miércoles, 4 de julio de 2012
La Reencarnación
Si bien la creencia de la reencarnación se origina hace
muchos siglos en la India (siglo VII a.C.), fue recién con el Budismo (siglo V
a.C.) que ésta empezó a tomar más fuerza y adeptos. Según los creyentes, la
reencarnación permite que una vez que una persona ha muerto, su alma pueda
migrar a un nuevo cuerpo para empezar una nueva vida, es decir, pasando por
ciclos constantes que le permitirían morir y renacer y convertirse en nuevos
seres.
Tanto griegos como romanos la adoptaron posteriormente como
una creencia que les permitía inmortalizar su grandeza; además de brindarles
una solución perfecta a todo aquello que no podían entender ni explicar.
Muchos de los grandes filósofos que tuvo Grecia en aquel
entonces se convirtieron en grandes adeptos de esta creencia, las mismas que
sirvieron para reforzar sus pensamientos más atrevidos.
Se piensa que cuando los antiguos veían transcurrir los
ciclos del sol y de la luna, así como los planetas, las estaciones del año y,
en general, cuando veían a toda la naturaleza renovarse, pensaron que eso mismo
debía darse en el ser humano luego de expirar.
Pero se sabe que esta reencarnación tiene que ver mucho con
la forma en que nos comportamos en la vida que dejamos, ya que de ello
dependerá lo que nos toque vivir en la siguiente.
Se dice que aquel que ha acumulado un buen karma durante su
existencia reencarnará en un ser superior, mientras que aquel que no lo tiene
se convertirá en un ente inferior como un animal o un insecto.
Si esto es así, siempre tendremos dos interrogantes: ¿Quién
fuimos en la vida pasada y quién podremos ser en la siguiente?
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