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jueves, 3 de septiembre de 2020
El Milagro de la Tizná
Esto sucedió en
Jérez del Marquesado (Granada). Había por costumbre reunirse en la
iglesia cuando amenazaba tormenta, para rezar todos juntos por evitar
la catástrofe que en aquella época significaba perder las cosechas.
Obviamente no existían seguros agrarios y la economía era de
subsistencia, así que una tormenta podía significar mucha hambre
durante un año. Es por ello, que amenazando nubes el cielo, 3 niños
subieron a la torre de la iglesia para tocar las campanas a un ritmo
concreto: "tocar a tormenta". Los pueblerinos que conocen
ese sonar acuden rápidos, tanto los que se encuentran en el pueblo
como los que se hayan en los campos.
Mientras los
monaguillos tiraban de las cuerdas que hacían sonar el campanario,
un rayo entró por la torre (punto más alto del pueblo lo cual hace
lógico el hecho), mató a los tres niños y llegó hasta una imagen
de la Virgen María, concretamente en la advocación de "La
Purificación", y le tiznó la tez de un negro que
posteriormente nadie pudo borrar.
Los jerezanos allí
reunidos rezaron por los tres niños con sus cuerpos presentes, y los
tres resucitaron en aquel día. Se conocen casos de personas que han
sido traspasadas por un rayo y han sobrevivido, pero estos niños
murieron y volvieron a la vida los tres. En la guerra civil la
iglesia fue quemada y destruido todo lo que contenía. Un jerezano
logró guardar los ojos de aquella imagen, escondidos en su casa
(este hombre era mi tío Lorenzo, para más señas, que en paz
descanse), y alguien más guardó la mano que sujeta el cetro.
Actualmente hay una reconstrucción con esos trozos pero el tizne ya
no se conserva.
Este milagro fue
escrito para el recuerdo, dichos escritos se conservan en el archivo
parroquial, y a continuación lo transcribo:
“El día 18 de
junio del año 1653 se presentó sobre el cielo de Jérez una
tormenta amenazadora con viento de poniente y lluvia, que se mezcló
con granizo, e iba creciendo por momentos.
Amenazaba destruir
las cosechas en sazón de los campos.
Costumbre era en
tales ocasiones tocar las campanas a nublo, convocando a los a los
fieles a la iglesia para orar e interpretar el favor de Dios,
pidiendo que ahuyentase el peligro.
Alrededor de las
cuatro o cinco de la tarde de ese mismo día, se vio caer un rayo que
pareció encender la villa como si ardiese el mundo, yendo a parar a
la iglesia, entrando por lo alto del capitel de la torre, donde se
dividió.
Una parte salió
bajando la misma hasta conseguir entrar en la capilla mayor
destrozando muchos de los ornatos que allí había.
La otra parte acabó
con la vida de tres de los niños: Juan, Alonso y Bartolomé, que
egercían la labor de tocar las campanas. Siguió su trayectoria
hasta el rostro de la Virgen manchando su mejilla y hundiéndose al
fin, a sus pies.
Pusiéronse los
niños ante su imagen: Juan tenía abrasadas las ropas pero sin
lesión en su cuerpo; Alonso tenía un agujero en la espalda parecido
al hecho por una bala, y Bartolomé no tenía señal alguna.
Comenzaron los
llantos de los padres y familiares a los que se unió toda la villa.
Un clamor unánime de fe y pena enronqueció las gargantas y bañó
los ojos en lágrimas. Con la efusión de gritos y lamentaciones se
alzó un clamor unánime de: ¡VIRGEN MARIA; MADRE DE DIOS, devuelve
la vida que el rayo cesó! Y fue aquí donde intercedió la Virgen y
se realizó el milagro. Fueron grandes las alegrías viendo vivir a
los niños. Se les miró y se halló en sus cuerpos unas cintas
moradas como sangre grabada, marca que certificaba que el rayo pasó
por sus cuerpos quitándoles la vida. La cual le devolvió la Virgen.
Y del milagro nació
el nombre popular de la Tizná de Jérez, con que es llamada y
venerada por sus hijos de esta tierra.
Nuestra Señora de
la Purificación "La Tizná" fue coronada canónicamente el
año 1965.
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