jueves, 5 de enero de 2017
Leyenda del Rastrillo
En el año 2003 en Estados Unidos, principalmente en el área
rural de Nueva York, ocurrieron una serie de extraños eventos que involucraban
a una extraña criatura humanoide. Los medios locales cubrían la noticia, pero
de pronto todo quedó en el olvido despertaron. La mayoría de los registros en
línea y escritos de la criatura fueron misteriosamente destruidos y muy poca
información quedó intacta. Pero investigando un poco se ha podido conocer algo
escueto sobre la criatura.
En el diario de un marinero del año 1691 decía: – Vino a mí
en un sueño. Desde los pies de mi cama sentí una sensación. Se llevó todo.
Debemos volver a Inglaterra. No debemos volver aquí por órdenes del Rastrillo.
–
La entrada de un diario 1880 mencionaba: – Experimenté un
gran terror. He experimentado el terror más grande. Veo sus ojos cada que
cierro los míos. Son huecos. Negros. Me vieron y me perforaron. Su mano mojada.
No dormiré. Su voz… –
Nota de Suicidio de 1964: – Mientras me preparo para tomar
mi vida, siento necesario mitigar cualquier dolor o culpa que pueda provocar
mediante este acto. No es culpa de nadie más que de Él. La primera vez,
desperté y sentí su presencia. La segunda, desperté y lo vi. La tercera,
desperté y escuché su voz, y vi sus ojos. No puedo dormir por terror de lo que
pueda pasar la próxima vez que lo encuentre. No puedo despertar jamás. Adiós -.
Hallado en la misma caja de madera había dos sobres vacíos dirigidos a
“William” y “Rose”, y una carta personal sin sobre: – Querida Linnie, recé por
ti. Dijo tu nombre -.
Y en época reciente, de un testigo en el 2006: – A las 4 am,
me desperté pensando que mi esposo había ido al baño. Aproveché para jalar las
sábanas, pero él seguía ahí, me vio, suspiró y retiró sus pies de la orilla de
la cama tan rápido que su rodilla casi me tiró. Me agarró y no dijo nada. Al
pie de la cama, sentado y viéndonos de lejos, había lo que pensé que era un
hombre desnudo, o un gran perro sin pelo de algún tipo. Su posición era
perturbadora y no natural, como si hubiese sido golpeado por un automóvil o
algo así. En un movimiento veloz, la criatura rodó al lado de la cama, y se
arrastró rápido en una posición similar a la de un cojo a lo largo de la cama
hasta que estuvo a poco menos de 30 cm. del rostro de mi esposo. La criatura
estuvo silenciosa por 30 segundos, viendo solo a mi esposo. Después salió
corriendo en dirección a los cuartos de los niños.
Fui tras la criatura, cuando llegué al pasillo, estaba
agachado y jorobado a unos 6 metros a la distancia, cubierto de sangre. Encendí
la luz y vi a mi hija, Clara. Estaba muy lastimada y habló solo una vez más en
su corta vida. Dijo – Él es el Rastrillo –. Mi esposo chocó su auto esa noche,
mientras intentaba llevar a nuestra hija al hospital. No sobrevivieron.
Investigando un poco por mí cuenta después de que todos
parecían ignorar la situación, encontré a un hombre en otra ciudad vecina que
tuvo una historia similar, él conocía a otras dos personas que habían visto a
la criatura, nos tomó a los cuatro casi dos años de buscar en Internet y
escribir cartas para obtener una pequeña colección de lo que creíamos que eran
registros del Rastrillo. Ninguno dio detalles, historia o seguimiento. Una
jornada involucraba a la criatura en sus primeras 3 páginas, y nunca mencionada
de nuevo.
No he visto al Rastrillo desde que arruinó mi vida, pero sé
que ha estado en mi habitación mientras dormía. Sé y temo que un día despertaré
para verlo de pie, mirándome fijamente.
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