En los años 20, un hombre sabio Apache tuvo la visión de
cuatro profecías que previeron la muerte y la destrucción de la humanidad, a
menos que incorporásemos espiritualidad en nuestras vidas diarias.
Dos de estas profecías pueden haberse cumplido ya.
Cierto número de gente puede predecir el futuro, pero poca
consigue la sincronización correcta. El "Abuelo" era un hombre sabio
Apache, miembro de los Scauts, llamado Stalking Wolf, que fue educado al margen
de la influencia externa del hombre blanco. Sus muchas profecías resultaron
Ser no solamente verdad y de la manera que él dijo, sino que
también ocurrieron cuando él las predijo.
Tom Brown, Jr. aprendió extensamente del "Abuelo"
durante veinte años, a partir de su primero encuentro cuando Tom tenia solo
siete años de edad.
Stalking Wolf era en la vida real el abuelo del mejor amigo
de Tom en ese entonces. El extracto siguiente del libro de Tom, The Quest³,
habla de las predicciones del abuelo para toda la humanidad:
Mirando atrás, puedo ver claramente que las profecías del
abuelo, contrariamente a todo el resto, han tenido una muy gran influencia en
mi vida. En esa época tenían solamente el efecto de asustarme para /font>
Hacerme obedecer y tomar conciencia. No fue sino después que
sus profecías comenzaran a cumplirse que su impacto obsesivo comenzó a
afectarme de una manera muy profunda.
Más que cualquier otro profeta, líder religioso o médium,
que haya conocido nunca, las profecías del Abuelo, ya fueran las de gran o
pequeña magnitud, resultaron realizarse exactamente en el momento que él las
había previsto y exactamente como él las profetizó. Todo este expediente no ha
ayudado a otra cosa sino a sentir más el impacto de estas profecías en mi vida.
El Abuelo podría prever el futuro con enorme exactitud. No
solamente podía decirnos con exactitud qué sucedería en el momento, el día, la
semana o el año próximo, sino que con la misma exactitud podía predecir el
futuro posible con diez años y más de antelación. No tardé demasiado en
comenzar a guardar los expedientes detallados de sus predicciones, junto con
otras notas que guardé como trucos para la supervivencia, seguimiento de
huellas y cosas referentes a la conciencia y al espíritu. Recibí del Abuelo
centenares de predicciones personales, de menor importancia, y la mitad de
ellas se han cumplido. Junto con las profecías personales de menor importancia
estaba una lista de 103 predicciones importantes, de las cuales, hasta la
fecha, unas 65 han llegado a ser absolutamente verdad, no
solamente en cuanto a tiempo y lugar sino también en el
orden exacto en el cual fueron predichas que sucederían.
El Abuelo decía que no había un solo futuro, sino más de un
futuro posible. El momento presente "el ahora" es como la palma de
una mano, cada dedo representa el futuro posible y, como siempre, uno de los
futuros es siempre el de más gran alcance, siendo esa la manera en que los
acontecimientos seguramente nos irían llegando. Así sus predicciones eran sobre
el futuro posible, lo que significa que él dejó siempre una opción a escoger.
"Si un hombre puede escoger las mejores opciones",
dijo, "entonces puede alterar perceptiblemente el curso del futuro
posible. Ningún hombre solo, por ello, debe sentirse insignificante, porque tan
solo un hombre es suficiente para alterar la conciencia de la humanidad entera
a través del Espíritu que mueve todas las cosas. Esencialmente, un pensamiento
influencia a otro, después a otro más, hasta que el pensamiento se hace
manifiesto a través de toda la Creación. Es el mismo pensamiento, la misma
fuerza, que hace que una multitud entera de pájaros cambie
el curso de su vuelo colectivo, pues la multitud entonces tiene una sola
mente."
De todas las profecías principales y personales que el
Abuelo predijo, hay cuatro que sobresalen del resto. Son las cuatro que
anuncian la destrucción del hombre y de la vida en la Tierra, como ahora
sabemos que esa posibilidad existe. Aún así, el Abuelo dijo que aún estábamos a
tiempo de cambiar las cosas, incluso después de que dos de esas profecías se
hayan realizado, pero que no podría haber vuelta atrás después del que se
cumpliera la tercera.
Ahora que ya nos encontramos más allá de la segunda profecía
cumplida, el peligro y la destrucción son muy evidentes, y nuestra sola
esperanza es esforzarnos más para cambiar lo que posiblemente se ha convertido
en lo inevitable. La urgencia que siento ahora, más que nunca es resultado
directo del cumplimiento de la segunda y inverosímil profecía. Es la razón por
la cual estoy impartiendo cursos preparativos, a veces con cierta
desesperación, y constantemente con el sentido que estamos funcionando en una
contra reloj.
Tendré que trabajar más duro, con la misma desesperación,
más tiempo, pero, como el resto de humanidad, ha hecho falta un fuerte mensaje
para motivarme. He sabido que se acercan esos acontecimientos que él profetizó
porque las predicciones personales, de menor importancia, se han ido
realizando cada día.
El previó tan exactamente la muerte de mi hijo Rick en un
caballo blanco, un preciso día en Pine Barrens donde lo llevaría allí por
primera vez, que eso hizo que mi vida cambiara para siempre. El predijo la
formación de mi escuela, de mis libros, de mi familia, e incluso las
equivocaciones
horribles en que incurriría mientras intentara vivir dentro
de sociedad.
Por lo tanto, aunque todo vaya cumpliéndose día a día, no
quiero creer o aceptar simplemente que la mayor profecía concerniente a la
destrucción del hombre vaya a ser una realidad, y su real posibilidad me ha
golpeado profundamente. Es en este preciso momento en que he sentido lo urgente
de la situación.
