martes, 1 de noviembre de 2016
El Origen Del Violín
Había una vez un matrimonio que tenía cinco hijos. La mayor
era una chica; de tan gran belleza, que era célebre en los pueblos de
alrededor. Tenía más de veinte años y nunca había tenido ningún pretendiente.
Unos decían que era muy or-gullosa; otros, que era demasiado coqueta. Lo cierto
es que no se sabía por qué, siendo tan hermosa, ningún hombre se dirigía a
ella.
Un día que iba al bosque por leña, se le apareció el diablo.
La muchacha no se asustó. Por el contrario, se mostró con él muy amable y le
preguntó por qué ningún muchacho quería hacerla su esposa.
El diablo se echó a reír y contestó:
—Yo sé de un hombre que anda enamorado de ti. Si sigues mis
consejos, tendrás pronto un buen novio.
La doncella contestó que estaba dispuesta a hacer todo lo
que se le mandase.
Lo primero que le impuso el diablo fue que matara a su
padre. Al principio la joven dudó, pues le parecía una condición demasiado
cruel; pero al fin, cegada por sus deseos, consintió en darle muerte.
Un día que volvía a casa con su padre por la orilla del río,
fingió tropezar con unos troncos de árbol y empujó a su padre, logrando que
cayera al agua. El padre murió ahogado. En seguida se le apareció el demonio.
—Está bien —dijo—; ahora haré con tu padre un precioso
instrumento de música, que te ayudará para conseguir un novio.
Y haciéndolo como lo decía, convirtió a su padre en una caja
de violín.
—Tendrás que matar a tu madre, para hacer de ella el arco
—dijo el demonio.
Aquella condición le pareció imposible de cumplir. Pero un
día que su madre estaba junto al fuego, haciendo la comida, el diablo tentó de
nuevo a la muchacha, exigiéndole el sacrificio de la madre para conseguir su
deseo. Ésta no pudo resistir la tentación y empujó a su madre hacia el fuego.
Se hizo unas quemaduras tan graves, que pronto murió.
En seguida se le apareció el demonio.
—Está bien —dijo —. Con tu madre haré el arco para el
violín; pero de nada te servirá tener esto si el violín no tiene sus cuatro
cuerdas. Para conseguirlas tendrás que sacrificar a tus cuatro hermanos.
Una noche, mientras dormían, decidió matarlos, y así lo
hizo. Al momento se le apareció el diablo, que transformó a los cuatro niños en
cuatro cuerdas de violín, pudiendo de esta manera completar este maravilloso
instrumento.
—Ahora tócalo —dijo a la doncella—, y verás cómo en seguida
un hermoso joven te quiere hacer su esposa.
Tan pronto tuvo el violín en las manos, empezó a tocarlo.
Era tan maravillosa y tan dulce su música, que un hombre que pasaba se detuvo a
escuchar. Al ver a la linda muchacha que tocaba aquel extraño instrumento, se
enamoró de ella. Ésta le correspondió, pues el pretendiente era un hermoso
joven.
La joven se sentía feliz; no se acordaba para nada de sus
padres y hermanos, y decidió casarse enseguida.
La víspera de su boda iba con su novio por el bosque,
tocando el violín que le diera el diablo, cuando de repente se le apareció éste.
La joven, asustada, le preguntó qué deseaba.
—Vengo por ti y por tu novio —contestó— . Te di lo que
querías, y ya lo tienes; ahora ven a pagar tus crímenes.
Y cogiéndolos por el brazo, se precipitó con ellos en el
infierno.
Al poco rato pasó por allí un gitano y vio en el suelo un
extraño instrumento de música. Era el violín que hiciera el diablo. Empezó a
tocarlo, y fue tan maravillosa su música, que en poco tiempo se hizo célebre en
todo el mundo.
Los gitanos lo tocan con verdadera pasión y creen a pies
juntillas que sólo el diablo pudo ser el inventor de su querido violín.
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