domingo, 6 de mayo de 2012
Quien Es Moloch?
Moloch o Moloch Baal o Baal fue un dios de los fenicios,
cartagineses y canaanitas. Era considerado el símbolo del fuego purificante,
que a su vez simboliza el alma. Se le identifica con Cronos y Saturno.
Como resultado de una catástrofe ocurrida en el despertar de
los tiempos, el espíritu de Moloch se había transformado a sí mismo en
oscuridad al convertirse en materia. De acuerdo con las creencias fenicias y la
herejía gnóstica, el hombre era la encarnación de esa misma tragedia, y para
redimirse de ese pecado era necesario ofrecer sacrificios a Moloch.
Semiología y pronunciación.
Moloch (En hebreo, mlk) se trata de una divinidad adorada
por el pueblo fenicio, mencionada varias veces en la Biblia. La palabra
Molech no representa la pronunciación original del nombre en hebreo, no es más
que la vocalización del griego Moloch encontrada en la traducción griega del
Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta.
Tradicionalmente se ha interpretado Moloch como el nombre de
un dios, probablemente denominado «el rey», pero pronunciado a propósito como
Molek en vez de Melek utilizando las vocales de la palabra hebrea bosheth
(ignominia).
Pero en otros pasajes el dios de los amonitas es llamado
Milcom, no Moloch (Libro de los Reyes 1 - 11.33, y Sofonías 1,5). La Septuaginta lo llama
Milcom en Reyes 1 - 11.7 en vez de Moloch, aunque esto sugiere un posible error
en la transcripción del hebreo. Como consecuencia, muchas traducciones inglesas
lo denominan Milcom.
Representación y sacrificios
Generalmente Moloch es representado como una figura humana
con cabeza de carnero o becerro, sentado en un trono y con una corona u otro
distintivo de realeza, como un báculo.
Los sacrificios preferidos por Moloch eran los niños (véase
rito molk), especialmente los bebés, por ser los seres más impregnados de
materia, característica que los adultos perdían con el tiempo al desarrollar su
espíritu.
En los templos en los que se rendía culto a Moloch se
encontraba una enorme estatua de bronce del dios. Dicha estatua estaba hueca, y
la figura de Moloch tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las
manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el holocausto.
Dentro de la estatua se encendía un fuego que se alimentaba continuamente durante
el holocausto. En ocasiones los brazos estaban articulados, de manera que los
niños que servían de sacrificio se depositaban en las manos de la estatua, que
por medio de unas cadenas se levantaban hasta la boca, introduciendo a la
víctima dentro del vientre incandescente del dios.
Durante el sacrificio, los sacerdotes del templo hacían
sonar tambores, trompetas y tímbalos, de manera que no oían los llantos de los
niños.
Plutarco relata (De Superstitiones, 171):
Antes de que la estatua fuese llenada se inundaba la zona
con un fuerte ruido de flautas y tambores, de modo que los gritos y lamentos no
alcanzaban los oídos de la multitud.
Diodoro Sículo (Diodorus Siculus) (20.14) escribió:
Había en la ciudad una imagen de bronce de Cronos con las
manos extendidas, las palmas hacia arriba y cada niño que era colocado en ellas
era subido y caía por la boca abierta dentro del fuego.
Teodoro también relata que los familiares tenían prohibido
llorar, y que cuando Agatocles derrotó a Cartago, los nobles cartagineses
creyeron que habían disgustado a Moloch, así que sustituyeron a los niños
recién nacidos por sus propios hijos para el sacrificio. Intentaron compensar
al dios realizando el holocausto con 200 niños de las mejores familias
ininterrumpidamente, llegando a sacrificar 300 en total. La gigantesca estatua
de bronce estaba al rojo, y las tropas que sitiaban la ciudad asistían al
espectáculo desde las murallas exteriores que ya habían conquistado.
También lo relata Cleitarchus en un comentario sobre la República de Platón:
Al ver venir al Sumo Sacerdote de Moloch vestido de túnica
púrpura, color de pureza, le pregunte cual es el origen del culto. Me contesto
que en los tiempos primordiales hubo una gran catástrofe y hoy en día sino
fuera por los sacrificios para fertilizar la tierra, serian piedras lo que
encuentren. Entonces, en medio de una plataforma había una estatua de Cronos,
con las manos extendidas sobre un brasero de bronce, las llamas que engullen a
los niños. Cuando las llamas alcanzan el cuerpo, sus miembros se contraen y la
boca abierta casi parece reír, hasta que el cuerpo contraído se desliza
resbalando al fondo del brasero. Así es que esta mueca se conoce como risa
sardónica, puesto que ríen al morir.
Moloch aparece en el Primer Libro de los Reyes 11.7:
Entonces Salomón hizo construir un gran edificio para
Quemos, la abominación de Moab, en la montaña que hay frente a Jerusalén, y
mlk, la abominación de los hijos de Ammon.
Y en Levítico 18.21:
Y no entregarás a nadie de tu descendencia a Molech, ni
profanarás el nombre de tu Dios: yo soy el Señor.
En el Paraíso perdido de Milton, Moloch es uno de los
grandes guerreros de los ángeles rebeldes, vengativo y siempre dispuesto a
combatir: embadurnado con la sangre de sacrificios humanos, y las lágrimas de
los padres. Se encuentra entre los jefes de los ángeles satánicos en el Libro
1, y pronuncia un discurso ante el parlamento del infierno en el Libro 2:43 -105, a favor de una
inmediata guerra contra Dios. Más tarde comenzará a ser reverenciado como un
dios pagano en la Tierra.
Caída del culto
El culto a Moloch se extendió junto con la influencia de los
Fenicios en el Mediterráneo, llegando incluso a las costas de los Etruscos y la
península Itálica. Cartago lo tenía como dios supremo y protector de la
ciudad.1 Durante mucho tiempo convivió con las demás religiones, e incluso
puede que sea la figura del «becerro de oro» de la que se habla en la Biblia cuando Moisés baja
con las Tablas de La Ley.
Diversos textos latinos se refieren a él como Cronos o
Saturno (Cleitarchus, Diodorus Siculus y Plutarco mencionan ofrendas de niños
en llamas a Cronos o Saturno, que es la representación de Baal).
La religión Hebrea entró en conflicto con el culto de los
moloquitas, si bien fue la expansión del Imperio Romano la que propició la
caída del culto a Moloch (a pesar de que generalmente incluían en sus panteones
los dioses de las culturas conquistadas o asimiladas), aunque algunas
corrientes ven la pervivencia de algunos rasgos en los ritos mitraicos.
Como muchas otras deidades que aparecen en la Biblia, Moloch encontró un
lugar en la demonología medieval europea. En ella aparecía como un demonio que
encontraba placer en provocar el llanto de las madres a las que robaba sus
hijos. Según las tradiciones demonológicas, su fuerza era especialmente
poderosa en el mes de diciembre (por asemejanza con la natividad de Cristo).
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