parado en sus patas
traseras, esa noche el chivo lamió de la cara y su boca a la aprendiz, y
también la abrazó, y la segunda prueba la aprendiz pasó, y siguió la tercera
prueba, la más difícil, porque salió una víbora prieta del monte, una víbora
parecida a una anaconda, que se empezó a enredar de sus pies en forma de
espiral comenzando de abajo hacia arriba al ritmo de la música del trio o los
músicos que tocaban esa noche.
Al llegar a su cara la víbora la paralizó por completo y era
hora que tenia que lamer y besar a la aprendiz de bruja, sólo que la aprendiz se
quiso zafar de miedo y pavor que de momento desesperada gritó:
iii Dios Santo !!!, iiiAve Maria Purísima del Refugio !!!
ayúdenme, y por cuestión o fracción de segundos todo desapareció por completo,
no había nadie en la escena ya, se apagaron las luces, y quedó la aprendiz
completamente sola sin nada de compañía en la breña del monte en lo oscuro, y
solamente un olor a chivo impregnado se sentía en el ambiente del lugar,
La maestra bruja desapareció del lugar, y la aprendiz de
bruja tuvo que caminar. Tal vez caminó en círculos y no encontraba la salida,
hasta que pasaron las horas y escuchó a lo lejos los cantos de los gallos de
los Ejidos cercanos, y escuchó el silbido, la campana y el fogonazo de la
locomotora de vapor allá por el rumbo de Micos porque venia ya de San Luis
Potosí ese tren, a casi las 5 de la mañana con rumbo a Valles
Gracias a ese ruido del tren la aprendiz de bruja encontró
el camino con rumbo a Coyoles siguiendo la vía férrea y oliendo el penetrante
olor a chapopote de los durmientes de madera, caminó pasando por lo que ahora
es Choyoso, Camillas, San Mateo y de ahí seguir la vereda bien repintada por lo
transitado de gente y caballos rumbo a Coyoles, a donde llegó un poco tarde ya
casi de mediodía porque se fue al paso como queriendo y no llegar a Coyoles, lo
mismo el cansancio y el sueño la vencian a cada instante y descansaba
Llegó a Coyoles la aprendiz, y ya la gente del rancho traían el alboroto porque iban a llevarse presa a la bruja maestra porque no encontraban a su amiga la aprendiz, y el esposo de ésta, andaba muy enojado pensando que la habría matado, pero la aprendiz no echó la culpa de nada a la bruja, dijo que ella sola se fue y se perdió en los montes altos que habían en toda la zona. La gente de Coyoles le echaron la culpa a la bruja porque las vieron últimamente platicar muy amigablemente, y ese día la aprendiz de bruja llegó a Coyoles de esta amarga experiencia toda desgarrada de su ropa por las espinas de los montes espinosos y cerrados.
Fuente: Leyendas, Mitos, Misterios y Enigmas del Mundo
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