Recuerdo vivamente, como si hubiera estado en ella, la
"noche de las cuatro profecías" tanto, que tengo por costumbre llamar
así a esa noche que el Abuelo nos anunció por primera la posibilidad de su
existencia. Estuvimos con el Abuelo durante cinco años y en ese entonces
estábamos acostumbrados a sus profecías y a su exactitud.
Nuestra capacidad de entender las cosas del mundo espiritual
era tan buena como nuestra capacidad de sobrevivir y de cazar. Muy pocas cosas
de lo que la sociedad suele llamar "paranormal" nos extrañaba lo más
mínimo, porque los milagros eran parte de nuestra existencia diaria. El Abuelo
mismo era un milagro vivo, y muchas de las cosas que él hacía cotidianamente, a
veces inconscientemente, habrían sido consideradas como milagros por la mayoría
de la gente. Así, aún sabiendo que habíamos alcanzado el plano espiritual, la
noche de las cuatro profecías nos impresionó como ninguna otra cosa lo había
hecho hasta entonces.
Habíamos estado yendo de excursión todo el día sin muchas
pausas, hacia un lugar adonde íbamos a acampar, encima de una pequeña colina
que ahora llamo la Colina de las Profecías. Era un lugar típico veraniego:
caliente, bochornoso y polvoriento, sin agua disponible a lo largo de nuestra
ruta durante todo el recorrido. Como de costumbre, todavía nos tomamos el
tiempo para parar con frecuencia o para tomar senderos laterales para explorar
distintas áreas a lo largo de nuestra ruta. La aventura y la
exploración nos mantuvieron frescos y con entusiasmo,
haciendo de la fatiga, del calor y de la sed factores apenas importantes.
Muchas veces a lo largo del trayecto, el Abuelo paraba y nos
enseñaba no lecciones prácticas sobre supervivencia, de seguimiento de pistas o
de adquisición de conocimientos , sino que nos daba lecciones referentes al
conocimiento espiritual. Muy a menudo discurría sobre el futuro y, casi con la
misma frecuencia, sobre el lejano pasado.
En un punto, nos paramos tras el rastro de ciervos por el
que avanzábamos siguiendo al Abuelo a través de la espesa maleza. Los árboles y
los arbustos por los que pasábamos eran muy distintos a los del resto de Pine
Barrens, y supe inmediatamente que ese lugar había sido como una especie de
viejo asentamiento o de una antigua ciudad. Aunque los edificios estaban en
ruinas desde hacía mucho tiempo, las plantas y los árboles dibujaban aún el
lugar donde un tiempo atrás había habido una civilización. Tras pasar por entre
varias zonas de muy espesa vegetación, entramos finalmente en una arboleda de
altos y viejos árboles sicómoro.
Enormes plantas trepadoras, del género que podrían
encontrarse en una jungla, colgaban de las ramas y trepaban a lo largo de los
grandes troncos. Realmente aquel sitio parecía completamente fuera de lugar,
Con los pinos, los robles y los arándanos típicos de Pine
Barrens. Al momento de sentarnos en aquel lugar me embargó un sentimiento
espiritual muy profundo de conocimiento, y fue entonces que vislumbré las
tumbas.
Aquello era muy antiguo y probablemente había sido el
emplazamiento de un cementerio largamente olvidado, perteneciente posiblemente
a la ciudad que en un tiempo había estado alguna vez ahí. Las piedras eran
viejas; algunas yacían completamente en el suelo y otras permanecían aún en
pie,
Aunque ninguna de ellas se encontraba en la correcta
posición vertical. Las plantas y la maleza habían invadido muchas de las
piedras, sobre las cuales apenas si se podía distinguir las inscripciones. El
deterioro debido al paso del tiempo había borrado gran parte de nombres y
fechas, dejándolas apenas descifrables.
De inmediato nos sentimos temerosos y humildes y con
deferencia y respeto hacia ese lugar fúnebre; al mismo tiempo, nos sorprendió
el hecho de que el Abuelo lo hubiera encontrado tan fácilmente. Por lo que me
consta, ninguno de nosotros habían estado allí antes, ni el Abuelo había
contado jamás nada sobre este cementerio. Así sin más, sin una razón aparente,
el Abuelo parecía haber sido conducido hacia ahí pero consciente de encontrarse
en un nivel espiritual invisible, o por lo menos invisible para nosotros.
Sospecho, visto desde la perspectiva actual, que él sabía que eso se
convertiría en una lección reveladora para nosotros.
Se acercó a una de las tumbas que estaba parcialmente
cubierta por zarzaparrilla y la apartó suavemente. Al cabo de un largo rato,
nos hizo una señal para que nos acercáramos. Apenas podíamos distinguir el
hombre y las fechas inscritas en el sepulcro, pero en la base se podía leer
fácilmente: "a la edad de 12 años."
Fue entonces cuando el Abuelo habló. "¿Quiénes son esta
gente? ¿Quién es este muchacho? ¿Por qué trabajaron y cuales han sido sus
esperanzas, sus sueños y sus visiones? ¿Trabajaron solamente con su cuerpo o
trabajaron para cosas más allá de la carne, para un propósito más elevado?
Ciertamente influyeron en el Espíritu que mueve todas las
cosas, pero ¿se esforzaron realmente con toda su capacidad de hacer las mejores
cosas para el futuro de sus hijos, o no hicieron nada a excepción de perpetuar
el mito de la sociedad? ¿Estuvieron alegres, felices y llenos de éxtasis
espiritual, o solamente condujeron sus vidas de trabajo y de mediocridad?
