sábado, 4 de agosto de 2012
El Mito de Atalanta e Hipomenes
¿Conocen la historia de Atalanta, la mujer cazadora de la
mitología griega?. Curiosamente suele ser siempre representada por una mujer
atlética, bella y corpulenta. Muchos dicen que podría ser considerada como un
modelo de mujer para la sociedad moderna, aunque yo no estoy muy de acuerdo con
esta idea. Aunque si conocemos su historia tal vez cambiaríamos de opinión.
Hija de Atamante y Temisto, a su padre no pareció gustarle
demasiado el haber tenido una niña en vez de un varón, ya que nada más nacer la
abandonó en el monte Partenio. La diosa de la caza, Artemisa, vio el hecho y
mandó a una osa para que amamantara y cuidara a la recién nacida junto a sus
crías, hasta que más tarde fue encontraba por unos cazadores quienes educaron a
Atalanta como uno de los suyos.
Desde su adolescencia consiguió tal destreza con el manejo
de las armas, que podía mandar una lanza más lejos y más precisa que cualquier
otro cazador. Era tremendamente hábil con el arco y las flechas, mucho más que
la mayoría de los demás cazadores.
Un día, mientras estaba cazando, dos centauros quisieron
violarla. Sin embargo la joven, deshaciéndose de ellos, tomó el arco y dos
flechas y acabó con ellos. Su fama de cazadora y luchadora le llevó a navegar
con Jasón y los Argonautas y a ganar la carrera organizada en los juegos
fúnebres por la muerte de Peleo, el padre de Aquiles.
Era lógico que, después de todas estas aventuras, su fama se
extendiera por toda Grecia. Sin embargo, todos los pretendientes que intentaron
tomarla como esposa chocaban contra el hecho de que Atalanta estaba consagrada
a Artemisa, por lo que debía permanecer virgen. La propia Atalanta dijo que
quien quisiera ser su esposo debía vencerle en una carrera, pero si ella ganaba
mataría a su oponente.
Así fueron muriendo todos sus pretendientes, pues no le
ganaban en carrera, hasta que apareció Hipómenes. No es que Hipómenes fuera más
rápido que Atalanta, pero quizás sí más inteligente. Provisto de unas manzanas
de oro del Jardín de las Hespérides que le había dado Afrodita, cada vez que en
la carrera Atalanta parecía adelantar a Hipómenes, éste dejaba caer una manzana
al suelo.
Atalanta, admirada por la belleza de las manzanas, se paraba
para recogerlas, lo que propició que Hipómenes pudiera ganar la carrera y se
casara con la joven. Sin embargo, hay algunas versiones que cuentan que,
después de la boda, Hipónemes ofreció sacrificios a Zeus y no a Afrodita, cosa
que enfureció a la diosa del amor.
Hay otra versión que narra que al llegar al santuario de
Zeus, Hipómenes y Atalanta se entregaron uno al otro, cosa que irritó a Zeus,
quien convirtió a la pareja de enamorados en dos leones como castigo por su
sacrilegio. Algunos dicen que estos dos leones son los que tiran del carro de
la Diosa Cibeles.
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