jueves, 9 de mayo de 2019
Leyenda del Salt de la Bella Dona
Si alguna vez
sucedió, no lo sabemos, pero sí es cierto que la historia hecha
leyenda o quizá la leyenda convertida en historia suscita un gran
interés y curiosidad no sólo entre los mallorquines sino también
entre los turistas que visitan este impresionante precipicio de la
Serra de la Tramuntana conocido popularmente con el nombre de El Salt
de la Bella Dona.
Cuenta la leyenda
que un hombre extremadamente celoso de su esposa, mujer de naturaleza
justa, honrada y fiel y de espectacular belleza, resolvió vengarse
de ella con la muerte. Queriendo el esposo cumplir con sus designios,
un buen día le ofreció a su esposa ir a visitar a la Mare de Déu a
Lluc, sabiendo que la esposa se alegraría de tan dichosa
peregrinación. Así fue, y cuando la mujer se enteró accedió
inmediatamente a la propuesta del esposo.
Llegado el día,
salieron muy temprano de la casa para iniciar el camino y evitar así
el calor del día. Cuando se encontraban llegando al Grau, justo
después de la conocida Bretxa Nova (parte del camino hacia Lluc), el
esposo invitó a la mujer a que se asomara por el precipicio y
contemplara la espectacularidad del paisaje. Ella se acercó y
mientras se deslumbraba con la belleza del valle, su esposo la cogió
del brazo y la empujó cayendo al fondo de la fosa. El esposo, tras
cometer su injustificada venganza, empezó a sentir remordimientos de
cual fuera su cruel acción y decidió proseguir el camino hacia Lluc
arrepentido para implorar su perdón.
El hombre, a su
llegada a Lluc, se dirigió al Santuario y acercándose al templo no
creyó lo que sus ojos estaban viendo, se encontró a su esposa
arrodillada ante la Virgen rezando intacta, como si no hubiera pasado
nada. El hombre contemplaba a la Virgen y a su esposa atónito. La
Mare de Déu había realizado un milagro, pues cuando la esposa se
precipitaba al fondo y antes de que llegara abajo, la Virgen la
rescató y se la llevó al Templo de Lluc. El esposo, arrepentido por
su atroz comportamiento, imploró repetidamente su perdón a la Mare
de Déu y a su esposa por el disparate tan grande que había
cometido. Naturalmente, tanto la Virgen como la mujer lo perdonaron
de todo corazón.
Mucha gente cree en
ella como uno de los 80 milagros que la Mare de Déu de Lluc realizó,
pero también son muchos los que creen en la historia como una mágica
y especial leyenda de Mallorca.
También es
reconocida la existencia de diversas versiones, donde aparecen
pequeños cambios en el relato que de alguna manera cambian el
significado de la misma. Gente cuenta que la esposa le era infiel al
hombre con un pastor, justificando así la venganza del marido al
precipitarla al valle sin mostrar absoluto arrepentimiento por su
hazaña. Otros cuentan que no fue la Virgen la que directamente la
salvó, sino que existió alguna divinidad que hizo levantar a la
Virgen para rescatarla, nada más y nada menos que el amante de la
bella dama, quien la esperaba cada noche en el mismo rincón de la
Isla donde se habían besado por vez primera.
Las leyendas,
leyendas son, o no…aun así cada uno es libre de creer en la
versión que más le guste. Pero si existe alguna parte real en todas
las versiones esa es la magnitud y espectacularidad del precipicio,
provisto de una belleza impresionante desde donde se puede contemplar
todo el Raiguer de Mallorca (es una comarca mallorquina situada en el
centro-norte de la isla de Mallorca que se extiende paralelamente a
la Sierra de Tramontana desde Marratxí hasta la Puebla).
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