La Hermana María entró en el convento benedictino de Palma di Montechiaro a la edad de 15 años. Según los historiadores, la Hermana María despertó de un desmayo con un extraño sentimiento de que el diablo “la había controlado”. Notó que estaba cubierta de tinta y varias cartas estaban esparcidas sobre su escritorio. Examinando las cartas, encontró una mezcla ininteligible de manuscritos antiguos y anagramas misteriosos. La Hermana María admitió a otros en el convento que las notas eran mensajes de Lucifer entregados a la Hermana María en un estado de ensueño.
Durante siglos, los investigadores fueron incapaces de descifrar el contenido críptico de la carta (sólo una carta sobrevivió), hasta septiembre de 2017 cuando los investigadores del Centro de Ciencias Ludum de Catania, Sicilia descifraron la carta usando un sofisticado algoritmo encontrado en la web oscura.
El algoritmo criptográfico utilizado para descifrar la carta fue descubierto en un software que se cree fue escrito por un estado-nación (probablemente los Estados Unidos). El software era único, inteligente y muy bien escrito.
“Usamos el software con el griego antiguo, el árabe, el alfabeto rúnico y el latín para descifrar parte de la carta”.
Su trabajo funcionó. Al igual que las huellas dactilares que aparecen en una ventana empañada, el mensaje de la carta comenzó a desentrañar el mensaje pieza por pieza. Su primer vistazo al significado retorcido de la carta reveló esta simple frase:
“Dios piensa que puede liberar a los mortales, pero el sistema no funciona para nadie”.
Los investigadores dicen que el texto encriptado también contienen fragmentos de texto que degradan a Dios, a Jesús y al Espíritu Santo como “pesos muertos” que la humanidad debe intentar esquivar. Otra frase pasó a decir “tal vez ahora, Styx es verdadero.” Styx es el río mítico que separa la humanidad del inframundo.
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