La montaña de
Pedraforca siempre ha sido fuente de leyendas sobrenaturales, pero
sobre todo ha estado asociada a las brujas. En los pueblos y aldeas
en los alrededores del Pedraforca, en la comarca del Bergueda,
provincia de Barcelona, creían que las mujeres que habitaban allí,
sin excepción, eran todas brujas.
Como muchas de ellas
estaban casadas, para poder salir por la noche, engañaban a sus
maridos sustituyendo su cálido cuerpo de mujer por un leño, que
dejaban en la cama mientras ellas se levantaban. Además aquellas
mujeres que tenían hijos escupían en el suelo y así, si el pequeño
se despertaba llamándolas en mitad de la noche, la saliva les
contestaba por ellas. Una vez hecho el hechizo, las mujeres salían
de sus casas para dirigirse a la montaña, donde celebraban sus
aquelarres, sobre todo la noche de San Juan.
También se dice,
que para ahorrarse la caminata, que es de una hora y media
aproximadamente, las brujas utilizaban sus escobas.Una vez allí, a
2300 m de altitud, rodeadas de peñascos calcáreos y de un entorno
agreste, las brujas prendían una fogata, donde ponían un caldero y
hervían un gato negro, para separar los huesos de la carne del
animal. Una vez conseguido esto, cada una de ellas elegía un hueso y
pidiendo un don lo tiraba montaña abajo.
También se dice que
en la montaña habitaba un brujo que tenía el poder de congregar los
rayos, los truenos y el granizo. Se decía que habitaba en un agujero
de la misma montaña y que a veces se presentaba como un gigantesco
pájaro negro, parecido a un grajo.
Hay muchas leyendas
alrededor de esta montaña considerada maldita, una de ellas también
nos habla de que en su cumbre existía un castillo poblado por moros,
los cuales habían hecho un pacto con el diablo. Pero Dios enfurecido
envío un ejército de ángeles que los ahuyentó y en esta lucha la
cima quedó partida en dos mitades.
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