Y este muchacho, ¿vivió cerca de la Tierra y del Creador, o
solamente sacrificó su juventud y su amor a la aventura al trabajo, al igual
que hicieron sus padres y los padres de sus padres antes que ellos? Este
muchacho tenia exactamente vuestra misma edad, y sospecho
que él tenía esperanzas y sueños como los vuestros. Pero mirad lo que queda de
él, reposa en un sepulcro olvidado."
"Pero, Abuelo", dije yo, "no le ha sido
suficiente el ser feliz y vivir su vida plenamente?"
Después de un largo silencio, el Abuelo respondió: "no
es suficiente que el hombre sea feliz solamente en la carne, debe también ser
feliz y alegre de espíritu. Porque sin alegría y sin luz espiritual, la vida es
superficial. Sin la búsqueda de lo Espiritual, la vida solo es vivida la mitad
y resulta vacía. Y por vida espiritual no quiero decir que sea solamente
reservar una hora al día, un día a la semana, para la adoración a un culto,
sino la búsqueda de las cosas del Espíritu en cada momento de cada día. Y os
pregunto, entonces: ¿Qué han hecho esta gente para buscar la iluminación y el
éxtasis espiritual? ¿Se han abandonado solo a una vida limitada poco más que al
trabajo? Se han permitido alguna otra opción durante cada día de su vida, tal
como vosotros os daréis otra opción en buscar el éxtasis del espíritu o de
relegaros a llevar una vida de trabajo sin sentido? El resultado final es
siempre el mismo: sepulcros olvidados y sueños olvidados de gente olvidada. Lo
importante no es que alguien los cite u os recuerde, lo importante es que cada
uno trabaje para acercarse a Dios y para influir de una manera positiva en la
conciencia del Espíritu que mueve todas las cosas, permitiendo así que la
conciencia del hombre se acerque cada vez más al Creador."
Salimos del cementerio sin una palabra más y nos dirigimos
hasta el lugar para acampar allá en la colina. En el momento de llegar al
campamento, había refrescado ya y el sol había desaparecido desde hacía rato.
Mientras preparábamos abrigo y encendíamos un fuego y
recolectamos algo de alimento, el tiempo parecía transcurrir inadvertidamente,
mientras mi mente estaba completamente absorta en pensamientos sobre la lección
recibida en el cementerio. Me preguntaba en cuánto podía parecerme yo.
A ese muchacho muerto sin nombre en ese sepulcro olvidado.
¿Buscaba solamente satisfacer la carne y no trabajaba con ahínco suficiente en
satisfacer lo referente al espíritu?
Fue entonces cuando tomé conciencia sobre las lecciones más
profundas que el Abuelo intentaba enseñarme. Fue entonces cuando me di cuenta
de que debía vivir mi vida como si debiera morir al día siguiente, ya que fue
eso lo qué le sucedió a ese muchacho joven. Nadie puede asegurar que estará
aquí al día siguiente, así que debemos vivir cada día plenamente, tanto física
como, sobre todo, espiritualmente. Lo importante no es que alguien recuerde
quienes éramos sino que recuerden que nosotros realizamos un cambio positivo en
la conciencia del Espíritu que mueve todas las cosas, la fuerza vital de la
Tierra, y, así, encontrar la conciencia espiritual y alcanzar al Creador.
Me senté cerca del fuego después de terminar las faenas,
para relajarme, atormentado aún con el recuerdo del muchacho del cementerio. El
Abuelo se sentó en el extremo opuesto cerca del fuego, con los ojos cerrados,
pero sospeché que no estaba durmiendo. Bajo la luz del fuego del campamento,
sus rasgos aparecieron más etéricos que físicos. Se inclinó
ligeramente hacia adelante y contestó a las muchas preguntas que tenía yo en mi
mente.
A veces, su capacidad de saber lo que pasaba por mi mente
era desconcertante, la idea de que podía leer mis pensamientos me ponía
furioso.
"¿Has observado alguna vez el vuelo de chochas en la
playa, la manera en que siguen el flujo y el reflujo de las mareas, pareciendo
ocasionalmente no un grupo de animales individuales sino un solo organismo,
moviéndose como un bloque a lo largo de las olas? Cuando levantan el vuelo, su
cohesividad es aún más impresionante y maravillosa.
Inmediatamente todos volarán en una misma dirección, y entonces en un instante
la multitud entera dará un quiebro simultáneamente y tomará una nueva
dirección."
"Si las observamos de cerca, no hay ningún pájaro en
particular que tome la decisión de girar, sino que parece ser un sentimiento,
una conciencia colectiva, que funciona a través de la multitud de forma
simultánea.
Cuando las observamos de lejos, la multitud en vuelo aparece
ser un solo animal, un organismo, una sola conciencia, gobernada por la fuerza
y el espíritu colectivo de todos los individuos. Es esta misma conciencia que
recorre también a través del hombre, la naturaleza y la Tierra, a lo cuál
llamamos el "Espíritu que mueve todas las cosas" o "la fuerza de
la vida"."
"Supongo", continuó, "que es tan solo un
único pájaro el que produce el pensamiento que hace dar la vuelta a todo el
grupo, y ese pensamiento se manifiesta inmediatamente en todos los demás. El
individuo trasciende el yo haciendo uno con todo el conjunto. Así,
inmediatamente, el pájaro mueve
el grupo y el grupo mueve al pájaro. Entonces, no preguntes
que es lo que puedes hacer para influir en la fuerza de la vida de una manera
positiva, porque ese mismo espíritu que gobierna los movimientos de los pájaros
es el mismo que también circula por dentro tuyo. Una persona, una idea, un
pensamiento puede dar vuelta a la multitud de la sociedad ausente e independientemente
de la trayectoria destructiva de los tiempos actuales.
