Marchan al atardecer y justo antes de que salga el sol. Se cree que rondan sitios muy específicos y pueden ser reconocidos por los cantos que entonan en la distancia. Aunque hay algunos reportes de marchas durante el día, estos aparecidos tienden a ser más activos durante la noche; en especial cuando la luna llena brilla en lo alto del cielo.
Quienes los han visto, dicen que flotan a unos centímetros sobre el suelo y que aún así dejan huellas de sus pisadas en los caminos por donde pasan. Estas almas inquietas tal vez están buscando recuperar el territorio legítimo perdido en combate, repetir una batalla perdida, o vengar sus propias muertes. Algunos afirman que están buscando una entrada al mundo de los muertos.
Aparecen como feroces guerreros camino a una batalla, llevando cascos y capas elegantes, armas antiguas y tocando fuertes tambores de piel. Cualquiera que los vea morirá a menos que un pariente vaya dentro de sus filas. Dicen que si te acuestas boca abajo en el suelo no te verán. Cuentan que poniendo hojas de la planta "tí" cerca de casa ahuyentará a los espíritus. Afirman que guardarles respeto puede traer suerte favorable.
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