lunes, 3 de abril de 2017
El Accidente De Rocas Altas
El 7 de enero del año 1972 un avión modelo Caravelle de la
compañía Iberia, que cumplía el vuelo regular 602 entre Valencia e Ibiza,
chocaba a las 12:10 en un monte de la Sierra de Sa Talaia mientras iniciaba la
maniobra de aterrizaje. La explosión se
oyó en muchos puntos de la isla.
Los primeros informes fueron muy confusos y contradictorios.
Primero se dijo que el avión había caído al mar. Tampoco se supo al principio
si el accidente ocurrió antes o después de que el avión hubiera tomado tierra.
Más tarde se pudo comprobar
las dimensiones del accidente. La investigación determinó que el avión
se estrelló debido a un error de cálculo de la altitud del piloto, que decidió
hacer una maniobra a pesar de la niebla.
No hubo supervivientes, 104 personas entre pasajeros y
tripulación (entre ellos nueve niños) fallecieron. Los restos de las víctimas y
del avión estaban esparcidos en pedazos por los alrededores. Se trataba de una
escena completamente desgarradora;
extremidades y vísceras cubrían el lugar del accidente dando lugar a un
escenario de película de terror. Los cuerpos fueron enterrados en un cementerio
nuevo, que se inauguró con este suceso.
Han pasado 40 años de aquella desgracia que aún es
recordada. También se asegura que el lugar es testigo de supuestas apariciones
fantasmales; gritos desgarradores,
sombras, apariciones, pareciera que aquel el fatídico 7 de enero del 72 se
repitiera una y otra vez recordando lo que fue uno de los peores accidentes de
la historia de la aviación en España.
En el lugar de la tragedia, la montaña más alta de la isla
hay un altar con los nombres de todas las personas que perecieron en el
siniestro. También quedan algunos restos del avión accidentado.
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