lunes, 6 de agosto de 2012
La Cabaña
Se dice que en una ocasión un estudiante fue al bosque de su
ciudad para un trabajo en su universidad. Su función consistía en recolectar
muestras de diversas plantas y catalogarlas. Fue tanto su interés en su labor,
que no se dio cuenta que el día había acabado y se estaba adentrando en una
oscura noche.
Se sentía perdido, no sabía hacia dónde avanzar con tremenda
oscuridad. Cuidaba sus pasos para no tropezar, lo único que podría distinguir
era la brillante luz de la luna y las estrellas. Después de unos pasos, pudo
distinguir una pequeña cabaña en medio del bosque; pensó que sería buena idea
entrar y pedir resguardo esa noche hasta el amanecer.
El estudiante se acercó a la cabaña, tocó la puerta unas
cuantas veces, pero nadie parecía estar dentro. Al ver que nadie se encontraba
por el momento, se decidió a pasar sin ser invitado. La cabaña parecía haber
cambiado de tamaño, no aparentaba ser tan grande desde fuera. Había muchas
puertas y un largo pasillo.
Mientras buscaba una habitación atravesando el pasillo a
oscuras notó que en las paredes de la morada habían extrañas pinturas de
personas de aspecto siniestro, al pasar parecían seguirlo con la mirada
provocándole un escalofrío que casi le impedía moverse. Tras vencer sus miedos,
tragó saliva y continuo por el pasillo hasta encontrar una habitación donde
pasó la noche hasta el amanecer.
A la mañana siguiente sus miedos se habían evaporado, hacia
una hora que había amanecido por lo que decidió abandonar la cabaña y finalizar
su trabajo. Se levantó de la cama y al salir al pasillo se quedó helado...
En las paredes no había ningún cuadro... sólo ventanas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario