El dios morador de la entrada del infierno el dios que cuida la entrada del inframundo, con el cual las almas de los muertos que perdían la vida naturalmente debían de pasar antes de ver al señor de los muertos.
Era un dios con atributos de caimán, compuesto por huesos, encargado de vigilar el paso por el Apanhuiayo, lago de agua negra que representaba el séptimo obstáculo que el alma debía superar en su viaje hacía su descanso definitivo.
La mitología nahuatl señala que el alma ("tonalli") de aquellos que morían de muerte natural debían eludirlo o vencerlo para poder arribar a las orillas del Cjicumahuapán donde se encontraría con el Señor de los Muertos Mictlantecuhtli y en su presencia moriría definitivamente.
Apanohuayán era la región donde se encontraba la desembocadura del río Apanohuacalhuia, una masa acuática de aguas negras donde habitaba Xochitónal, y que el muerto ya sin corazón, se debatía por largo rato en las aguas negras para salir y no ser devorado por esa criatura; pero, ahí no acabarían sus penas, pues el difunto tendría que atravesar un extenso valle lleno de nueve hondos ríos, los nueve ríos adyacentes del ancho río Apanohuacalhuia, los ríos de los nueve estados de la conciencia.
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