miércoles, 7 de octubre de 2020
Los Fantasmas Vikingos
Cuando hablamos de
leyendas, costumbres y creencias vikingas, a menudo pensamos en
dioses como Odín o Thor, puede que incluso nos vengan a la mente
seres como las valkirias, los elfos y los gigantes; sin embargo, poco
se habla de los fantasmas de los vikingos y toda la tradición que
hay alrededor de estos seres pues, de hecho, lo que sabemos de
fantasmas vikingos llegó hasta nosotros gracias a las sagas de este
pueblo.
Los fantasmas
vikingos de acuerdo con su comportamiento
Lo primero que
debemos señalar es que los fantasmas vikingos variaban de acuerdo
con su comportamiento:
Los draugr, también
conocidos con el nombre de aptrgangr, es decir, «los que caminan de
nuevo». Eran fantasmas muy fuertes a los que se les podía ver en
todos lados. Según algunas sagas se aparecían principalmente
durante las noches de otoño e invierno, la niebla era un aviso de su
presencia.
Estaban los
fantasmas que defendían su tumba de intrusos y también los que
sentían nostalgia por la vida. Estos últimos eran particularmente
peligrosos puesto que, en los casos más extremos, su amor por la
vida podía convertirse en odio hacia los que aún gozaban de ésta.
Algunos afirman que Grendel, el monstruo de la saga Beowulf
pertenecía a esta categoría de fantasmas.
Los haugbui, a
diferencia de los graugr, eran fantasmas que no podían salir de sus
tumbas, pero eso no le impedía atacar a todo aquel que intentara
profanar su lugar de descanso.
Las maras eran seres
que, aunque de día llevaban una vida normal, por la noche subían al
pecho de las personas dormidas para provocarles pesadillas. De hecho,
la palabra mara es el antecedente de las palabras nightmare y
cauchemar, «pesadilla» en inglés y francés, respectivamente.
Los volga eran
fantasmas creados por un mago negro a partir del hueso de una persona
muerta, estos fantasmas podían ser particularmente peligrosos pues
estaban bajo el dominio del brujo quien, a menudo lo creaba para
infligir daño a alguna persona. La persona atacada sólo se libraría
del volga cuando decía el nombre del difunto a quien pertenecía el
hueso a partir del cual se creo el volga.
Los fylgidraugar
eran fantasmas de niños abandonados que regresaban a atormentar a
sus familiares. Los utburdir eran también fantasmas de pequeños, en
este caso de bebés, quienes atormentaban solamente a sus madres.
Por otro lado, los
vikingos se cuidaban mucho de toparse con un ellerkonge, pues este
fantasma era capaz de presagiar el tipo de muerte que tendría aquel
que los viera. Este ser derivó más tarde (más allá de la era
vikinga) en lo que Jacob Grimm llamó Erlking, es decir, el Rey de
las Hadas, un elfo que atrapaba a seres humanos para satisfacer sus
deseos o ansias de venganza.
Fantasmas vikingos
protectores
Pero no todos los
fantasmas vikingos eran malvados, también existían aquellos
protectores o que prestaban ayuda a los humanos. En esta categoría
encontramos a los landvættir que no eran otra cosa que los espíritus
de la tierra, encargados de proteger una región, pero también de
hacer que la vida florezca en el lugar que protegen. A estos
espíritus no les gustaban los dragones, por esta razón, cuando los
vikingos llegaban a alguna región de forma pacífica, se aseguraban
de ocultar los dragones de las proas de sus barcos para así evitar
ofenderlos o asustarlos. En esta categoría tambien contramos a los
gjenganger, que eran espíritus se encargaban de llevar un mensaje
importante a sus familiares vivos.
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