La cuestión no es saber si estamos haciendo o no algo
diferente, ya que todos nosotros somos distintos y cada uno de nosotros hace a
su modo particular. Es nuestra particular diferencia lo que resulta realmente
importante."
"Pues si vivimos una vida que esté cerca del Espíritu,
si buscamos la iluminación espiritual de la unidad, eso influirá el curso de la
vida", dije yo. Mi comentario era más una pregunta que una afirmación.
"No es suficiente" dijo el Abuelo, "buscar
las cosas del espíritu en un nivel personal. Actuar así es egoísmo, y los que
buscan los reinos espirituales solo para sí mismos no están trabajando para
cambiar el Espíritu que vive dentro de la conciencia del hombre. En lugar de
acercarse están alejándose del objetivo, están eludiendo su responsabilidad y
están utilizando su sabiduría solo para vanagloriarse.
El hombre espiritual debe entonces trabajar para un
principio, una causa, una Búsqueda más importante que la sola glorificación del
uno mismo, para influir al espíritu que puede cambiar la carrera hacia la
destrucción del hombre."
Me senté durante mucho tiempo en medio de la quietud de la
noche, intentando desesperadamente entender lo que el Abuelo me había dicho.
Esencialmente, no era suficiente el esforzarse para
conseguir la iluminación espiritual de uno mismo, sino el trabajar para la
iluminación espiritual de toda la humanidad. Trabajar solamente para uno mismo,
aislarse en busca del éxtasis espiritual, es eludir esta responsabilidad. Lo
que el Abuelo quería decir es que una persona espiritual debe tomar la
sabiduría y la filosofía de la Tierra e instaurarla de nuevo dentro de la
sociedad moderna.
El Abuelo habló de nuevo. "Intentar vivir una vida espiritual
dentro de la sociedad moderna es la camino más difícil que uno puede tomar. Es
una trayectoria de dolor, de soledad, donde nuestra fe puede verse sacudida,
pero ésa es la única forma en que nuestra Visión puede convertirse en realidad.
Así la verdadera Búsqueda en esta vida es vivir la filosofía de la Tierra
dentro de los límites que ciñen al hombre. No necesitamos ninguna iglesia o
ningún templo para ir a buscar la paz, porque nuestros templos están yermos
como el desierto. No existen los líderes espirituales, porque nuestros
corazones y el creador son nuestros únicos líderes. Nuestros iguales están
dispersos; pocos hablan nuestra lengua o entienden las cosas que nosotros
vivimos.
Caminamos esta trayectoria en soledad, porque cada Visión,
cada Búsqueda, es única para cada individuo.
Pero debemos caminar dentro de la sociedad sino nuestra
Visión muere y cuando un hombre no vive su Visión está muerto en vida."
Durante largo rato nadie dijo nada. Me replegué hacia mis
propios pensamientos y mis propias dudas. No deseaba vivir en sociedad, porque
mi hogar, mi amor, mi vida y mi camino espiritual eran como un yermo desierto.
No podía comprender porqué un hombre no podía vivir su Visión en la pureza de
la soledad de un desierto, lejos de las distracciones de la sociedad. No sentía
ninguna urgencia o no veía ninguna razón por la cual debía prestar servicio a
la sociedad con lo que había aprendido.
La voz del Abuelo rompió mis pensamientos. "La Tierra
está muriendo.
La destrucción del hombre es cercana, muy cerca, y debemos
dedicar todos nuestros esfuerzos para cambiar esta trayectoria hacia la
destrucción.
Debemos pagar los pecados de nuestros abuelos y abuelas,
porque durante mucho tiempo hemos sido una sociedad que mata a sus niños para
alimentar a sus hijos. No podemos hacer una tregua ni tampoco podemos eludirlo;
demasiada gente en el pasado han funcionado eludiendo esa responsabilidad.
Es muy fácil vivir una vida espiritual lejos del hombre,
pero no podemos probar la veracidad de la Visión en nuestra vida espiritual ni
puede convertirse en una realidad sino la llevamos a cabo estando cerca de
sociedad."
"¿Cómo puedo saber que estamos tan cerca de esa
destrucción?" pregunté.
"Tuve una Visión", dijo el Abuelo. "Era una
Visión de la destrucción del hombre. Pero se le ha dado al hombre cuatro
advertencias previas a esa destrucción, dos de las cuales ya dieron al hombre
la ocasión de cambiar su actitud y dos darán a los hijos de la Tierra el tiempo
de escapar de la cólera del Creador."
"Cómo reconoceré esas advertencias, esos signos?"
pedí.
El abuelo continuó. "Serán obvios a tus ojos y a los
que han aprendido a escuchar el Espíritu de la Tierra; pero a los que vivan
dentro de la carne y sepan solamente sobre cuestiones del mundo material, no
tienen ninguna posibilidad de poder saber o de poder entender. Cuando estos
signos, estas
advertencias y estas profetizaciones se hagan manifiestas,
comprenderás la urgencia de lo que hablo. Entonces entenderás porqué la gente
no debe solo esforzarse para su propio crecimiento espiritual sino transmitir
ese descubrimiento a la conciencia del hombre moderno."
Los Cuatro Signos.
El abuelo había estado vagando durante varios años y tenia
cuarenta años bien llevados cuando la Visión de los Cuatro Signos le fue dada.
