jueves, 11 de junio de 2020
Supervivencia
En Berlín, tras el
fin de la Segunda Guerra Mundial, el dinero escaseaba, los
suministros se agotaban, y parecía que todo el mundo moría de
hambre.
Durante este período, las personas contaron la historia de
una joven que decidió ayudar a un hombre que caminaba a ciegas entre
una multitud.
La leyenda cuenta
que ambos comenzaron a conversar y el hombre le preguntó si podía
hacerle un favor: “¿Podrías entregar esta carta en la dirección
escrita en el sobre?” Bueno, el lugar le quedaba de camino a su
casa, por lo que ella acepto sin más.
La chica comenzó su
camino para entregar el mensaje, cuando notó algo en la dirección,
un número que no podía distinguir, no sabía si se trataba de un
“4″ o “9″.
Se volvió de nuevo hacia el hombre ciego y se dio
cuenta de que había emprendido una huida entre la gente sin sus
gafas oscuras ni su bastón, como si estuviera huyendo.
Ella, por supuesto,
encontró aquella actitud sospechosa, y en lugar de ir a casa fue a
la policía. La policía, que tenía sospechas de que algo estaba
pasando en la región por los incidentes registrados, visitó la
dirección para comprobar si existía alguna conexión con sus
sospechas. Una vez allí, hicieron un descubrimiento aterrador, tres
carniceros cortaban carne humana y la vendían a la gente hambrienta
por un precio amigable.
¿Sabes lo que había
en la carta que el hombre le dio a la joven? Una nota, apenas se
limitaba a decir: “Esta es la última que mando para ustedes hoy.
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