martes, 3 de mayo de 2016
Historia Del Ultimo Templario y La Maldición
Jacques Molay fué el último Gran
Maestre de la Orden del Temple. Borgoñés de nacimiento, se unió en
1265 a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, llamados más
tarde Caballeros del Templo de Salomón, o, como los conocemos
vulgarmente, Caballeros Templarios.
Pero tras la muerte de Thibaud Gaudin
en 1292, Jacques de Molay se convirtió en Gran Maestre, sería el
último que tendría aquella orden teñida de misterios y tragedia.
En 1293 organizó una serie de
expediciones las cuales posteriormente entro en conflicto con los
musulmanes y, que posteriormente, entró victorioso en Jerusalén en
el año de 1298, derrotando a Malej Nacer, que en ese entonces era el
Sultán de Egipto.
En 1307, el Papa Clemente V y Felipe IV
rey de Francia, ordenaron la detención de Jacques de Molay bajo la
acusación de Profanación como un pretexto para apropiarse de los
bienes económicos de la Orden, además de que querían destruir su
credibilidad.
El último Gran Maestre reconoció los
cargos bajo interminables torturas, que posteriormente se retractó
después de recuperarse. A causa de ello fue quemado vivo frente a la
Catedral de Nôtre Dame en 1314, debido a que retracto su confesión
por segunda vez, y sobre todo porque lo hiso de manera pública.
La ejecución se llevó a cabo de
manera secreta, sin testigos, a la hora de vísperas, después de la
puesta de sol, en un pequeño islote sobre el Sena cercano a la isla
de la Cité, para evitar cualquier alboroto entre los pobladores. Un
testigo de los hechos describe la escena:
Dijo que al ver la hoguera, el Maestre
se quitó la ropa y se quedó de pie solo con la camisa puesta,
cuando estaban a punto de atarlo dijo: dejadme unir las manos para
rezar. Dios sabe que mi muerte es injusta y dentro de poco muchos
males caerán sobre los que nos han condenado. Dios vengará nuestra
muerte. Murió con tanta dulzura que todo el mundo quedó asombrado.
Estas últimas palabras fueron
premonitorias, el papa y el rey murieron poco después, fue a raíz
de esto que nació la leyenda del último templario
Después de haber pasado cuarenta días,
cuando las cenizas de Jacques de Molay todavía flotaban sobre París
como un presagio, el Papa Clemente V cayó fulminado el 20 de abril
de 1314.
El 29 de noviembre de ese mismo año,
Felipe IV perdía la vida en medio de convulsiones, vómitos y una
parálisis demoledora.
Para los historiadores, Felipe y
Clemente murieron por un accidente cerebrovascular; pero para los
templarios ocultos en distintos rincones del orbe, estos hombres
murieron porque debían morir, puesto que ese era el Propósito
maldito que Jacques de Molay, el último Gran Maestre, había
depositado sobre sus almas corruptas.
El arzobispo Ussher y la historia del
mundo.
James Ussher, o mejor conocido por su
nombre latino “Jacobus Usserius”, fue un arzobispo de Armagh en
Irlanda, defendió con gran valor los textos sagrados. Diseño una
cronología titulada: los anales del antiguo testamento, en el cual
deduce los primeros orígenes del mundo, y el cual fue publicado en
1650.
Su ambición fue calcular la fecha
exacta en la que se llevó a cabo la creación del universo y
posteriormente los eventos que se llevaron a cabo según el antiguo
testamento.
Esta obra es una evidencia exacta que
posee una fe inquebrantable en la veracidad literaria de la biblia.
Este hombre fue una persona bien educada, culta, que conocía sobre
historia, astronomía, en las civilizaciones persas, griegas,
egipcias y romanas, sin mencionar que era incapaz de confrontar esos
conocimientos con la verdad revelada en la biblia.
De cierto modo el conocimiento de este
hombre fue muy criticado por todos en ese entonces, su calendario se
basaba en hechos históricos y fechas que han sido comprobadas, por
ejemplo, en la muerte de Alejandro Magno que fue en el 323 a.C. así
como también en Julio Cesar en el 44 a.C. No obstante, para calcular
la vida de los personajes bíblicos como Adan y Eva, sus esfuerzos
los llevaron a elaborar complicados ejercicios matemáticos que le
permitieron poder deducir fechas asombrosas.
En este calendario también sostiene
que la creación de la tierra se produjo a las 21 hs del sábado el
22 de agosto en octubre del años 4004 a.C. Que la expulsión de Adan
y Eva ocurrió el lunes 10 de noviembre de ese mismo año.
Así como también afirma que Noé
atestiguo el final del Diluvio Universal el miércoles 5 de mayo del
año 2348 a.C. El templo de Salomón fue inaugurado en el año 1000
a.C.
Los cálculos del arzobispo de Ussher
fueron aprobados por las autoridades de la iglesia, quienes lo
incitaron para que escribiera una segunda parte del calendario, que
apareció luego de cuatro años el cual llamo Annalium pars
postierior, “Parte siguiente de los anales”, que tuvo lugar en
1654. Como ya lo mencionamos anteriormente, tomó referencias en los
textos antiguos de la biblia para tener una guía del pasado.
James Ussher no estaba completamente
alejado de la cronología histórica, sus fechas se ajustaron a los
acontecimientos históricos reconocidos. Pero a medida que sus
cálculos retrocedían en el tiempo, los secesos y fechas se volvían
cada vez más confusos. La última referencia a la que recurrió es a
la figura del Rey babilónico Nabucidinosor.
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