El acababa de terminar su tercera Búsqueda de la Visión en la Cueva de la
Eternidad cuando la visión se le manifestó. Estaba sentado en la entrada de la
cueva, aguardando el sol del amanecer, cuando el espíritu del guerrero se le
apareció. Se sentía como si estuviera en un estado entre el sueño y la
realidad, entre la vigilia y el sueño, cuando el espíritu habló por fin y él
supo que no era fruto de su imaginación. El espíritu llamó por su nombre al
Abuelo y le hizo señas para que le siguiera.
En el mismo instante que el se incorporaba, fue transportado
repentinamente a otro mundo. Una vez más creyó que estaba soñando, pero su
cuerpo podía sentir la realidad de ese lugar; sus sentidos sabían que ese era
un estado de una realidad miserable, pero perteneciente a una época y a un
lugar distintos.
El espíritu del guerrero habló al Abuelo. "Estas son
las cosas que están aún por llegar y que anunciaran la destrucción del hombre.
Podría ser que nunca llegues a ver estas cosas, pero debes luchar para que no
ocurran y transmitir este aviso a tus nietos. Eso es el futuro posible que
puede llegar a ser si el hombre no retorna a la Tierra y no empieza a obedecer
las leyes de la Creación y del Creador. Existen cuatro signos, cuatro
advertencias, que solamente los hijos de la Tierra comprenderán. Cada
advertencia marca el principio de un futuro posible, y a medida que cada
advertencia se convierta en realidad, se hará realidad también el futuro que
presagia."
Con esto, el guerrero del espíritu desapareció y el Abuelo
se encontró en este nuevo mundo extraño nuevamente solo.
El Primer Signo.
El mundo dentro del cual se encontraba no se parecía en nada
a ese que ya conocía. Era un lugar árido con poca vegetación. A lo lejos, se
vislumbraba una aldea hecha de tiendas y de tejados más que de Materiales
provenientes de la Tierra. A medida que se iba acercando más y más a la aldea,
el hedor nauseabundo de la muerte lo sumergía y se sentía cada vez más enfermo.
Podría oír a niños llorar, el gemir de ancianos y los agudos lamentos del dolor
y la desesperación. Montones de cuerpos reposaban
En hoyos abiertos, esperando ser enterrados, con los rostros
deformados y los cuerpos debilitados por una muerte causada por el hambre. Los
cadáveres se parecían más a esqueletos que a cuerpos, y tanto los niños, los
adultos como los ancianos parecían lo mismo, con rostros que antaño fueron de
un moreno oscuro, ahora todos eran de un color gris ceniza. Como el Abuelo
entró en la aldea, el vivo horror del hambre lo golpeó más profundamente.
Los niños apenas podían caminar, los ancianos yacían
moribundos, y por todas partes se oían los gritos del dolor y del miedo. El
hedor nauseabundo de la muerte y el sentimiento de desesperación abrumaron
Al Abuelo, amenazando echarlo del pueblo. Fue entonces
cuando un anciano se apareció al Abuelo, expresándose en una lengua que él no
podría entender.
El Abuelo se dio cuenta, mientras el anciano hablaba, de que
era el espíritu de un hombre no un hombre de carne y hueso sino solamente un
hombre que había seguido un camino espiritual, quizás un chaman de esa tribu.
Fue entonces cuando entendió lo que el viejo intentaba decirle.
El Anciano habló lentamente. "Bienvenido a lo qué será
llamado la "tierra del hambre". Un día el mundo vivirá todo esto con
horror y culpará al hambre y la Tierra. Esto será la primera advertencia dada
al mundo de que el hombre no puede vivir más allá de las leyes de la Creación,
ni puede
luchar contra la Naturaleza. Si el mundo entero ve que son
ellos los responsables de esta hambruna, de esta absurda hambruna, entonces
habrá aprendido una gran lección. Pero me asusta pensar que el mundo no se
culpará a él mismo por esa falta, sino que la achacará a la Naturaleza. El mundo
no verá que creó este lugar de muerte forzando a la gente a tener familias
numerosas. Cuando las leyes de la naturaleza son violadas, la gente muere de
hambre, asimismo como la Naturaleza hace morir de
hambre a los ciervos en invierno cuando hay más de los que
la tierra puede soportar."
El anciano continuó. "Habría que dejar a la gente
tranquila. Una vez entendieron cómo vivir con la Tierra y su riqueza fue medida
en felicidad, amor y paz. Pero todo eso les fue robado cuando el mundo los vio
como sociedades primitivas. Fue entonces cuando el mundo les mostró cómo
cultivar y vivir de una manera menos primitiva. Ha sido el mundo que los ha
forzado a vivir fuera de las leyes de la Creación y, consecuentemente, ahora
los está forzando morir."
Lentamente el anciano empezó a retroceder en el camino, de
vuelta a la muerte y a la desesperación. Se giró por última vez y dijo:
"Este será el Primer Signo. Vendrán hambruna antes y después de esta de
aquí, pero ninguna de ellas llamará tanto la atención del mundo como el impacto
causada por esta. Los hijos de la Tierra aprenderán las lecciones que encierran
todo este dolor y esta muerte, pero el mundo considerará esto solamente como
una sequía y un periodo de hambre, culpando a la Naturaleza en vez de a sí
mismos."
Tras esto, el anciano desapareció y el Abuelo se encontró de
nuevo en la boca de la Cueva de la Eternidad.
[Nota del autor: Esta es la gran hambruna que padeció Africa
y que inspiró la tentativa de ayuda humanitaria de Bob Geldof denominada
"We are the World (Nosotros somos el Mundo)."]
