lunes, 5 de noviembre de 2012
Evolución Espiritual
Observo cada día y poniendo a prueba mi comprensión sobre el
diferente estado de evolución espiritual de los seres humanos, la asombrosa
apatía de algunas personas sobre los asuntos espirituales, que dan cuenta de
las razones por las cuales atravesamos los más difíciles momentos del
sufrimiento humano.
Cuando estamos vacíos espiritualmente, cuando nuestra vida
la satisfacen los éxitos, el dinero, las apariencias, la capacidad de llenarse
a costa de los otros, cuando la apariencia física y los adornos priman y cuando
se llega hasta a negar la existencia de Dios, se abren fisuras que proporcionan
la oportunidad al propio ser, de llenarse de trastornos tales como la
violencia, los vicios, la maldad, el egoísmo, los desórdenes sexuales, y una
larga lista de calamidades actuales.
La importancia que se le da a nuestra existencia, nuestro
valor como seres humanos, el reconocimiento del Ser Interior que como chispa de
vida divina permite que atravesemos esta vida carnal, para engrandecernos como
espíritus o almas, es lo que marcará nuestra buena o mala experiencia de vida,
aquí y ahora. Por eso la importancia de la Educación Espiritual, no importando
a qué religión pertenezca cada uno, y no en el sentido de leer y tratar de
aplicar al pie de la letra, importantes textos de corte espiritual que fueron
escritos en un lenguaje propicio para épocas remotas y que sólo podremos
aplicar en la época actual si se les da la debida interpretación.
En esto de la Educación Espiritual debe prevalecer la aplicación
del AMOR. El amor en la pareja, el amor a nuestros semejantes, el amor a
nuestro entorno ambiental, el amor en todas sus manifestaciones, que elevará
las vibraciones de nuestro pensamiento, afectando absolutamente todas las
manifestaciones de nuestra vida. Debe prevalecer también el firme propósito de
eliminar los pensamientos de odio, chismografía, rabia, ira y los vicios y
desviaciones sexuales.
Al elevar el pensamiento elevamos nuestras vibraciones y
estas se irradian hacia los demás en bienestar, afecto, comprensión, ternura.
Hasta nuestros ojos dicen si el pensamiento es limpio, y si es verdad que los
ojos son el espejo del alma, entonces la fuente de donde provienen nuestros
pensamientos es el Alma. Seguramente que todos hemos experimentado una mirada
de amor, de ternura de confianza, pero también, y piensen ahora en la
diferencia, una mirada de reproche, de juzgamiento, de incomprensión. Tanto las
unas como las otras provienen de nuestro Espíritu y solo se transforman con el
pensamiento.
Me viene ahora al pensamiento una frase escuchada, una noche
de sueño, en esos momentos cuando regresamos en Espíritu a nuestro verdadero
Hogar, el primitivo, el del Espíritu, el de Siempre, a donde llegaremos después
de aquí: "Mientras la gente aprende como se ama, necesita un patrón de
comportamiento". Me parece un mensaje totalmente válido interpretándolo
como que podemos aprender de los seres de mayor evolución espiritual y
escuchando nuestra propia intuición, que nos dictará la manera correcta de relacionarnos
con nuestros hermanos de la Tierra y con nuestra propia esencia.
Nuestro principal compromiso es con nuestro crecimiento
espiritual, pues éste redundará en beneficio universal. Al no cultivar la
educación espiritual estamos dando la oportunidad a que sean fuerzas funestas
como el racismo, la intolerancia, la ambición, el rencor, el odio, las que
gobiernen nuestra existencia.
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