A instancias de la Mitología Griega, tal como se denomina al conjunto de mitos y de leyendas inherentes a los dioses y héroes de la Antigua Grecia, Ares, está considerado como el dios olímpico de la guerra, aunque también su figura implica la materialización de la fuerza bruta y de la violencia, es decir, donde existían tumulto, batallas y confusión, seguramente, Ares se encontraba presente…
Ares fue el producto de la unión de Zeus y de Hera y también tuvo una hermanastra con importante presencia en el panteón olímpico, Atenea, quien representaba lo diametralmente opuesto a su hermanastro, ya que Atenea suponía la meditación y la sabiduría en las cuestiones de guerra y batallas.
Según cuenta la leyenda, Zeus, no apreciaba demasiado a Ares
a causa de justamente su sed de sangre e impronta violenta.
Y lo mismo su madre, tampoco había suscitado en ella amor
con lo cual la historia dice que ambos progenitores supieron rechazar a Ares
por su tendencia agresiva.
Como consecuencia de las consideraciones que mencionamos, Ares, no gozaba de una fama positiva en su tiempo, sino muy por el contrario, su figura, normalmente, suscitaba desconfianza y recelo entre los griegos, especialmente, porque su mano se encontraba detrás de plagas y de epidemias, entre otros flagelos.
La disposición a la guerra que presentaban las tribus de
Tracia (región ubicada al sureste de Europa en la Península de los Balcanes)
hizo que se tomase esta zona como el hogar de Ares y también como el principal
centro en el cual se llevó a cabo su culto y homenaje.
También Escitia (región euroasiática) fue un lugar de culto y adoración de Ares, donde incluso se lo adoraba a partir de la forma de una espada mediante la cual se sacrificaban animales y humanos.
Respecto de los símbolos que rodeaban a su figura son
variados y numerosos, entre otros se cuentan: un carro tirado por cuatro
sementales inmortales; armadura de bronce y lanza; pájaros sagrados: las
lechuzas, los buitres y los pájaros carpinteros; y su animal preferido era el
perro.
En tanto, en el arte griego clásico, Ares, era representado
con un imponente casco crestado y con una lanza a través de la cual doblegaba a
sus enemigos.
Si bien tuvo tantísimos amantes, entre las más destacadas
aparece Afrodita, la diosa que en la mitología griega representa el amor, la
belleza, la lujuria, la reproducción y la sexualidad.
Junto a ésta logró una importante descendencia: Fobos
(personificaba el horror), Harmonía (la diosa que representaba la armonía y la
concordia), Deimos (la materialización del terror), Eros (dios de la atracción
sexual y del amor) y Anteros (el amor no correspondido).
Existen una gran cantidad de leyendas y de historias vinculadas a esta deidad tan relevante…
Una de sus grandes luchas a muerte, porque así peleaba Ares,
a todo o nada, fue la que lo enfrentó a Halirrotio, uno de los hijos de
Poseidón, dios del agua, y que se desencadenó cuando Ares descubre que éste había
intentado abusar de su hija.
Halirrotio terminó muerto en manos de Ares y éste fue
enjuiciado y absuelto por dicho crimen.
Su equivalente en la mitología romana era Marte y sus
atributos eran el casco, una lanza, una espada, una coraza y un escudo.
En otro suceso, Ares, termina convirtiendo a uno de sus
jóvenes militares preferidos, Alectrión, en gallo cuando este no cumple con el
pedido de custodia que le asigna Ares, de cuidar la puerta mientras estaba
manteniendo intimidad con Afrodita; se queda dormido y entra Helios el dios del
sol.
A partir de su acción, Ares, castiga a Alectrión y lo
convierte en gallo y de ahí surge la historia del canto del gallo cada mañana
cuando amanece.
Y otra historia que nos demuestra la fuerza de este dios es
la de los gigantes Oto y Efialtes, dos hermanos gemelos que en un momento dado
osaron con controlar el Olimpo y entonces decidieron secuestrar a Ares, lo
encadenaron en una vasija de bronce y no lo dejaron salir por el largo período
de trece meses.
Para conseguir liberarlo, la diosa Artemisa, realizará
ciertas acciones para confundir a los gigantes, hecho que termina consumando y
finalmente la historia termina con Ares liberado y con los hermanos muertos,
uno mató al otro.
Pero Ares no actuaba solo, lo hacía regularmente con el acompañamiento de otros dioses, Delmos y Fobos, que representaban el terrore y el miedo, respectivamente, por su hermana Enio, diosa del derrame de sangre y por Alala que terminaría por erigirse en el grito de guerra de la batalla.
Fuente: https://www.quien.net
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