lunes, 9 de mayo de 2016
Momias Monstruos Reales De Japón
El templo Zengyōji, situado en la
ciudad de Kanazawa, es el templo de la cabeza momificada de un
demonio que tiene tres caras. La leyenda narra que un sacerdote
residente descubrió la momia en una cámara de almacenamiento del
templo en el siglo XVIII. El templo pone la cabeza en exhibición
pública cada año durante todo el equinoccio de primavera.
Se descubrieron en el templo de
Daijoin, momias demonios.
La primera e dice que la momia alguna
vez fue una herencia preciada de una familia noble. Sin embargo,
después de haber sufrido algún tipo de desgracia, la familia se vio
obligada a deshacerse de ella. Hoy en día la consagrada momia
demonio del templo Daijōin se venera como un objeto sagrado.
La segunda es una momia mucho más
pequeña se dice que es la de un demonio bebé estuvo una vez en
posesión del Templo Rakanji de Yabakei.
Momias de sirena.
Se dice que estas momias han sido
elaboradas por pescadores como una tradición para un carnaval, pero
al ver el gran trabajo que estos hacían decidieron colocarlas en el
Museo Nacional de Etnología de Leiden. La criatura momificada fue
obtenida por Blomhoff Jan Cock mientras se desempeñaba como director
de Dejima, la colonia comercial holandesa en el puerto de Nagasaki,
desde 1817 hasta 1824. Ahora reside en el Museo Nacional de Etnología
de Leiden.
Otra vieja momia de sirena, expuesta en
un museo en Tokio desde hace varios años parece pertenecer al
fundador del Museo Agrícola Harano.
Momias Tengu.
El tengu, un demonio peligroso a menudo
representado en el arte con partes de humanos y aves. El Museo de
Hachinohe (prefectura de Aomori), en el norte de Japón es el hogar
de una momia tengu.
Esta momia está compuesta por partes
humanoides muy raras y partes de aves silvestres. Se dice que paso de
generación en generación en las familias japonesas.
Momias Raijū.
Esta momia se trata de una especia de
nube viviente, ya que pobladores aseguran que este desciende de los
cielos cuando cae un rayo, y supuestas investigaciones arrojaron que
este fenómeno causaba enfermedades incurables.
Los detalles sobre el aspecto del raijū
varían. Algunos documentos del período Edo cuentan el raijū se
parecía a una ardilla, gato o hurón, mientras que otros lo
describen como una forma más parecida a un cangrejo o caballito de
mar.
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