El Abuelo se reclinó en el suelo, reflexionando en lo que
había visto. Sabía que había sido una Visión del futuro posible y que el
espíritu del guerrero se lo había mostrado para hacerle entender lo que podría
suceder.
El Abuelo sabía que en esos mismos instantes había gente que
moría de hambre en el mundo entero, pero ¿porqué era esta hambruna tan
importante, la más importante de todo las demás, aún más importante que la que
estaba ocurriendo en esa época?
Fue entonces cuando el Abuelo recordó que el anciano de la
tribu había dicho que el mundo entero prestaría atención, pero que no
aprenderían la lección de lo que la muerte y el hambre intentaban enseñar.
Los niños morirían inútilmente.
El Abuelo miró en derredor, hacia la estéril tierra que
rodeaba la entrada de la Cueva de la Eternidad para intentar restablecer la
realidad del "ahora". Dijo que seguía siendo difícil discernir entre
el estar
Despierto en la realidad del mundo Visionario, pero sentía
que estaba nuevamente de vuelta a su tiempo y su lugar.
Me dijo que la Cueva de la Eternidad fue siempre un lugar
para encontrar las Visiones de los futuros posibles y probables, y que no era
extraño que el interesado en encontrarlas tuviera una Visión en la misma boca
de entrada a la cueva, y no solamente una vez dentro.
En un estado de agotamiento físico y emocional, el Abuelo
cayó en un sueño profundo, pero fue en este sueño que el espíritu del guerrero
se le apareció de nuevo y terminó de contarle los elementos restantes que
componían el primer signo.
En ese sueño, el espíritu habló al Abuelo. "Es durante
los años de esa hambruna, el primer signo, que la humanidad se verá atormentada
por una enfermedad que barrerá la tierra y aterrorizará las masas. Los
Camisas blancas [doctores/científicos] no dispondrán de ninguna respuesta para la gente, y un gran grito se oirá desde un extremo al otro del planeta. La enfermedad vendrá de los monos, de las drogas y del sexo. Destruirá al hombre desde el interior, convirtiendo en mortal cualquier enfermedad común. La humanidad atraerá esta enfermedad sobre si mismo como resultado de su estilo de vida, de su adoración al sexo y a las drogas, y por llevar una vida alejada de la Naturaleza. Esta es también una parte de la primera advertencia; pero, una vez más, el hombre no prestará atención a esta advertencia y continuará adorando a los dioses artificiales del sexo y del espíritu inconsciente de las drogas."
El espíritu continuó. "Las drogas producirán guerras en
las ciudades del hombre, y las naciones se revelarán contra esas guerras, se
revelarán contra esa enfermedad mortal. Pero las naciones lucharán de manera
incorrecta, atacando los efectos externos más que las causas. Nunca ganarán
estas guerras hasta que las naciones, hasta que la sociedad, cambien sus
valores pues no dejarán de correr tras los dioses del sexo y de las drogas. Será
en ese momento, durante el transcurso de los años en que se manifieste el
primer signo, que el hombre podrá cambiar el curso del futuro probable. Será
entonces cuando podrá comprender las mayores lecciones que impartirán el hambre
y la enfermedad. Será entonces cuando
todavía quede esperanza. Pero una vez que aparezca el
segundo signo de la destrucción, la Tierra no podrá ser ya salvada en el plano
físico.
Solamente la curación espiritual podrá entonces cambiar el
curso de los futuros probables de la humanidad."
Tras esto, el espíritu del guerrero dejó al Abuelo dormir
profundamente sin sueño alguno, lo que le permitió descansar completamente
antes de que otra Visión más le fuera revelada.
El Segundo Signo.
El abuelo se despertó nuevamente en la entrada de la cueva,
el recuerdo del espíritu del guerrero aún estaba vivo en su mente las palabras
del espíritu estaban impregnadas en su alma.
Cuando el abuelo miró fuera hacia el paisaje, todo había
cambiado. El paisaje parecía más seco; no se veía ninguna vegetación y los
animales yacían moribundos. Un fuerte hedor nauseabundo de muerte envolvía la
tierra, el polvo era espeso y sofocante y hacia un calor intenso y opresivo.
Mirando hacia el cielo, el sol parecía ser más grande y más intenso; ningún
pájaro ni nube podía ser visto, y el aire parecía faltar.
Fue entonces cuando el cielo pareció resquebrajarse y
enormes agujeros comenzaron a aparecer. El cielo se desgarró con un ruido de
estruendo y ensordecedor y la misma Tierra, las rocas y el suelo temblaron.
La piel del cielo parecía estar rasgada por heridas
abiertas, y a través de estas heridas rezumaba un líquido que parecía pus de
una infección, flotaba un gran mar de basura, de petróleo y de peces muertos.
Fue a través de una de estas heridas que el abuelo vio cuerpos de delfines
flotando muertos, acompañados por enormes temblores de tierra y de violentas
tormentas. Mientras el se sujetaba rápidamente en la Tierra temblorosa, sus
mirada descendió del cielo, y de repente, todo en derredor
era un verdadero caos. Los montones de basura alcanzaban el
cielo, los bosques estaban abatidos por el suelo y morían, las costa estaban
inundadas y las tormentas se volvían cada vez más violentas y más
ensordecedoras. Cada vez la Tierra se sacudía con mayor
intensidad, amenazando romperse en dos y tragarse al Abuelo.
La tierra paró repentinamente de temblar y el cielo se
despejó. Del aire polvoriento emergió el espíritu del guerrero, que se detuvo a
corta distancia del Abuelo. Cuando el Abuelo miró el rostro del espíritu,
Pudo ver que grandes lagrimas fluían de sus ojos, y que cada
lágrima que caía en la Tierra levantaba un sonido como si se chamuscase.
