viernes, 3 de febrero de 2017
El Castillo Embrujado de Muncaster Irlanda
En 2006, la agencia AFP lanzaba a los medios esta
sorprendente información, “Los amantes de los vampiros y los espectros están de
suerte, ya que el castillo de Muncaster, una de las casas ‘encantadas’ más
célebres de Inglaterra” será la primera escuela sobre fantasmas del país. Este
lugar místico fue elegido por Jason Braithwaite, psicólogo cognitivo y
neurólogo de la Universidad de Birmingham, para dar clases de sensibilización a
los fenómenos para normales.
No me dirán que con estos antecedentes n0 apetece ir hasta
allí. Bien, a falta de presupuesto, de momento vamos a hacerlo con la
imaginación, porque es uno de esos enclaves que merece la pena visitar. Para
llegar hasta allí hemos de arribara la costa de Cumbria. Es allí donde se eleva
nuestro siguiente destino: el magnífico castillo de Muncaster.
El sitio fue construido a mediados del siglo XI por orden de
la familia Pennington, pero su ubicación estratégica en esta parte de la costa
occidental hizo que siglos atrás ya fuera ocupado por un destacamento romano,
tal y como demuestran los vestigios arqueológicos hallados.
Por eso no es “extraño” que entre los muchos aparecidos que
a decir de los habitantes del lugar se manifiestan en estos neblinosos parajes,
los que más “ruido” hagan sean los espectros de los soldados de una legión
romana que parece buscar su destino final, más allá de esta existencia.
Aquí el tiempo parece detenerse. Especialmente cuando
accedemos al imponente edificio. Sus paredes parecen haber perdido el color, en
realidad todo el entorno. La luz mortecina ilumina los pasillos, esos mismos en
los que se dice que se escucha un lamento infantil, más helador que el frío
ambiente.
Y allí, al final desalfombrado, se abre la Sala de los Tapices, una
gran estancia que antiguamente hizo las veces de alcoba para viajeros, y que
hoy es reducto de personajes ávidos de experiencias fuertes, ya que quienes
acceden a su interior refieren sensaciones aterradoras; unos ojos se clavan en
la nuca a la vez que percibimos el gélido aliento de alguien que no podemos
ver. Tiene nombre: esTom Skelton, según refieren las crónicas una especie de
bufón de corte que durante años estuvo al servicio del señor del castillo, sir
Ferdinand Pennington. Fue en el siglo XVII, y el siniestro personaje disfrutaba
engañando a los viajeros, indicándoles el camino de rutas peligrosas que solían
acabaren muerte. Por eso, cuando llega la noche y la temperatura de esta
estancia baja a un ritmo sobrenatural, lo mejor es abandonarla, por si acaso*..
El ya citado Jason Braithwaite -el de la escuela de fantasmas-, tras llevara
cabo una serie de experimentaciones en esta sala, aseguró a los medios
británicos que “…la mayoría de los fenómenos paranormales que se producen en
Muncaster son fugaces. Después de investigar muchas áreas diferentes, el equipo
encontró los campos más complejos en la Sala de los Tapices”. La cuestión es
que para probar los supuestos fenómenos extraños, metieron en la habitación a
80 voluntarios, que fueron sometidos a diferentes pruebas. Entonces, continuaba
Jason Braithwaite, “más del 90% sufrió experiencias de tipo paranormal: ruidos,
presencias, cambios de temperatura… incluyendo la sensación de separarse de sus
cuerpos. Alrededor del 20% sólo percibió presencias, mientras que alrededor del
10% sintió miedo y terror”. Como él mismo explicarla después, es muy probable
que fueran víctimas de la sugestión, ya que los voluntarios conocían la
historia de Toni Skelton. Es mejor pensar así…
No obstante 110 es el único “fantasma” del castillo. También
se habla de una misteriosa dama blanca a la que llaman Mary Bragg, que al
parecer murió en el siglo XIX, y desde entonces son muchos los que aseguran
haberla visto caminando por los bosques cercanos…
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