Esta es una historia que se cuenta en el barrio de
chacarita, que es famoso por albergar el cementerio municipal.
Eran alrededor de las 7:30 y estaba anocheciendo cuando el
autobús de la línea 65 totalmente vacío a excepción del chófer, se acercaba a
la parada que estaba frente al cementerio.
El chofer vio que alguien en la parada le levanta la mano
para que la recogiera, era una chica con una campera blanca y un fuerte color
pelirrojo en su pelo, el chofer le hizo señas a la chica de que el autobús no
funcionaba bien y que no iba a parar y siguió de largo. El chofer miró por uno
de los espejos laterales y vio que la muchacha lo seguía con la mirada.
Uno, dos, tres semáforos pasaron, el chófer iba de lo más
tranquilo conduciendo por las calles de Buenos Aires hacia la terminal de los
autobuses de la línea 65 cuando mira por su espejo retrovisor y ve a la chica
de campera blanca y cabello pelirrojo sentada en el fondo con la mirada fija
hacia el chófer.
El chófer apretó el freno del susto y se dio vuelta
automáticamente pero la chica ya no estaba.
Estremecedor
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