sábado, 5 de mayo de 2018
Leyenda de Terror: La Pieza que Faltaba
Manuel y Fermín eran amigos de toda la vida. Estudiaron y
crecieron juntos, lograron entrar incluso en la misma universidad. Se casaron y
sus esposas se hicieron amigas. Manuel y Fermín se reunían por lo menos dos
veces al mes para beber, conversar y jugar.
Todos los juegos de mesa los tenían: ajedrez, ludo, damas
chinas, cartas, etc. Siempre encontraban algo con qué pasar el tiempo mientras
sus esposas salían de compras o se regalaban un día para ellas. Una de esas
tardes, Manuel apareció con un rompecabezas, alguien extraño se lo había recomendado
en la tienda, hasta convencerlos de comprarlo.
Empezaron a armarlo por los bordes como siempre. Eran 2000
piezas, así que le dieron lento. Bebían, armaban un trozo y reían compartiendo
algún chiste. Cuando ya empezaba a tomar forma, Fermín sintió un escalofrío
extraño y le pidió a Manuel que pararan. No le gustaba lo que estaba sintiendo.
Fermín por el contrario sintió curiosidad. Parecía una calle
oscura con un solo bombillo encendido al fondo. Manuel insistió en que tenía un
mal presentimiento, pero Fermín ya dominado por el alcohol le instó a continuar
y a aprovechar que estaban sin las chicas. Un fuerte color rojo comenzó a
aparecer.
Siguieron con el rompecabezas, aparecieron piernas, brazos,
zapatos tirados y ropas desgarradas. Fermín insistía en que algo malo iba a
suceder, lo olía en el aire, una voz interna se lo decía a gritos. Pensó en
dejar a Manuel solo, pero en el fondo también sentía curiosidad. De pronto, una
leve voz, la de su esposa le susurró al oído: ¡Ayuda! Pareció oír. Y entonces,
Manuel gritó, era espeluznante y aterrador su grito acompañado de lágrimas. El
terror se dibujó en su rostro cuando colocó la pieza que faltaba. La imagen era
de dos mujeres asaltadas y degolladas en una oscura calle. Fermín quedó frío al
ver que eran sus esposas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario