domingo, 3 de abril de 2016
Ellos Siguen
Hace algunos meses nos mudamos a una
nueva casa, mi familia y yo llevábamos tiempo buscando comprar una
propiedad y encontramos una que estaba dentro de nuestro presupuesto.
Generalmente al llegar a un lugar nuevo
siento la energía del lugar y me doy cuenta si existen entidades o
espíritus habitando algún lugar. En la nueva casa no sentí
absolutamente nada, lo cual me hizo sentir completamente segura de
que en esta casa podríamos habitar de manera normal.
Por mucho tiempo la casa estuvo en paz,
no había ruidos nocturnos, no había voces ni murmullos, todo
parecía andar bien.
Hasta hace unas semanas, cuando mi
esposo y yo comenzamos a escuchar una especie de golpe en el cuarto
de mis hijos. Parecía como si alguien se hubiese golpeado
fuertemente cayéndose de la cama o contra la pared y no era posible
culpar a los vecinos, ya que donde vivimos ahora, las casas están
separadas unas de otras por pasillos de dos metros a cada lado.
Además, para nuestra suerte, las dos casas hacia la derecha y las
dos casas hacia la izquierda están aún deshabitadas.
Entonces ese ruido comenzó a ser más
frecuente y a cualquier hora del día, cuando no hay nadie más en la
casa más que yo, o a las tres de la mañana cuando todos estamos
dormidos, se escucha un golpe muy fuerte proveniente del cuarto de
mis hijo, que a mi esposo y sobre todo a mí no me deja conciliar el
sueño. Pero eso no es todo, el tercer escalón de arriba hacia
abajo, tiene una especie de vacío, defecto de construcción, que
hace que cada que alguien pisa ese escalón se escucha como un
pequeño golpe hueco. A veces, sin explicación, se escucha
claramente el golpe al escalón, como si alguien subiera y bajara las
escaleras repetidas veces.
Hace algunas noches, el bebé estaba en la
sala conmigo y con mi esposo, que terminábamos de ver una película.
Mi hijo mayor ya estaba dormido en su cuarto. Entonces ya a punto de
irnos a dormir, escuchamos el llanto de un pequeño niño. De
inmediato creí que era mi hijo, mi esposo también lo escuchó. Se
oyó claramente que provenía desde la recamara de los niños. “¿El
niño está llorando?” le pregunté a mi marido, el cual subió
rápidamente las escaleras para asegurarse de que nuestro hijo
estuviese bien.
Mi hijo se encontraba dormido, sin
señal alguna de haberse despertado o llorado.
Nos quedamos pensando en aquel
incidente, pero decidimos creer que era un sonido proveniente de la
calle, o nos habíamos confundido.
Más tarde esa misma noche, ya en
nuestra habitación, con la luz del pasillo encendido, la puerta de
mi recamara cerrada y ya en la cama, escuchamos el ruido de cuando
alguien gira el pestillo de la puerta y de pronto ésta se abrió
deslizándose lentamente hasta quedar totalmente abierta.
Yo estaba aún despierta, por lo que
cuando escuche el ruido miré hacia la puerta y vi que no había
nadie, no era mi hijo mayor quien intentaba jugarnos una broma, pues
él seguía dormido en su cama, ya que por la luz del pasillo yo
habría podido ver su sombra al retirarse de la puerta, pero no había
nadie y la puerta se abrió sola…
¿Será que los fantasmas nos siguen a
dondequiera que vamos?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario