martes, 11 de diciembre de 2018
Terror En El Cine
Hace como seis años entre a trabajar a un Cinépolis de un
centro comercial que esta cerca de mi casa, en un horario de 5:00 PM a 1:00 am.
Me pareció un poco extraño que al entrar enseguida me ofrecieran un lugar en el
área de proyección, ya que esa área en muy codiciada por los demás empleados de
otras áreas como taquillas, dulcería o accesos. Cuando me dijeron el horario me
pregunto la chava de recursos humanos si estaba seguro como 3 veces, lo cual no
me pareció extraño pues la mayoría de mis compañeros eran estudiantes y muchos
no tenían un medio de transporte a esas horas.
En mi primer día cuando me presentaron con el encargado del
área y los demás compañeros, note que no pudieron disimular un leve gesto de
angustia en sus rostros uno de ellos pregunto
"¿No que ya nadie se iba a quedar a la una?" a lo
que el gerente contesto "Pues ya vez que si, nada mas explíquenle bien al
compañero que es lo que va a hacer porfa" ordenó un poco incomodo
"sale jefe" contesto el encargado "Usted no se preocupe"
Después de eso uno de mis compañeros fue asignado para
capacitarme y mostrarme el área que consiste en un pasillo largo de unos 40
metros de longitud y unos 5 de ancho a donde se encontraban sendos proyectores
haciendo su peculiar sonido provocado por la cinta de la película entre los
numerosos carretes de la máquina "órale" comente a mi compañero
mientras el terminaba de explicarme como funcionaba el aparato "creí que
las cintas ya no se usaban" "siguen usándose, tal vez en uno o dos
años ya no se usen pero mientras hay que aprender como poner bien la
cinta" rió " no vaya a ser que se te rompa o se queme con la luz de
proyector" "¿que sucede si pasa eso?" pregunte interrumpiéndolo
"Pues pegas la cinta en chinga y la vuelves a montar, porque si alguien
allá abajo se encabrona y quiere su lana de vuelta te lo descuentan a ti...
Pero no te preocupes ahorita" puse cara de preocupación "no te vamos
a poner ninguna sala hasta que ya domines bien todo, ademas, es muy raro que
nos pasen broncas durante alguna función" afirmó como para tranquilizarme
aunque ahora el que parecía preocupado era el "¿Y no te da miedo quedarte
hasta la madrugada?" me preguntó con una angustia que me pareció algo
fingida "no, ya he tenido otros empleos donde salgo tarde" respondí
sin darle mucha importancia "Lo que pasa es que aquí en este pasillo hace
mucho mataron a un niño" comenzó a relatar lo que parecía la típica
historia de cualquier edificio" dirás que te quiero chorear pero la neta
ya ni los de mantenimiento quieren venir en la noche porque siempre los espanta
el niño" lo mire incrédulo "¿y esta novatada se la hacen a todos?"
pregunte mientras intentaba acomodar la cinta entre los carretes metálicos del
proyector "No carnalito, claro que no, si quieres ahorita le preguntamos a
alguien de los de allá abajo, todos se saben la historia: un delincuente se
trajo para acá a un niño cuando apenas estaban construyendo, hasta dicen que
salio en el periódico, el niño fue violado y asesinado por el cabrón ese y
ahora espanta a todos los que se quedan por acá después de la una, cuando
acaban todas las funciones. Nadie dura mas de una semana en tu horario porque a
la mayoría si le sacamos" confesó con cara de espanto "aja, ¿y quien
apaga los proyectores?" replique incrédulo a la evidente novatada "la
cinta tiene un sensor al final que apaga el proyector, los de mantenimiento a
veces vienen a hacer sus labores en la madrugada y apagan todas las luces y
cuentan que los cañones que emiten anuncios antes de cada película estén
completos, aunque ahora esa va a ser tu chamba"
La conversación continuo con un "listo" que
pronuncie al terminar de montar la cinta de una película programada para las
10:15pm
Ese mismo día a las 12:00 mis compañeros se despidieron de
mi y yo me queda solo en el largo pasillo donde al final de este había otro
pasillo mas que era utilizado como bodega para guardar varios objetos, ya hasta
adentro se encontraban los interruptores que apagaban desde las luces del
pasillo, así como la de las salas, los proyectores y el resto de las áreas del
cine.
Dando la una me dispuse a realizar mis ultimas actividades
que eran las de contar los cañones de las salas y cubrir con una gran funda los
aparatos de cine. Entonces un ruidito se escucho en una de las salas, mas por
curiosidad que por otra cosa asome mi cara por la ventanita que daba hacia la
sala que era la que estaba asignada para que el personal pudiera supervisar que
todo iba bien durante una función. Aproximadamente tres metros abajo (que es la
distancia que hay entre la mencionada ventanita y los asientos de la sala) todo
se encontraba silencioso y vacío. Despreocupado camine hasta la bodega para
apagar todo. Varios "clic" sonaron hasta que todo quedó a oscuras,
dejando delante de mi un lugar completamente oscuro con una salida lejana y un
camino solitario y atemorizante que recorrer. Decidido a no dejarme llevar por
el relato contado por mi compañero camine con calma por el largo pasillo
sintiendo como el ambiente se tornaba algo mas frío y oscuro que antes. Procure
atribuirlo a mi imaginación y continúe mi recorrido por las tinieblas
intentando ignorar esa sensación molesta de que alguien camina detrás. Las
salas del pasillo son 13 y la salida se ubicaba a unos pasos de la sala uno, a
la altura de la sala nueve fue cuando aquel pasillo me pareció mas oscuro y
asfixiante, llegue a la altura de la 8, la 7 y luego la 6 a donde me precio
volver a escuchar un ruido detrás de mi, sin embargo no me detuve y seguir,
pase la sala 5 y al llegar a la 4 escuché un golpe semejante al de unos
nudillos golpeando en el cristal de la ventanita que daba hacia dicha sala.
Voltee inmediatamente y pude mirar la cara blanca de un niño como de unos ocho
o diez años, sus ojos eran completamente negros grandes y derramaban lagrimas,
la boca estaba entre abierta dándole un aspecto escalofriante como si sintiera
mucho dolor y asfixia a la vez. De inmediato mire hacia adelante decidido a
irme sintiendo un pánico electrizante y escalofriante a la vez. Todo esto duro
apenas un segundo pues al instante corrí a toda velocidad hacia la salida del
área de proyectores.
Cuando llegue a casa, subí a mi habitación y me acosté
directamente, temeroso de dormir y soñar con esa cosa que me miraba desde
dentro de una sala a través de una ventana que estaba a tres metros del suelo.
No renuncie al trabajo, para alivio mío al día siguiente se
tenían programadas labores de mantenimiento, por lo que las luces se quedaban
prendidas. Dure medio año trabajando ahí y en ese horario y aunque hubo
ocasiones en las que me volví a quedar solo fueron muy pocas las veces que
sufrí un susto, cortesía del niño que murió en el cine.
Esto ocurrió en el Cinépolis de Galerías Metepec, en el
Estado de México, aproximadamente hace ya algunos años.
La plaza abrió por primera vez en el año 2000. Y hasta la
fecha nadie quiere quedarse ahí.
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