martes, 5 de marzo de 2019
Las Violaciones De Carla Moran. Caso… “El Ente”
Dirigida por Sidney
Furei y protagonizada por Barbara Hershey, la película “El Ente”
sigue formando parte de la lista de las mejores cintas de cine de
terror de la historia. Basada en el libro “El caso de Doris
Bither”, tras el nombre ficticio de Doris se esconde una historia
real, la historia de Carla Moran, una madre de cuatro hijos era
violada regularmente en su casa por una entidad sobrenatural e
invisible.
Trastorno mental con
posible cuadro de esquizofrenia producto de algún trauma
psicológico, eso fue lo primero que pensaron los componentes del
equipo del laboratorio de parapsicología de la Universidad de
California, ante la angustiada mujer que acudió a ellos en busca de
ayuda. Carla Moran, viuda y madre de cuatro hijos residente en Culver
City, afirmaba que casi a diario una entidad invisible la violaba en
su propio domicilio. Sin embargo, tras un examen físico, verificaron
que la mujer presentaba todo tipo de magulladuras por todo el cuerpo
y lesiones en la zona vaginal, lo que provocó una sobra de dudas
sobre las primeras conclusiones.
El doctor Barry
Taff, jefe del equipo de expertos, , había estudiado durante años
los registros históricos sobre incubos y súcubos, y aunque se
mostraba escéptico en relación a ese tipo de historias, decidió
entrevistar con profundidad no solo a Carla, sino también a sus
hijos, vecinos y amigos.
Fueron sus hijos los
que confesaron que en algunas ocasiones habían sido testigos de los
ataques hacía su madre por algo invisible a lo que ellos llamaban el
ente. El mayor de los hermanos dijo que en cierta ocasión y al oír
a su madre llorar y gritar acudió a su dormitorio, viendo como algo
la zarandeaba en la cama, al intentar ayudarla fue golpeado contra la
pared, rompiéndose un brazo a consecuencia del golpe.
El doctor Raff junto
a un hipnologo, el también doctor Kerry Gaynor, decidieron
instalarse finalmente en el domicilio de Carla Moran a la espera de
alguna prueba más concreta de la existencia de su invisible agresor.
De ese modo lograron captar dos fotografías, que posteriormente
dieron la vuelta al mundo, en las que aparecían reflejadas unas
extrañas y enigmáticas luces que rodeaban el cuerpo de Carla.
El doctor Gaynor
agregó que en la tercera noche, cuando la mujer avisó que el ente
estaba en la casa, una luz salió de la pared y se desplazó hasta el
medio de la habitación. “Esa luz empezó a girar y a expandirse en
todas direcciones. Teníamos a nueve fotógrafos profesionales
distribuidos por la habitación disparando sus cámaras desde todos
los ángulos. Fue increíble, ¡esa cosa flotaba en medio de la
estancia y era dimensional! Es imposible falsificar algo así sin
disponer de sofisticados sistemas de láser. Nosotros vimos bolas de
luz. De algún modo las cámaras recogieron arcos luminosos, pero lo
que nosotros vimos eran bolas de luz”.
Carla Moran siempre
aseguró que la entidad cuando la violaba cobraba solidez y tenía la
anatomía de un hombre alto y fornido, lo que fue corroborado
visualmente por Gaynor. “Primero vimos como se formaba la cabeza y
seguidamente los hombros. Después la luz fue descendiendo hasta que
una silueta se dibujó entera. Era una luz verde-amarillenta. Cuando
todo pasó, nos miramos unos a otros hubo que sacarlos fuera de la
casa.
Como los ataques
continuaron produciéndose, Carla Moran se instaló posteriormente en
una casa de cristal, ubicada en las dependencias de la Universidad de
California, para que los expertos pudieran monitorear el siguiente
ataque. No hubo que esperar mucho. En la siguiente noche el cuerpo de
la mujer comenzó a retorcerse y moverse, como si alguien encima de
ella la estuviera empujando y forzando. Sin embargo, las cámaras de
televisión dispuestas en el lugar no captaron nada extraño a su
alrededor.
Finalmente, cansado
de los experimentos y de que nadie parecía poder ayudarla, Carla
dejo de prestarse a cualquier investigación y se mudó a Texas en
compañía de sus hijos. Carla cambio de residencia en cinco
ocasiones, y con cada cambio, si bien los ataques no desaparecieron,
parecían remitir, siendo cada vez menos asiduos. Pero cuando parecía
que su vida estaba envuelta de una relativa paz, Carla enfermo de
cáncer, cáncer que le quito la vida en julio de 2006.
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