martes, 5 de junio de 2012
La Montaña Sagrada
El Sintoísmo, "El camino de los dioses", considera la existencia de espíritus, kami
en todos los fenómenos naturales. Segen-Sama, diosa del monte fuji, es
la más venerada. El monte Fuji es escenario de muchos mitos japoneses.
Se cree, por ejemplo, que es la morada de Kunitokotachi, el Señor de la
Tierra Eterna, invisible deidad creadora ominipresente que surgió en
forma de caña del caos del océano primigenio.
Hace mucho tiempo, un anciando encontró a una niña recién nacida en una
de las laderas de Fuji. Entonces, la llamo Kaguya-hime. Al crecer, la
niña se transformó en una hermosa mujer y se casó con el Emperador. Pero
transcurridos siete años de su matrimonio, le dijo a su marido que como
no era mortal, debía regresar al cielo. Para consolar al Emperador, le
entregó un espejo dicéndole que en él siempre podría verla.
El Emperador, deseoso de ir al cielo junto a ella, utilizó el espejo
para seguirla hasta la sima del Fuji... pero no pudo continuar. Su amor
desengañado hizo que se prendiera fuego al espejo y desde ese día, de la
cima de la montaña, siempre sale fuego.
El monte Fuji (femenino) y su vecino, el monte Haku (masculino)
dsiputaron por ver cuál de los dos era el más alto. Para decidir
respecto a la cuestión el Buda de la luz Infinita, hizo pasar un tubo
desde la cima del monte Haku hasta la cima del monte Fuji. Cuando el
agua se vertió sobre la cima del monte Fuji la diosa se enojó tanto que
golpeó a Haku en la cabeza y le rompió el cráneo en ocho fragmentos (los
ocho picos actuales del monte Haku). Como consecuencia, el monte Fuji
es hoy más elevado.
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