Fuente:Wikipedia.org
sábado, 5 de septiembre de 2020
Artabán, La Leyenda del Cuarto Rey Mago
El zigurat de
Borsippa, con sus altos muros y siete pisos, era el punto de
encuentro de los cuatro reyes e inicio de la travesía conjunta.
Hacia allí acudía Artabán, con un diamante protector de la isla de
Méroe, un pedazo de jaspe de Chipre, y un fulgurante rubí de las
Sirtes como triple ofrenda al Niño Dios, cuando topó en su camino
un viejo moribundo y desahuciado por bandidos: interrumpió el rey su
viaje, curó sus heridas y le ofreció el diamante al viejo como
capital para proseguir el camino. Llegado a Borsippa, sus compañeros
de viaje habían partido.
Continuó en soledad
en pos de su destino, pero arribado a Judea, no encontró ni a los
Reyes ni al Redentor, sino hordas de soldados de Herodes degollando a
recién nacidos: a uno de ellos, que con una mano sostenía a un niño
y en la otra blandía afilada espada, ofrece el rubí destinado al
Hijo de Dios a cambio de la vida del niño. En esta actitud es
sorprendido: es apresado y encerrado bajo llave en el palacio de
Jerusalén.
Treinta años duró
el cautiverio, y fueron llegando ecos de los prodigios, consejos y
promesas de un Mesías que no era sino el Rey de Reyes al que fue a
adorar. Con la absolución y errando por las calles de Jerusalén, se
anunció la crucifixión de Jesucristo; encamina sus pasos al Gólgota
para ofrecer la adoración largamente postergada, cuando repara en un
mercado en el que una hija es subastada para liquidar las deudas su
padre. Artabán se apiada de ella, compra su libertad con el pedazo
de jaspe, la última ofrenda que le quedaba es ofrecida y Jesucristo
muere en la Cruz: tiembla la tierra, se abren los sepulcros, los
muertos resucitan, se rasga el velo del templo y caen los muros.
Una
piedra golpea a Artabán y entre la inconsciencia y la ensoñación,
se presenta una figura que le dice: “Tuve hambre y me diste de
comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste,
estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste”.
Desorientado y exhausto pregunta: “¿Cuándo hice yo esas cosas?”,
y con la misma expiración recibe la respuesta: “Lo que hiciste por
tus hermanos, lo hiciste por mí”. Con él se elevó a los mismos
cielos que en su juventud le guiaron en pos del Destino finalmente
alcanzado.
En realidad, pese a
que en algunos lugares se atribuye esta leyenda a antiguos textos, su
origen es mucho más cercano y no tiene ninguna base bíblica.
Artabán es un personaje ficticio protagonista del cuento navideño
The Other Wise Man (El otro rey mago), escrito en 1896 por Henry van
Dyke (1852 – 1933), teólogo presbiteriano estadounidense.
Cuenta el relato que
Artabán era el cuarto Rey Mago que encaminó sus pasos hacia
Occidente, siempre guiado por el fulgurante mapa celestial, en busca
del niño Jesús.
El nombre «Artabán»
proviene del persa y corresponde a cuatro reyes partos, así como a
un hermano de Darío I y un general de Jerjes.
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