Conocida como la hija ciega de la mitología finlandesa,
Loviatar es la diosa de la muerte y la enfermedad. Nacida de la unión entre
Tuoni, dios de la muerte, y la reina del Inframundo, Tuonetar, Loviatar forma
parte de numerosos mitos finlandeses y aparece en muchos textos como la peor de
todos sus hijos: la más vil de todos los demonios. La fuente más fiable es el
Kalevala, un texto del siglo XIX considerado la epopeya nacional de Finlandia.
En él, Loviatar cobra protagonismo en el capítulo cuarenta y cinco, del que
puede extraerse mucha información acerca de ella.
Según el Kalevala, Loviatar es descrita con las más
terribles palabras. Ella es la hija más miserable con el más negro de los
corazones: "un maligno monstruo de Lappala" con la capacidad de extender
las peores y más terribles enfermedades sobre las tierras mortales. Es
representada como una virgen ciega, fea y vieja pese a los hijos que parirá
según avance el texto. Se cree que tiene numerosas hermanas, representando cada
una de ellas otra versión de sus múltiples formas de muerte, una característica
importante teniendo en cuenta que la reputación de Loviatar es siempre la peor.
Su hermana Kalma, por ejemplo, es la diosa de la muerte y la podredumbre,
mientras que Kipu-Tyttö, es la diosa de la enfermedad
Uno de los motivos del carácter tan terrible de Loviatar es
que ella es la madre de los más espantosos males del mundo: cada uno de sus
nueve hijos es una horrible enfermedad. Según el Kalevala ellos son: "el
Cólico, la Pleuresía, la Fiebre, la Úlcera, la Peste, la Tisis, la Gota, la
Esterilidad y el Cáncer". Sin embargo los anteriores, como puede
observarse, son sólo ocho. Esto se debe a que el noveno hijo de Loviatar está
considerado como tan terrible que ni siquiera recibe nombre alguno en el texto,
habiendo llegado incluso a ser desterrado por su miserable madre. Le llaman
"encantador" y cuentan que fue expulsado para que fuese la peor plaga
de la humanidad, asolando el reino mortal con su "discordia y
envidia".
El fragmento del Kalevala que habla de Loviatar proporciona
la descripción tanto de su embarazo como del nacimiento de sus terribles hijos.
Loviatar es fecundada por el viento del Este lo que le produce un gran pesar y
terribles penalidades. Ella viaja "atravesando los nacientes de las montañas
y las fuentes, por las corrientes aguas de cristal, por la corriente sagrada y
el remolino, por la catarata y la corriente de fuego ", en todo momento
ciega y con gran dolor por el esfuerzo que debe realizar. Entonces emprende su
camino hacia el Norte, aconsejada por el dios Ukko del cielo y con la ayuda que
recibe de manos de Louhi, "la bruja vieja y desdentada" de Pohya.
Louhi toma a Loviatar a su cuidado, acomodándola en su casa y tras rezar a Ukko
pidiéndole ayuda, Louhi, a su vez, ayuda a Loviatar a dar a luz a sus nueve
hijos. Al desterrar Loviatar a su último hijo, Louhi destierra a su vez a todos
los demás "a la gente de Wainola, a la juventud del Kalevala", tras
lo cual el personaje principal del Kalevala, Wainamoinen, conseguirá, no sin
grandes esfuerzos, liberarse de las tragedias que aquellos niños traerían.
Curiosamente, los personajes Louhi y Loviatar, aunque
distintos en esta traducción particular, en el pasado se consideraron como el
mismo. Aunque el Kalevala es uno de los textos más puros y descriptivos sobre
la mitología finlandesa, los estudiosos siguen debatiendo si Louhi y Loviatar
podrían haber sido dos nombres diferentes dados a la misma mujer. Uno de los
motivos para esta suposición sería la semejanza de sus nombres, sin embargo
existe otro mucho más claro y es que muchos de los cuentos tradicionales más
antiguos, usan los nombres de manera intercambiable en el finlandés original.
En las más ancestrales historias populares, Louhi ha sido mencionada como
"la Madre de las Nueve enfermedades", mientras que Loviatar era
considerada como la líder de la gente de Pohya.
Las descripciones de Loviatar son difíciles de comprender, aún cuando el Kalevala la retrata como la encarnación de la desolación, la muerte, y la podredumbre. La madre virginal de las enfermedades aparece personificando la antítesis del virginal parto de otras mitologías: aparentemente se pretendía que su "pureza" resaltara aún más su desprecio por la humanidad. A pesar de ser vieja y decrépita, Loviatar seguramente no sea la diosa que uno querría encontrarse, por casualidad, de forma inesperada y estando desarmado.
Fuente: Leyendas, Mitos, Misterios y Enigmas del Mundo
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