El espíritu miró al Abuelo durante largo rato, hasta que
finalmente dijo "Agujeros en el cielo."
El Abuelo reflexionó un instante, mas en un tono incrédulo,
interrogador, dijo, "¿Agujeros en el cielo?"
Y el espíritu le contestó "Ese será el segundo signo de
la destrucción de la humanidad. Los agujeros en el cielo y todo lo que has
podido ver podría convertirse en una realidad para el hombre. Es a partir de
aquí, desde el principio de este segundo signo, que el hombre no podrá salvar
ya nunca más a la Tierra con solo una acción física. Es a partir de aquí que el
hombre debe tener en cuenta esta advertencia y esforzarse aún más para cambiar
el futuro cercano. El hombre no debe trabajar solamente en el plano físico,
sino que debe también trabajar espiritualmente, con las plegarias, porque solo
las plegarias podrán servir ahora para salvar la tierra y a sí mismo."
Hubo una larga pausa durante el tiempo en que el Abuelo
pensaba sobre la imposibilidad de que hubiera agujeros en el cielo. El abuelo
seguramente sabía que podía existir un agujero espiritual, pero un agujero el
cual podía ser visto por las sociedades que viven en la Tierra parecería poco
probable.
El espíritu se acercó más y habló de nuevo, casi en un
susurro.
"Estos agujeros son una consecuencia directa de la vida
del hombre, de sus viajes, y de los pecados de sus abuelos y abuelas. Estos
agujeros, el segundo signo, anunciarán la muerte de sus hijos y serán la
herencia del hombre por haber vivido lejos de la Naturaleza. En el momento en
que aparezcan estos agujeros será la época en que habrá una gran transición en
la forma de pensar de la humanidad. Se le dará la posibilidad de elegir
continuar siguiendo en la trayectoria de la destrucción, o elegir volver
nuevamente a la filosofía de la tierra y a una existencia
más simple. Es en este momento en que la decisión debe ser tomada, o todo
estará perdido."
Sin más palabras, el espíritu se dio la vuelta y desapareció
nuevamente en la polvareda.
El Tercer Signo.
El Abuelo pasó los cuatro días siguientes en la entrada de
la cueva y en esos cuatro días nadie le habló, incluyendo la Tierra. Dijo que
ese fue un período de profunda pena, de soledad y unos momentos consagrados a
digerir todo lo que le había ocurrido.
El sabía que esas cosas no ocurrían nunca en la vida de
nadie, por lo que debía de transmitirlas a la gente del futuro con la misma
urgencia y energía con las cuales le habían sido transmitidas. Pero no sabía
como debía explicar estos acontecimientos inverosímiles a la gente.
Seguramente los ancianos y los chamanes de las tribus
entenderían, pero no la sociedad, y ciertamente no cualquier persona que se
encontrara a mil leguas de la Tierra y del Espíritu.
Permaneció sentado durante cuatro días completos, inmóvil,
como petrificado, sintiendo un gran peso en el corazón cargado con lo llevaría
en él de ahora en adelante.
Fue al final del cuarto día cuando se le apareció la tercera
Visión.
Mientras miraba hacia fuera el paisaje bajo la puesta de
sol, el cielo se licuó repentinamente y volviéndose de un color rojo sangre. El
cielo entero era de color rojo intenso, sin variación alguna, sin sombras, sin
relieves, sin resplandores. El conjunto de la Creación parecía haberse
congelado, como a la espera de recibir una orden invisible. El tiempo, el
espacio y el destino parecían zozobrar en la nada, inmóvil en el sangrante
cielo. El Abuelo miró fijamente el cielo durante un largo rato, en un estado de
temor y de terror, porque el color sangre del cielo no se parecía en nada a lo
que él había visto en infinidad de puestas y salidas de sol. Ese color era un
color humano, no el de la naturaleza, y desprendía un hedor y una textura
asquerosas. Parecía quemar la Tierra dondequiera que a ésta tocara. A medida
que la puesta del sol derivaba en noche, las estrellas empezaron a brillar con
rojo resplandor, sin que ese color abandonase nunca el cielo, y por todas
partes se oían gritos de miedo y de sufrimiento.
Una vez más el espíritu del guerrero se apareció al Abuelo,
pero esta vez en una voz que provenía del cielo. La voz sacudió el paisaje como
un trueno. "Esto es, pues, el tercer signo, la noche de las estrellas
sangrantes. Será reconocido en todo el mundo porque el cielo, en todos los
rincones de la tierra, se teñirá de rojo con la sangre del cielo, tanto de día
como de noche. Será entonces, con este tercer signo del futuro probable, que no
quedarán ya más esperanzas. La vida en la Tierra, tal como el hombre la conoce,
acabará y no se podrá dar vuelta atrás, tanto física como espiritualmente. Será
entonces, si las cosas no cambian durante el periodo tras el segundo signo,
cuando el hombre tendrá la certitud de que la destrucción de la tierra es
inminente. Será entonces cuando los niños de la Tierra deben refugiarse hacia
los lugares salvajes y ocultarse. Porque después de que el cielo sangre fuego,
en ninguna parte en el mundo de los hombre se estará a salvo."
