El Château de Brissac
es un castillo situado en la comuna de Brissac-Quincé, perteneciente al
departamento de Maine-et-Loire, Francia. Fue construido en el siglo XI y cuenta
con una historia larga y apasionante. Como ocurre con muchos otros castillos de
todo el mundo, el Château de Brissac está encantado y tiene su propio fantasma.
Se trata de ‘la Dame Verte’, la Dama Verde, quien según la leyenda es el
fantasma de una esposa infiel asesinada por su marido en el siglo XV.
La historia del
castillo
Calificado como ‘el
más alto castillo de Francia’, se cuenta del Château de Brissac que fue
construido originalmente como castillo para los condes de Anjou en el siglo XI.
Durante el siglo XV, el château fue reconstruido como fortaleza por uno de los
ministros de Carlos VII. Durante las guerras de religión de Francia, que
estallaron en el siglo XVI, Enrique de Navarra (que más tarde reinaría como
Enrique IV de Francia), tomó posesión del château. Cuando Enrique fue coronado
rey de Francia, el château fue otorgado a Carlos II de Cossé como recompensa
por su apoyo. Carlos fue además nombrado ‘Duque de Brissac’ en reconocimiento a
los servicios prestados.
Durante las guerras de
religión de Francia parece que el Château de Brissac sufríó graves daños, y el
rey concedió a su recién nombrado duque los fondos necesarios para
reconstruirlo. Durante la Revolución Francesa los descendientes de Carlos
fueron desalojados del château. Además, el castillo fue saqueado y sufrió daños
durante este caótico período, quedando sumido en el abandono durante el
siguiente medio siglo. Pero a mediados del siglo XIX volvería a ser propiedad
de los Duques de Brissac, y en este período se emprendieron importantes y
profundas reformas en el edificio. En la actualidad, aproximadamente siglo y
medio más tarde, el château sigue siendo propiedad de los Duques de Brissac, y
a día de hoy es la residencia del 13er duque. El castillo puede ser visitado
por el público actualmente.
La Dama Verde
El más famoso
habitante del Château de Brissac es la ‘Dama Verde’, el fantasma del castillo.
Según la leyenda, la Dama Verde es el espíritu de una mujer llamada Charlotte
de Brézé, hija ilegítima de Carlos VII y su amante Agnès Sorel.
Charlotte era por
tanto hermana (por parte de padre) del rey Luis XI. En 1462, se concertó el
matrimonio entre Charlotte y Jacques de Brézé, miembro de la nobleza. Se ha
afirmado de esta unión que estaba motivada por razones políticas, y que
Charlotte y Jacques no se amaban. Además, también se ha dicho de esta pareja
que tenían caracteres muy diferentes. Por ejemplo, parece que Jacques
disfrutaba con las actividades al aire libre, como la caza, mientras que
Charlotte se sentía más inclinada a una vida de lujo.
El 31 de mayo de 1477,
Jacques regresó de una batida de caza, cenó con su esposa y a continuación se
retiró a sus aposentos. Parece que la pareja no dormía en la misma cama
habitualmente, y en plena noche, un criado despertó a Jacques informándole de que
su esposa estaba con su amante, un hombre llamado Pierre de Lavergne. Jacques
les atrapó con las manos en la masa, y en un arrebato de ira dio muerte a la
adúltera pareja. Al parecer el duque abandonó el castillo poco después de haber
perpetrado el asesinato, ya que no podía soportar escuchar los ardientes
gemidos que proferían los fantasmas de su esposa y el amante de ésta.
El castillo en la
actualidad
A día de hoy, parece
que solo sigue presente en el Château de Brissac el fantasma de Charlotte, ya que
no se conocen testimonios de avistamientos del fantasma de Pierre (que quizás
habría seguido su propio camino en algún momento de la historia). Los duques
del castillo y sus familias dicen haber crecido acostumbrándose a la presencia
del fantasma de Charlotte, aunque también afirman que el fantasma ha aterrorizado
a numerosos invitados
Se cuenta que el
escondite favorito de Charlotte es la capilla de la torre, donde se la puede
ver con su vestido verde, de ahí su apodo de Dama Verde. Además, algunos testigos
han explicado que el rostro del fantasma tiene agujeros donde deberían estar su
nariz y sus ojos, quizás a consecuencia de lo que le hizo Jacques de Brézé a su
esposa al asesinarla. Se dice también que sus gemidos se pueden escuchar en
todo el Château desde que anochece hasta altas horas de la madrugada.
Fuente: Leyendas, Mitos, Misterios y Enigmas del Mundo
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