El Abuelo, como si hubiera recibido una sacudida eléctrica,
quedó sentado paralizado de horror. La voz continuó."A partir de ese
momento, cuando las estrellas sangren, y hasta que se manifieste el cuarto y
último signo, transcurrirán cuatro estaciones de paz [es decir, un año]. Es
durante estas cuatro estaciones que los niños de la Tierra deben vivir en lo
profundo de lugares salvajes y encontrar un nuevo hogar, cerca de la Tierra y
del Creador. Solamente los niños de la Tierra sobrevivirán, debiendo vivir
según la filosofía de la Tierra, sin volver nunca hacia la forma de pensar del
hombre. Y sobrevivir no será suficiente, pues los niños de la tierra deberá
también vivir cerca del Espíritu. Por tanto, díganles sin vacilar que si se
manifiesta este tercer signo en las estrellas, y desde ese mismo instante,
solamente quedarán cuatro estaciones para poder esconderse."
El Abuelo dijo que la voz y el cielo rojo permanecieron
durante una semana, hasta que desaparecieron tan rápidamente como se habían
manifestado.
El Cuarto Signo.
No recordaba cuántos días había permanecido en la boca de la
cueva, ni tampoco importaba porque había recibido la Visión que él había venido
a buscar.
Fue en su última noche en la Cueva de la Eternidad cuando la
cuarta Visión se presentó al Abuelo, esta vez proveniente de la voz de un niño
joven.
El niño dijo, "El cuarto y último signo aparecerá
durante el transcurso de los diez inviernos próximos [es decir, diez años]
siguientes a la noche en que las estrellas sangrarán. Durante este tiempo, la
Tierra se salvará y el hombre morirá. Durante esos diez años, los niños de la
Tierra deben permanecer ocultos en los lugares salvajes, no construir ningún
asentamiento permanente, y vagar para evitar el contacto con las últimas
fuerzas restantes del hombre. Deberán seguir ocultándose, como los antiguos
Scouts, y luchar contra el deseo de ir a ver la destrucción del hombre. La
curiosidad podría matar a muchos."
Hubo un largo silencio, hasta que el Abuelo habló al
espíritu del niño preguntándole, "Y qué sucederá al mundos habitado por el
hombre?"
Hubo otro lapsus de silencio hasta que finalmente el niño
habló de nuevo.
"Habrá una gran hambruna en el mundo entero, una
hambruna como el hombre no puede llegar a imaginarse. Las aguas estarán
infectadas y los venenos, fruto de los pecados del hombre, contaminarán las
aguas de los suelos, de los lagos y de los ríos. Los cultivos fallarán, los
animales del hombre morirán, y la enfermedad matará a las masas. Los niños se
alimentarán de los restos de los muertos, y todo en derredor no será otra cosa
que gritos de dolor y de angustia. Bandas deambulantes de hombres cazarán y
matarán a otros hombres como alimento, y el agua será siempre escasa, siendo
aún más escasa año tras año. La tierra, el agua, el cielo, todo estará
envenenado, y el hombre vivirá bajo la cólera del Creador. Al principio el
hombre se ocultará dentro de las ciudades, pero allí morirá. Algunos escaparán
al desierto, pero el desierto los destruirá, pues hará demasiado tiempo que se
le dio una oportunidad. El hombre será destruido, sus ciudades quedarán en
ruinas, y será entonces cuando los nietos pagarán los pecados de sus abuelos y
abuelas."
"No queda pues ninguna esperanza?" preguntó el
Abuelo.
El niño habló de nuevo. "Habrá esperanza solamente
durante los periodos del primer y segundo signo. Tras el tercer signo, la noche
ensangrentada, no habrá ya más esperanzas, pues solamente los niños de la
Tierra sobrevivirán. Le serán dadas al hombre estas advertencias; si no son
tomadas en cuenta, no puede haber esperanza, pues solamente los niños de la
Tierra podrán purgar los cánceres de la humanidad, del pensamiento destructivo
de la humanidad. Será los niños de la tierra los que traerán
una nueva esperanza a la nueva sociedad, viviendo más cerca
de la Tierra y del espíritu."
Y luego todo fue silencio, el paisaje se despejó y volvió a
la normalidad, y el Abuelo salió de la Visión. Tembloroso, dijo que vagó
durante toda estación siguiente, intentando entender todo lo que le había sido
trasmitido, intentando entender porqué lo habían elegido a él.
El Abuelo me contó toda la historia con gran detalle durante
aquella noche de las cuatro profecías. No creo que se olvidara de ningún
acontecimiento, y sus emociones y sus pensamientos eran tales que ciertamente
los había vuelto a revivir para nosotros. Así la fuerte energía de su Visión se
convirtió en parte de nuestro espíritu, de nuestra motivación, y de gran parte
de nuestros miedos.
Permanecí sentado durante mucho tiempo en la cima de la
colina. El fuego se apagó, y todo parecía haberse ido dormir esa noche. La
Creación parecía estar paralizada, aguardando a que esa parte más oscura de la
noche pasara. Me sentía solo y vulnerable, como si toda la Creación escudriñara
cada uno de mis pensamientos.
El Abuelo tuvo esta Visión durante los años 20.
p class="style15" style="MARGIN: 8px 10px
0px" align="justify"> Notas del Traductor:
¹ Stalking Wolf en inglés original: Lobo al Acecho
4 Pine Barrens es una región salvaje de Nueva Jersey. USA.
A propósito del Autor:
Tom Brown Junior a vivido en el desierto durante la mayor parte de su vida. En 1978, escribió su primer libro autobiográfico, The Tracker (El Rastreador), y fundó la Tracker School (Escuela de Rastreadores) donde imparte cursos sobre reflejos de la supervivencia como el rastreo, la toma de conciencia de la naturaleza y la antigua filosofía de la Tierra.
Fuente: http://nuevaera.over-blog.es/
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